Por su ubicación y condiciones naturales, Tlaxcala fue punta de lanza del magno proyecto industrial del siglo XX.
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En ese tiempo, el desarrollo de la entidad tuvo un alto empuje gracias a las fábricas textiles, las cuales también dotaron de identidad a los pobladores y de las que hoy solo quedan vestigios como aquellos colosales pilares construidos con ladrillos y cemento que aún se alcanzan a ver en el paisaje urbano.
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Estas peculiares construcciones se conocen como chacuacos y funcionaron por todo México hasta hace algunas décadas para expulsar el humo de las fábricas que se instauraron en nuestro país a partir del porfiriato.
Si bien aún contamos con este tipo de actividad económica, en la actualidad se les conoce a estas salidas como chimeneas industriales y están elaboradas de diferentes tipos de acero.
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Algunos de los antiguos chacuacos que se conservan en pie en Tlaxcala son, por ejemplo, el de la Fábrica de Hilados y de Tejidos de San Luis, ubicada en la comunidad de Apizaquito, la cual alberga hoy día el Centro de las Artes de Tlaxcala. También, el de la Fábrica de Hilados, Tejidos y Estampados finos “San Manuel de Morcom”, ubicada estratégicamente a las orillas del río Zahuapan y que hoy alberga la Biblioteca de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza de la UNAM.
Uno más es el que se conserva en Santa Cruz Tlaxcala, dentro del Centro Vacacional “La Trinidad”, que antes fue una fábrica textil con el mismo nombre.
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PARA SABER MÁS
La palabra chacuaco es de origen náhuatl y se remonta a la época prehispánica cuando los purépechas del estado de Michoacán se reunían alrededor de un sahumerio donde quemaban hierbas o sustancias aromáticas en sus ceremonias rituales.
A esta fogata la llamaron “chakuakua”, palabra interpretada por los españoles como “chaquac”. Pronto la palabra evolucionó y fue adoptado para nombrar las chimeneas de las casas, pero con la llegada de las grandes fábricas y sus inmensas cantidades de humo, el término se transfirió hasta ellos.
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La sociedad de entonces no tardó en asociar a las personas fumadoras con estos enormes pilares, de ahí la expresión popular “fumas como chacuaco”.