/ viernes 12 de abril de 2019

ANATOMÍA DE LO SOCIAL

Mis tres amigos y los problemas nacionales

Gobernar no consiste en solucionar problemas, sino en hacer callar a los que los provocan

Giulio Andreotti

El reloj apenas marcaba el medio día, por lo tanto, faltaban unas horas para prepararme y salir a la reunión con los amigos, mientras este tiempo llegaba, según yo, me encontraba revisando unos documentos que debía entregar en la dependencia donde laboro; sin apresurarme, dedicaba particular cuidado a esas tareas, con el propósito de hacerlo correctamente; a punto de terminar mi actividad, recibí una llamada del amigo de la bonanza, pidiéndome que lo acompañara a realizar unos trámites al ayuntamiento, pues debía hacer un pago del impuesto predial; aceptando la invitación, le pedí pasara por mí en mi domicilio ahí cerca de una tienda departamental, allá por Loma Bonita.

En cuanto llegó, de inmediato abordé su automóvil, para dirigirnos al lugar indicado, por una de las calles aledañas a la basílica de Ocotlán. ¡Qué bonita quedó la calle adoquinada! -comentó-, ya era justo, un lugar tan visitado lo merecía, se acabaron los baches para beneplácito de los automovilistas; no bien hubo acabado el comentario, cuando de momento apareció frente a nosotros un enorme tope que, al cruzarlo, casi deja el diferencial de su auto, ¡útale! Expresó, no todo fue tan bueno, esa enorme barda dañará los vehículos que circulen por aquí; me dijeron los vecinos que es un andador peatonal -le argumenté- pero la verdad si he visto como tienen que cruzar los coches, literalmente, para evitar serios daños, ni modo, obras son obras, terminé diciendo.

Cuando llegamos al centro de la ciudad, me dijo, mejor dejo para otro día lo del pago, cuando haga el ayuntamiento la condonación de multas por pagos retrasados, mejor vamos a la agencia de viajes que está ahí por la plaza del “hot dog” antes Xicohténcatl, -cuando terminó ese comentario esbozó una leve sonrisa- para apartar los boletos de mis ya próximas vacaciones; dichoso tú -le dije- los terrenales nos quedaremos aquí solo para cambiar parte de la rutina cotidiana, pues para vacacionar se necesita dinero, cosa que muchos, como yo, no tenemos. Al terminar los pendientes, decidimos ir directamente al lugar de las reuniones con los amigos, pues faltaban pocos minutos para esa hora.

No pasaron ni cinco minutos, cuando ya estábamos todos alrededor de la mesa y con la taza de café servida. Antes de darle un sorbo a su café, el amigo de la buena posición económica tomó la palabra diciendo: al regresar de vacaciones, me voy a presentar con los del sindicato de maestros para ver si me pueden dar una plaza, pues siempre he sido institucional y fiel seguidor de la futura lideresa de los maestros; y estoy seguro, podré incorporarme al sistema educativo para dar clases en alguna escuela.

Para eso tendrás que esperar que la ley actual sea abrogada -le dijo el amigo de la beligerancia- o que se retomé la ley del 2012, luego entonces podrás “comprar” la plaza que quieres, así como incorporarte al nuevo partido político en ciernes. Obvio, bajo los auspicios de la recién liberada maestra, o de igual manera, afiliarte a los opositores del régimen para que seas uno de los manifestantes en contra de las “nuevas” reformas a la ley de esta materia.

Yo creo, intervino el amigo de la mesura, hay otros problemas que nos aquejan y los hemos soslayado por enfocarnos a uno solo; por ejemplo, se acuerdan que el presidente prometió ayudar a los beneficiarios del Infonavit, para revisar los casos particulares, más de aquellos cuyas deudas ya habían sido pagadas hasta tres veces y aún se sigue con el adeudo; lo digo, porque estoy en ese supuesto, ingresé a la página del Instituto, agregando todos mis datos, desde mi nombre, hasta la clave de mi crédito, donde, obviamente, ya tenían información preestablecida, desafortunadamente a pesar de haber pagado durante veinte años, mi deuda es aún mayor al original y, lo peor, fue cuando la el sistema me dijo que no era elegible, que posteriormente se comunicarían conmigo, cuestión que hasta la fecha no ha sucedido.

Ni sucederá -retomó la palabra quien le había precedido- desafortunadamente, la resolución a los problemas por parte del nuevo gobierno, han quedado rezagados, la lentitud en su atención, desesperan a las personas, inclusive, hasta el arrepentimiento de haber sido promotores del cambio.

