El melón es un alimento aromático y delicioso. El 92% de su composición es agua y su aporte energético es de apenas 6%, convirtiéndolo en una fruta refrescante y ligera. Entre su aporte nutricional destaca el contenido de potasio y magnesio, así como las vitaminas A, B, C y E, ácido fólico y fibra.
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En 2020, México ocupó el décimo sitio a nivel internacional en producción de melón con más de 612 toneladas durante su temporada, ¿te animarías a iniciar tu propio cultivo?
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De acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, el melón crece a lo largo del suelo en climas cálidos, y no excesivamente húmedos. No se desarrolla bien en regiones muy lluviosas con poco sol.
Una vez que la planta melonera crece, puede alcanzar los tres metros y medio de longitud, por lo que se deben considerar un espacio amplio que le permita expandirse, además de los siguientes requisitos:
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Lo primero que necesita un campo de melones para ser abundante es un clima cuya temperatura ambiental esté entre los 28 y 35 grados centígrados, y sin lluvias constantes.
Si lo siembras en invernadero, con los cuidados adecuados, puedes cosechar este fruto incluso en meses de heladas como diciembre o enero.
Por el contrario, si eliges cultivar melón directamente en tus campos, debes tener en cuenta que necesita un suelo franco o arenoso con un pH de 6.0 a 7.5. Recuerda que se puede adaptar a tierras con otros tipos de composiciones, mientras tengan un buen drenado.
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Los melones se siembran de marzo a mayo, y dependiendo de la variedad que se haya elegido, germinan en el plazo de 3 a 5 días.
Cómo sembrar melón en un huerto casero
Los huertos familiares ahora tienen un peso importante en la producción de frutas y verduras. George Labrador, comunicador de ciencia y jardinería, propone el siguiente procedimiento para iniciar un huerto en espacios pequeños.
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Toma una maceta de unos 30 cm de profundidad y agrega una capa fina de arcilla en el fondo.
Agrega otra capa de unos 5 cm de estiércol de vaca.
Termina de rellenar la maceta con sustrato o composta.
Abre agujeros de 1 a 1,5 cm de profundidad con una separación de 5 cm entre un orificio y otro.
Inserta en los agujeros las semillas del melón y cúbrelas completamente con el sustrato.
Por último, riega una vez a la semana con el fin de humedecer la tierra, pero evita encharcar. ¡Ya