Cada vez más personas son afectadas con trastornos del sueño. Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) revelan que el 40 % de la población mundial duerme mal y una de las afecciones más comunes es la apnea. Este trastorno se expresa cuando la respiración se detiene y vuelve a comenzar repetidamente; se puede reconocer por los ronquidos (30 % de la población masculina adulta los sufre), despertar en repetidas ocasiones y la sensación de cansancio aún después de haber pasado la noche completa de sueño.
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Se estima que mil millones de personas en el mundo padecen apnea. Esto repercute en el estado físico general y la vida cotidiana de la gente, afirma el jefe de la División de Educación Continua e Innovación, de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) León, Roberto Ruiz Díaz.
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Esta alteración del sueño puede estar originada en la obesidad o el sobrepeso, así como los malos hábitos alimenticios. Tomar ciertos medicamentos, como sedantes o somníferos, que reducen o disminuyen la respiración, también puede contribuir. Por su parte, las consecuencias pueden ser la hipertensión y problemas metabólicos. Ya que, con la apnea, se suspende la respiración y, por ende, la oxigenación del cerebro y todos los procesos metabólicos de reparación.
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Para el especialista, lo recomendable es que en la adultez se duerman ocho horas diarias para que las personas pasen por las diferentes etapas del sueño, y que les permita llevar a cabo todos los procesos biológicos de reparación del organismo. En ese sentido, la ayuda multidisciplinaria resulta imperativa: especialidades como la otorrinolaringología, la pediatría, la psicología hasta terapias de lenguaje, y ahora también las odontologías pueden ser buenos aliados.
Además, la sugerencia es hacer ejercicio diariamente, perder peso y dormir de lado o boca abajo en lugar de sobre la espalda. Establecer un horario regular para irse a dormir y despertar, no exceder los 45 minutos en las siestas, evitar pantallas o luz intensa una hora antes de acostarse y reducir el consumo de alimentos por lo menos dos horas previas son los puntos importantes de la higiene del sueño.
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La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó una serie de dispositivos que pueden resultar benéficos para personas que padecen apnea. Uno de ellos es la máquina de presión positiva continua en las vías respiratorias, comúnmente conocida como máquina CPAP, todas las noches durante la hora de dormir. La CPAP utiliza una ligera presión de aire para mantener abierta las vías respiratorias durante el sueño.
Además, certificó un aparato bucal de venta con receta se usa durante la hora de dormir y se ajusta como un protector bucal deportivo o un retenedor de ortodoncia, pero es para los dientes superiores e inferiores. Mantiene la mandíbula colocada hacia adelante para que sus vías respiratorias permanezcan abiertas mientras duerme.
Finalmente, el dispositivo de retención de lengua es un aparato bucal que se coloca en la boca a la hora de dormir e incluye una pieza que impide que la lengua vuelva a caer en las vías respiratorias durante el sueño.
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