Tinacales, un legado de tlachiqueros de Tlaxcala

Pequeñas cabañas resguardan el aguamiel extraído del maguey para luego comercializarlo como el elixir de los dioses, el pulque

Armando Pedroza | Colaboración especial

  · domingo 26 de noviembre de 2023

Artemio Vázquez Vázquez, tlachiquero de la comunidad de Ocotlán Tepatlaxco, municipio de Contla de Juan Cuamatzi.Foto: Cortesía | Armando Pedroza

Entrar a un tinacal es viajar mentalmente por el tiempo, donde anteriormente era el lugar de convivencia de los abuelos, hoy son espacios para toda la familia.

Si bien la Real Academia Española no tiene registrada la palabra tinacal, para la Asociación de Academias de la Lengua Española significa lugar donde se procesa el tlachique.

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Y es que la palabra proviene de la conjunción de la lengua castellana y náhuatl, de esta forma, el diccionario de americanismos resume que tina es recipiente y calli representa casa: “la casa de las tinas”.

En realidad es el nombre que los indígenas daban a los lugares donde antiguamente se elaboraba el pulque.

Ahí se utilizaban tinas hechas de cuero de res o de madera, empero actualmente son de plástico.

Hoy en día son pequeñas cabañas, principalmente en medio de la naturaleza, donde se puede disfrutar la bebida recién extraída del corazón del maguey como aguamiel o fermentado en pulque.

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De este modo, Tlaxcala es los pocos estados de la república mexicana donde sigue la producción y comercialización del néctar de origen prehispánico.

Entre los paraísos pulqueros de mayor tradición está Nanacamilpa, Tlaxco, Huamantla, Contla de Juan Cuamatzi, entre otros.

HERENCIA ANCESTRAL

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Ocotlán Tepatlaxco, Contla de Juan Cuamatzi, a las faldas de la Malinche, existe el “Tinacal el Tío”, un lugar tradicional que es atendido por Artemio Vázquez Vázquez, quien heredó de su padre Hipólito Vázquez Flores y de su abuelo Macario Vázquez Vázquez, el oficio de tlachiquero.

Ahí, dos cabañas alojan a sus visitantes, en sus paredes de troncos de madera aparecen decenas de firmas de las personas que han estado en ese lugar y disfrutaron del elixir de los dioses extraído de los magueyes de la gran montaña.

Asimismo, en una de las chozas cuelgan con mecate diferentes tipos de vegetaciones secas que son endémicas de la matlalcuéyatl, que además de adornar, ilustran a los visitantes sobre las propiedades medicinales de cada una.

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El “Tinacal el Tío” está a sólo 15 minutos en automóvil del centro del municipio, pasar por San José Aztatla hasta topar con la capilla de la virgen de Ocotlán, y a 100 metros está la propiedad de la familia Vázquez, heredera de la tradición tlachiquera en ese lugar.

UNA JOYA EN TLAXCO

A 30 minutos de la cabecera municipal de Tlaxco se encuentra la ranchería Las Mesas, un lugar con poco más de 200 habitantes, la mayoría dedicados al campo, ganadería y producción de pulque.

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En ese lugar, la familia Rodríguez López conserva la tradición tlachiquera heredada por padres y abuelos.

Ahí, José Trinidad Rodríguez López y sus hermanos mantienen en pie un tinacal donde se almacenan más de 500 litros de pulque, que se expende en ese lugar y en diferentes lugares del estado.

Al día, dice José Trinidad, extraen 80 litros diarios de aguamiel de los magueyes mansos o de montaña.

De este modo, decenas de clientes llegan a diario al tinacal “Joya de Luna Sagrada” a disfrutar del néctar de los dioses, y más en esta temporada invernal, cuando el pulque tiene un mejor sabor.

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Para llegar a la ranchería, el camino Atotonilco-Las Mesas es la mejor opción de camino encarpetado y sólo unos 800 metros de terracería, donde la panorámica es una experiencia increíble.

El pulque natural es la especialidad, aunque si el antojo es de un curado, de forma artesanal se elabora, sin el uso de licuadoras, para conservar el sabor y consistencia de la bebida.

Además de José Trinidad, sus hermanos Felipe, Delfino, y su sobrino Ignacio Rodríguez Sánchez, siguieron la tradición que heredaron sus padres y abuelos Felipe Rodríguez Carmona y Vicencia López Herrera, ambos ya finados.

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La mejor época para degustar el pulque es en invierno, debido a que la ausencia de lluvias genera un extracto más dulce y con mayor calidad, como lo dijo Rodolfo del Razo Curiel, para El Sol de Tlaxcala en enero de este año.