/ viernes 27 de julio de 2018

Anatomía de los social

Excelente maestro es aquel que, enseñando poco, hace nacer en el alumno un deseo grande de aprender

Arturo Graf

Mis tres amigos y el próximo ciclo escolar

A punto de acabarse el periodo vacacional de verano, o el receso de clases, la gente dedica desde ahora, tiempo y dinero para invertirlo en la educación de los hijos; por ello se hace evidente el flujo constante en una gran cantidad de comercios, particularmente, en aquellos dedicados a la venta de uniformes, útiles escolares y zapaterías, preparándose para el inicio del nuevo ciclo escolar. Motivación intrínseca y esperanzadora basada en la formación, así como el aliciente para lograr una mejoría significativa en las precarias condiciones de vida por la que atraviesan la mayoría de las familias mexicanas.

Aunque el ciclo inicia en el siguiente mes, los preparativos ya se encuentran en proceso, las escuelas ya entregaron la lista de útiles escolares, los libros de texto, se supone, ya se encuentran en los planteles educativos, por lo tanto, además de las compras se iniciaron en algunos lugares las inscripciones y reinscripciones, luego entonces todo quedará listo para el regreso a clases.

Ensimismado en este profundo soliloquio, no me había percatado que ya era la hora para reunirme con los amigos, tuve que apresurarme para no retrasar más mi llegada; a pesar de casi correr al lugar de costumbre, ya se encontraban cómodamente sentados todos mis amigos, ofreciéndoles una disculpa tomé mi lugar, al mismo tiempo que me comprometía a pagar el consumo de la tarde. Hasta que vamos a cortar una flor de tu jardín -dijo uno de ellos- casi siempre le toca al riquillo de la mesa, y bueno, por otro lado, aceptar y entender que su fuero y su posición en la burocracia se han terminado, pues el cambio de gobierno lo obligará a modificar su estilo de vida.

Te equivocas -respondió el aludido- todavía existen otras posibilidades de acomodarme en un espacio de acuerdo a mis capacidades y experiencia laboral, para eso ya estoy en pláticas con los futuros funcionarios de gobierno y es posible pueda acomodarme en otro lugar pero con los mismos ingresos, y si eso no ocurre pues me regresaré a mis plazas como maestro de tiempo completo en la federación, una que tengo por la mañana en una secundaria y la otra por la tarde en un centro de educación media superior; por eso, como podrás ver mi caro e ínclito amigo, las cosas no cambiaran mucho para mí y podré seguir con mi vida acostumbrada.

Eso lo serás tu -le reviraron- eso de ínclito me suena a ignorante y eso no es así, te recuerdo que fuimos juntos a la misma escuela y tuvimos a los mismos maestros, solo que yo no tuve un padrino, como tú, para que me acomodara en un buen puesto en el gobierno. Con una sonrisa en los labios le aclaró al amigo que la palabra era más bien un halago que una agresión refiriéndose a él como un individuo ilustre y muy conocido. Hecha la aclaración, todos con su taza de café en la mano, simbolizando un brindis por la amistad, le dieron un sorbo a tan deliciosa bebida.

Ahora que hablan de la escuela y la educación -intervino el amigo de la mesura- no podemos olvidar que actualmente los procesos de la enseñanza y el aprendizaje, están permeados de múltiples problemas, generados a partir de la famosa reforma estructural; atomizando todas las partes que participan en sus contextos; primero se polariza el gremio magisterial, se politizan sus actores, se burocratizan los procesos con tantos formatos por llenar y se desatienden los objetivos primordiales de la educación, por ende todo lo relativo a la formación integral de los educandos.

Tienes razón -intervino el amigo de la contradicción constante- sin embargo, creo que con el nuevo gobierno la cosas habrán de modificarse para el bien de la misma educación. Primero, desde mi punto de vista, se deben atender los problemas del magisterio, en cuanto a sus relaciones laborales junto con sus percepciones, en consecuencia, me parece, los maestros asumirán de nueva cuenta el papel que les corresponde y recuperar su imagen desgastada y deteriorada por el mismo sistema.

