El miedo extremo e irracional a objetos, situaciones o sensaciones llamado "fobia" es un trastorno de ansiedad que afecta al 9 % de la población mundial, de acuerdo con la UNAM Global.
En muchas familias donde se enmarca ese porcentaje, las fobias se comparten entre generaciones y, aunque algunos creen que se trata de algo psicológico, investigadores de la Universidad Emory de Atlanta han demostrado lo contrario.
El estudio
Lee también: ➡️Venceremos al cáncer, pero llegarán otras enfermedades
Los investigadores adiestraron a ratones para que tuvieran miedo al olor de acetofenona (recuerda al aroma del cerezo en flor) a través de una técnica de condicionamiento del miedo: cada vez que percibían el olor (estímulo condicionado) se les aplicaba una leve descarga eléctrica (estímulo aversivo) en las patas, lo que generó una aversión absoluta al aroma.
A continuación, dejaron que los roedores se reprodujeran; luego examinaron la reacción de sus crías al mismo olor. También investigaron la descendencia de estas últimas y descubrieron que el aroma producía el mismo miedo a todas las generaciones a pesar de que solo las progenitoras habían sido condicionadas.
Aunque no se puede asegurar que el actuar cerebral y condicionamiento de los ratones actúen de la misma forma, sí se han encontrado continuas similitudes que podrían llevarnos a interesantes conclusiones.
Más información: ➡️Toma nota. Esta es la lista de botanas más dañinas del mercado, según Profeco
Estudiando los cerebros de los ratones entrenados y sus descendientes, los científicos encontraron rasgos de cambios estructurales en las áreas utilizadas para la detección de olor.
La información del ADN también mostraba cambios a los que se les llama metilación epigenética, en el gen responsable de detectar el olor, sugiriendo así que las vivencias de alguna manera se transfieren al cerebro del genoma, permitiendo ser transmitida a futuras generaciones.
Los resultados aplicados en humanos
El nuevo reto de los investigadores es averiguar exactamente cómo es que la información logra ser almacenada en el ADN y, posteriormente, reflejar en los genes humanos. Por lo pronto, sabemos que el miedo se aprende como un acto de supervivencia. Los padres enseñan a los hijos a sobrevivir y a reconocer el peligro como algo colectivo que, en muchas ocasiones, puede ser personal.
Te puede interesar: ➡️EndeavorRx, primer videojuego aprobado para tratar el déficit de atención
La buena noticia de que los miedos sean aprendidos y no heredados, según Psicomaster, es que se pueden desaprender. Puede que necesitemos la ayuda de un profesional si el miedo nos acompaña desde hace muchos años, pero el tratamiento de las fobias es muy eficaz (y liberador). Y, de paso, podemos animar a nuestro padre o nuestra madre a que también solucione su miedo. Nunca es tarde para poner solución a nuestras dificultades y ganar bienestar.
No dejes de leer ⬇️