Escuchas lo que estás diciendo, una vez más hizo uso de la palabra el riquillo del grupo, tu defendías a ultranza al actual ejecutivo, y hoy te notas como un detractor; nada de eso -lo interrumpió el interpelado- al contrario, solo digo que es importante hacer este tipo de señalamientos para recordarle al presidente de los compromisos que adquirió durante su campaña; dicho de otra manera, para pedirle atienda las demandas del pueblo.

Creo que tu postura –hablaba mientras señalaba al reclamante- es buena, en cuanto se hace de esta manera, no con las marchas y condiciones como lo han venido haciendo los profesores de la Coordinadora; como han perdido el juicio, exigiendo cuestiones tan absurdas, como su negativa a reincorporase a sus actividades escolares. Eso es preocupante porque además parece que el ejecutivo se pliega a los insubordinados; pero bueno, creo que esto, de lo educativo, lo de la aparición de un nuevo partido cuya naturaleza se hace evidente en las manos de la otrora líder del sindicato más grande de América Latina; ojalá, todo se restablezca para bien de todos los involucrados en estos quehaceres.

Así nos está pasando, aunque debemos entender que todo cambio provoca incertidumbre, así como la necesidad de contar con el tiempo suficiente para adecuarse a los cambios de un nuevo gobierno, sobre todo cuando se lucha con las inercias del pasado; mientras nos queda esperar, porque todavía hay muchas cosas por atender y, desde luego, problemas por resolver.

Es cierto, dijo quien había iniciado la plática de esa tarde; mejor recordemos nuestras celebraciones de semana santa, cuando nos íbamos a nadar allá en “el molinito” rumbo a Apizaco, por donde se están haciendo cambios a las vialidades; la diversión de ese tiempo, era tan natural, como el agua de ese lugar, después, para comer, las tortas de huevo eran nuestro manjar; era diversión plena, sin tener que pagar tanto como hoy en día, un balneario, te cuesta lo de una semana de trabajo; pero bueno, lo cierto es que a pesar de todo eso, se podía conjugar, el paseo, con lo religioso, pues en nuestras casas era obligado asistir al ex convento franciscano a escuchar las siete palabras, esas eran nuestras vacaciones, disfrutando en familia todo eso que la fortalecía, sin pensar siquiera que en la actualidad atravesaríamos por tantos problemas. Qué tiempos aquellos, idos y que nunca volverán…


Mis tres amigos y los problemas nacionales

Gobernar no consiste en solucionar problemas, sino en hacer callar a los que los provocan

Giulio Andreotti

El reloj apenas marcaba el medio día, por lo tanto, faltaban unas horas para prepararme y salir a la reunión con los amigos, mientras este tiempo llegaba, según yo, me encontraba revisando unos documentos que debía entregar en la dependencia donde laboro; sin apresurarme, dedicaba particular cuidado a esas tareas, con el propósito de hacerlo correctamente; a punto de terminar mi actividad, recibí una llamada del amigo de la bonanza, pidiéndome que lo acompañara a realizar unos trámites al ayuntamiento, pues debía hacer un pago del impuesto predial; aceptando la invitación, le pedí pasara por mí en mi domicilio ahí cerca de una tienda departamental, allá por Loma Bonita.

En cuanto llegó, de inmediato abordé su automóvil, para dirigirnos al lugar indicado, por una de las calles aledañas a la basílica de Ocotlán. ¡Qué bonita quedó la calle adoquinada! -comentó-, ya era justo, un lugar tan visitado lo merecía, se acabaron los baches para beneplácito de los automovilistas; no bien hubo acabado el comentario, cuando de momento apareció frente a nosotros un enorme tope que, al cruzarlo, casi deja el diferencial de su auto, ¡útale! Expresó, no todo fue tan bueno, esa enorme barda dañará los vehículos que circulen por aquí; me dijeron los vecinos que es un andador peatonal -le argumenté- pero la verdad si he visto como tienen que cruzar los coches, literalmente, para evitar serios daños, ni modo, obras son obras, terminé diciendo.

Cuando llegamos al centro de la ciudad, me dijo, mejor dejo para otro día lo del pago, cuando haga el ayuntamiento la condonación de multas por pagos retrasados, mejor vamos a la agencia de viajes que está ahí por la plaza del “hot dog” antes Xicohténcatl, -cuando terminó ese comentario esbozó una leve sonrisa- para apartar los boletos de mis ya próximas vacaciones; dichoso tú -le dije- los terrenales nos quedaremos aquí solo para cambiar parte de la rutina cotidiana, pues para vacacionar se necesita dinero, cosa que muchos, como yo, no tenemos. Al terminar los pendientes, decidimos ir directamente al lugar de las reuniones con los amigos, pues faltaban pocos minutos para esa hora.