Me parece una postura muy acertada la tuya -le afirmó quien le precedió en la palabra- el sistema deberá mejorar a partir de una restructuración total, involucrando a todos, a todos, me refiero a los padres de familia, maestros, directivos, personal de apoyo y, por supuesto a los estudiantes, en su desempeño personal, así como en la mejor disposición para trabajar en aras del cambio, en consecuencia, los resultados deberán ser diferentes.

Recuerdan ustedes -prosiguió- cuando nosotros íbamos a la escuela, nada sabíamos, como alumnos, de la existencia de un sindicato, mucho menos de un sistema educativo; nosotros llegábamos a la escuela, quizá obligados por los padres, bajo el argumento de que era la mejor herencia que podían dejarnos, pero todo era diferente: sabíamos del castigo por el incumplimiento o la travesura, no sabíamos de la onomatopeya, pero aprendimos a leer y escribir, no sabíamos de reuniones de los maestros porque siempre estaban trabajando en el aula, nos divertíamos en el recreo con una pelota, comprábamos un desayuno escolar distribuido por el Instituto Nacional de Protección a la Infancia (INPI), hacíamos los trabajos manuales para exponerlos, en cada salón, el fin de cursos, no había necesidad de un psicólogo para rescatar de las agresiones verbales y físicas a un alumno, y así tanta cosas que hicieron, sin complacencias, hombres y mujeres de bien.

Cuanta razón guardan tus comentarios -tomó la palabra el amigo de la opulencia- además de los buenos recuerdos, me parece que si se estableciera o se propiciara una autentica sinergia de compromisos y voluntades, el sistema educativo, así como todas las partes que lo integran, se construiría un nuevo paradigma educativo, considerando lo bueno del pasado y aprovechando las nuevas teorías educativas basadas en realidades, se acabarían las disputas gremiales, se modificarían los planes y programas para lograr su aplicación, se suprimiría la burocracia y se lograría el anhelo de muchos, considerando la educación como la base del éxito.

Un reto muy complicado, sin embargo, si todos le aportamos, a la educación lo que corresponde, otra cosa sería, pero lo más importante, y que se necesita para el siguiente ciclo escolar, será la disp


Excelente maestro es aquel que, enseñando poco, hace nacer en el alumno un deseo grande de aprender

Arturo Graf

Mis tres amigos y el próximo ciclo escolar

A punto de acabarse el periodo vacacional de verano, o el receso de clases, la gente dedica desde ahora, tiempo y dinero para invertirlo en la educación de los hijos; por ello se hace evidente el flujo constante en una gran cantidad de comercios, particularmente, en aquellos dedicados a la venta de uniformes, útiles escolares y zapaterías, preparándose para el inicio del nuevo ciclo escolar. Motivación intrínseca y esperanzadora basada en la formación, así como el aliciente para lograr una mejoría significativa en las precarias condiciones de vida por la que atraviesan la mayoría de las familias mexicanas.

Aunque el ciclo inicia en el siguiente mes, los preparativos ya se encuentran en proceso, las escuelas ya entregaron la lista de útiles escolares, los libros de texto, se supone, ya se encuentran en los planteles educativos, por lo tanto, además de las compras se iniciaron en algunos lugares las inscripciones y reinscripciones, luego entonces todo quedará listo para el regreso a clases.

Ensimismado en este profundo soliloquio, no me había percatado que ya era la hora para reunirme con los amigos, tuve que apresurarme para no retrasar más mi llegada; a pesar de casi correr al lugar de costumbre, ya se encontraban cómodamente sentados todos mis amigos, ofreciéndoles una disculpa tomé mi lugar, al mismo tiempo que me comprometía a pagar el consumo de la tarde. Hasta que vamos a cortar una flor de tu jardín -dijo uno de ellos- casi siempre le toca al riquillo de la mesa, y bueno, por otro lado, aceptar y entender que su fuero y su posición en la burocracia se han terminado, pues el cambio de gobierno lo obligará a modificar su estilo de vida.

