Una taza de ponche y un buñuelo con miel acompañan la función. Las luces del teatro se apagan y una estrella ilumina el camino de los reyes magos, quienes buscan ansiosos el pesebre donde nació el niño Jesús.
Así inicia la obra navideña por excelencia en México: la pastorela. En escuelas, plazas públicas y grandes escenarios, estas obras se han convertido en una tradición muy festiva, pero su origen es completamente didáctico. Conoce la historia de las pastorelas y su función evangelizadora en nuestro estado.
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Cómo iniciaron las pastorelas
Después de la alianza militar para la conquista de México hace 500 años, los españoles se enfrentaron a un segundo reto con los tlaxcaltecas: la evangelización. La historiadora Juliana Angélica Rodríguez Maldonado en su investigación La evangelización franciscana en Tlaxcala señala que nuestro estado fue uno de los primeros territorios donde se implantaron las nuevas instituciones españolas y en donde se pusieron en práctica los métodos misionales en la etapa inicial de la evangelización.
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En otras palabras, se trataba de una misión para convertir a un mundo de infieles a la “verdadera fe”; con ello, se pretendía justificar la política de expansión colonialista y el sometimiento de los indígenas.
Los misioneros encargados de esta labor fueron frailes franciscanos, quienes podían actuar con entera libertad para aplicar todos recursos a su alcance a fin de lograr la conversión masiva de los indígenas a la religión católica.
Sin embargo, el objetivo era muy difícil de concretar, pues los pobladores de Tlaxcala se inclinaban a mezclar sus creencias religiosas con las cristianas. Por ello, los misioneros idearon métodos evangelizadores dirigidos a niños y jóvenes para convertirlos e introducirlos a la vez en la cultura europea.
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Entre los métodos didácticos nació la idea de representar pasajes bíblicos y textos basados en la palabra de Dios que provocaran empatía e interés a la población. Uno de estos fue el libreto de “La adoración de los Reyes Magos”, escrito por completo en náhuatl y acompañado de cantos y danzas.
Este fragmento del evangelio de Mateo relata la llegada de unos magos de oriente quienes, guiados por una estrella, encontraron al niño Jesús por órdenes del rey Herodes. A partir de esta premisa comenzaron a desarrollarse escenificaciones cada vez más extensas y complejas donde convergen más pasajes bíblicos.
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Atrayendo cada vez a más tlaxcaltecas, la conversión sistemática de la población se acrecentó con una mayor actividad hacia la década de los años treinta del siglo XVI.
Exconvento de San Francisco, el escenario de las pastorelas
Entre las construcciones más destacadas de la época colonial se encuentra la Capilla Abierta del Complejo Conventual Franciscano en la capital de Tlaxcala. Este espacio fue marco de primeros encuentros entre frailes y tlaxcaltecas, así como escenario para pastorelas y otras obras evangelizadoras.
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Este lugar se considera una de las más bellas edificaciones de Tlaxcala, cuya construcción inició entre 1537 y 1539 bajo la dirección de Fray Martín de Valencia. Resguardando historias entre sus piedras, la Capilla Abierta se mantiene en pie como símbolo del mestizaje.
Las pastorelas de la actualidad
Actualmente, las pastorelas son el espectáculo más esperado en diciembre, sobre todo en las escuelas de todos los niveles donde incluso existen competencias.
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Además, diferentes géneros teatrales han creado su propia versión con personajes, escenarios y situaciones cercanas a la cotidianidad del siglo XXI; no obstante, el tono moralista se mantiene con vigencia.
En el país, existen dos espectáculos que se han convertido en íconos de esta narración cristiana: la pastorela “Diablos Revolucionarios” y la “Tradicional Pastorela Mexicana”. La primera tiene más de veinte años de tradición en el corazón de Coyoacán y cuenta con 20 actores en escena, vistoso vestuario de gran colorido y atractiva escenografía. Mientras que la segunda se desarrolla en el Instituto Cultural Helénico, esta tiene el mismo tiempo de experiencia y una gran calidad de actores, músicos y bailarines.
Fuente:
LA EVANGELIZACION FRANCISCANA EN TLAXCALA - Juliana Angélica Rodríguez
http://132.248.9.195/pdtestdf/0303810/0303810.pdf
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