No pasaron ni cinco minutos, cuando ya estábamos todos alrededor de la mesa y con la taza de café servida. Antes de darle un sorbo a su café, el amigo de la buena posición económica tomó la palabra diciendo: al regresar de vacaciones, me voy a presentar con los del sindicato de maestros para ver si me pueden dar una plaza, pues siempre he sido institucional y fiel seguidor de la futura lideresa de los maestros; y estoy seguro, podré incorporarme al sistema educativo para dar clases en alguna escuela.

Para eso tendrás que esperar que la ley actual sea abrogada -le dijo el amigo de la beligerancia- o que se retomé la ley del 2012, luego entonces podrás “comprar” la plaza que quieres, así como incorporarte al nuevo partido político en ciernes. Obvio, bajo los auspicios de la recién liberada maestra, o de igual manera, afiliarte a los opositores del régimen para que seas uno de los manifestantes en contra de las “nuevas” reformas a la ley de esta materia.

Yo creo, intervino el amigo de la mesura, hay otros problemas que nos aquejan y los hemos soslayado por enfocarnos a uno solo; por ejemplo, se acuerdan que el presidente prometió ayudar a los beneficiarios del Infonavit, para revisar los casos particulares, más de aquellos cuyas deudas ya habían sido pagadas hasta tres veces y aún se sigue con el adeudo; lo digo, porque estoy en ese supuesto, ingresé a la página del Instituto, agregando todos mis datos, desde mi nombre, hasta la clave de mi crédito, donde, obviamente, ya tenían información preestablecida, desafortunadamente a pesar de haber pagado durante veinte años, mi deuda es aún mayor al original y, lo peor, fue cuando la el sistema me dijo que no era elegible, que posteriormente se comunicarían conmigo, cuestión que hasta la fecha no ha sucedido.

Ni sucederá -retomó la palabra quien le había precedido- desafortunadamente, la resolución a los problemas por parte del nuevo gobierno, han quedado rezagados, la lentitud en su atención, desesperan a las personas, inclusive, hasta el arrepentimiento de haber sido promotores del cambio.

Escuchas lo que estás diciendo, una vez más hizo uso de la palabra el riquillo del grupo, tu defendías a ultranza al actual ejecutivo, y hoy te notas como un detractor; nada de eso -lo interrumpió el interpelado- al contrario, solo digo que es importante hacer este tipo de señalamientos para recordarle al presidente de los compromisos que adquirió durante su campaña; dicho de otra manera, para pedirle atienda las demandas del pueblo.

Creo que tu postura –hablaba mientras señalaba al reclamante- es buena, en cuanto se hace de esta manera, no con las marchas y condiciones como lo han venido haciendo los profesores de la Coordinadora; como han perdido el juicio, exigiendo cuestiones tan absurdas, como su negativa a reincorporase a sus actividades escolares. Eso es preocupante porque además parece que el ejecutivo se pliega a los insubordinados; pero bueno, creo que esto, de lo educativo, lo de la aparición de un nuevo partido cuya naturaleza se hace evidente en las manos de la otrora líder del sindicato más grande de América Latina; ojalá, todo se restablezca para bien de todos los involucrados en estos quehaceres.

Así nos está pasando, aunque debemos entender que todo cambio provoca incertidumbre, así como la necesidad de contar con el tiempo suficiente para adecuarse a los cambios de un nuevo gobierno, sobre todo cuando se lucha con las inercias del pasado; mientras nos queda esperar, porque todavía hay muchas cosas por atender y, desde luego, problemas por resolver.

Es cierto, dijo quien había iniciado la plática de esa tarde; mejor recordemos nuestras celebraciones de semana santa, cuando nos íbamos a nadar allá en “el molinito” rumbo a Apizaco, por donde se están haciendo cambios a las vialidades; la diversión de ese tiempo, era tan natural, como el agua de ese lugar, después, para comer, las tortas de huevo eran nuestro manjar; era diversión plena, sin tener que pagar tanto como hoy en día, un balneario, te cuesta lo de una semana de trabajo; pero bueno, lo cierto es que a pesar de todo eso, se podía conjugar, el paseo, con lo religioso, pues en nuestras casas era obligado asistir al ex convento franciscano a escuchar las siete palabras, esas eran nuestras vacaciones, disfrutando en familia todo eso que la fortalecía, sin pensar siquiera que en la actualidad atravesaríamos por tantos problemas. Qué tiempos aquellos, idos y que nunca volverán…