Te equivocas -respondió el aludido- todavía existen otras posibilidades de acomodarme en un espacio de acuerdo a mis capacidades y experiencia laboral, para eso ya estoy en pláticas con los futuros funcionarios de gobierno y es posible pueda acomodarme en otro lugar pero con los mismos ingresos, y si eso no ocurre pues me regresaré a mis plazas como maestro de tiempo completo en la federación, una que tengo por la mañana en una secundaria y la otra por la tarde en un centro de educación media superior; por eso, como podrás ver mi caro e ínclito amigo, las cosas no cambiaran mucho para mí y podré seguir con mi vida acostumbrada.

Eso lo serás tu -le reviraron- eso de ínclito me suena a ignorante y eso no es así, te recuerdo que fuimos juntos a la misma escuela y tuvimos a los mismos maestros, solo que yo no tuve un padrino, como tú, para que me acomodara en un buen puesto en el gobierno. Con una sonrisa en los labios le aclaró al amigo que la palabra era más bien un halago que una agresión refiriéndose a él como un individuo ilustre y muy conocido. Hecha la aclaración, todos con su taza de café en la mano, simbolizando un brindis por la amistad, le dieron un sorbo a tan deliciosa bebida.

Ahora que hablan de la escuela y la educación -intervino el amigo de la mesura- no podemos olvidar que actualmente los procesos de la enseñanza y el aprendizaje, están permeados de múltiples problemas, generados a partir de la famosa reforma estructural; atomizando todas las partes que participan en sus contextos; primero se polariza el gremio magisterial, se politizan sus actores, se burocratizan los procesos con tantos formatos por llenar y se desatienden los objetivos primordiales de la educación, por ende todo lo relativo a la formación integral de los educandos.

Tienes razón -intervino el amigo de la contradicción constante- sin embargo, creo que con el nuevo gobierno la cosas habrán de modificarse para el bien de la misma educación. Primero, desde mi punto de vista, se deben atender los problemas del magisterio, en cuanto a sus relaciones laborales junto con sus percepciones, en consecuencia, me parece, los maestros asumirán de nueva cuenta el papel que les corresponde y recuperar su imagen desgastada y deteriorada por el mismo sistema.

Me parece una postura muy acertada la tuya -le afirmó quien le precedió en la palabra- el sistema deberá mejorar a partir de una restructuración total, involucrando a todos, a todos, me refiero a los padres de familia, maestros, directivos, personal de apoyo y, por supuesto a los estudiantes, en su desempeño personal, así como en la mejor disposición para trabajar en aras del cambio, en consecuencia, los resultados deberán ser diferentes.

Recuerdan ustedes -prosiguió- cuando nosotros íbamos a la escuela, nada sabíamos, como alumnos, de la existencia de un sindicato, mucho menos de un sistema educativo; nosotros llegábamos a la escuela, quizá obligados por los padres, bajo el argumento de que era la mejor herencia que podían dejarnos, pero todo era diferente: sabíamos del castigo por el incumplimiento o la travesura, no sabíamos de la onomatopeya, pero aprendimos a leer y escribir, no sabíamos de reuniones de los maestros porque siempre estaban trabajando en el aula, nos divertíamos en el recreo con una pelota, comprábamos un desayuno escolar distribuido por el Instituto Nacional de Protección a la Infancia (INPI), hacíamos los trabajos manuales para exponerlos, en cada salón, el fin de cursos, no había necesidad de un psicólogo para rescatar de las agresiones verbales y físicas a un alumno, y así tanta cosas que hicieron, sin complacencias, hombres y mujeres de bien.

Cuanta razón guardan tus comentarios -tomó la palabra el amigo de la opulencia- además de los buenos recuerdos, me parece que si se estableciera o se propiciara una autentica sinergia de compromisos y voluntades, el sistema educativo, así como todas las partes que lo integran, se construiría un nuevo paradigma educativo, considerando lo bueno del pasado y aprovechando las nuevas teorías educativas basadas en realidades, se acabarían las disputas gremiales, se modificarían los planes y programas para lograr su aplicación, se suprimiría la burocracia y se lograría el anhelo de muchos, considerando la educación como la base del éxito.

Un reto muy complicado, sin embargo, si todos le aportamos, a la educación lo que corresponde, otra cosa sería, pero lo más importante, y que se necesita para el siguiente ciclo escolar, será la disp