/ viernes 14 de mayo de 2021

¡De romance...!

Intensas horas de "noviazgo electoral" viven el pueblo de Tlaxcala y de México, con sus candidatos. Acosados estamos por múltiples declaraciones de amor. Desbordados galanteos ante un ciudadano azorado y desconfiado. Los "días de galanteo" son pocos, los partidos y candidatos muchos. Las escondidas ambiciones más. Los ardides de "conquista infinitos". La conquista electoral ronda calles, ciudades y carreteras. No hay punto atractivo que no esté propagandeado. Las rejuvenecidas fotografías y "frases de cariñito electoral". Por las arterias circulan caravanas globeras y embanderadas a lo Hitler. Los candidatos espetan sus mejores frases, juran y perjuran amor eterno, lealtad "a toda prueba". Con camisas bordadas de campaña, afirman "ser los mejores". Se mimetizan con el pueblo, "que serán los más cumplidos", "atentos y cariñosos", cantan y hasta bailan los huehues si usted se lo pide y hacen todo por llegar al voto de un pueblo dolido por la pandemia y la necesidad.

Es la intensidad de la vida política, que desvela a los impresores de propaganda, trípticos y lonas y agobia a pintores de bardas. Pero para un mañana "champañoso", hoy debo ser "campañoso". "El que paga para llegar, llega para robar", porque "hay que rescatar lo invertido y la respectiva utilidad". Y si yo "entré carnicero, hoy salgo empresario y con hermosa residencia, enriquecido hasta los tuétanos". Estos no son tiempos de "pichicaterías". Hay que preparar la oculta bodega de regalos y despensas para que al momento preciso "mis operadores" repartan con discreción. El billete garantizará mi triunfo y hay que cantar, bailar, maquillarse, sonreír, porque los días de campaña son pocos y la elección muy próxima. Es el fingido romance, de amorosa conquista entre quienes pretenden el encargo político y quienes su único patrimonio es el voto. Lo atosigan en las calles, reclamando sus favores. Hasta su puerta nocturnamente reparten mensajes que van a la basura. La T.V. nos "empacha" con retahíla de mensajes que por su estulticia no atendemos.

Víctimas seremos del más despiadado desengaño electoral. Después de conteos y reconteos, litigios, decisiones de los árbitros que también juegan y venden caro su amor hasta con notarias y magistraturas. Vendrá la realidad y al desnudo quedará ese amor fraudulento. Habiendo triunfadores, si se busca el cumplimiento de promesas, se encontrarán puertas cerradas, inútiles antesalas. Amor de unos días, desilusión de tres o seis años. Y como en boda pueblerina, "o te aclimatas o te aclichingas". "El prometer no empobrece". "Tengo muchas cosas que hacer". "Téngame paciencia por favor". "Disculpe al licenciado porque está muy ocupado". "Ya estoy viendo lo tuyo". "Discúlpame, pero tengo muchos compromisos". Nos reubicaremos en la cruda realidad, "borrachera" del triunfo y el acceso al poder, nos llevará a una "cruda" posterior y al chasco, donde habrá de comprobarse "que muchos fueron los llamados y pocos los elegidos"… ¡Elecciones en mi México lindo!, "noviazgo" con un electorado cada vez más desconfiado. Engaños "campañosos" y posteriores desengaños. Escondidas codicias de los "presupuestivoros", comprometidos a dar chamba a novias, parientes, compadres y benefactores. "En el camino ya elegí con que otro munícipe voy a intercambiar cargos para que no se me acuse de nepotismo". Hoy soy "novio puntual", pero mañana "torero". Cambiaremos de "pastores y de siglas, pero no de rebaños". Nuestro pueblo está emergiendo de una pandemia de horror. Pero ni modo, para otros es tiempo de ganar mayorías legislativas. X empresarios conjuntaron siglas partidistas. Se trata de frenar posibles cambios constitucionales que proclamen intenciones nacionalistas. Aquellos cuyo único patrimonio electoral es el voto, o agarran el dinero, licuadora, tinaco, cemento o láminas de asbesto, con que ahora los cohechan, porque será lo único. Ya lo vivimos en el pasado, pero no lo escarmentamos. Está, es la "democracia" que los dueños del poder de México diseñaron, para decirle al votante "tienes el poder del voto y de la decisión" aunque la realidad, es un sistema que beneficia a las elites políticas y económicas de México, cada vez más alejadas del votante.

Intensas horas de "noviazgo electoral" viven el pueblo de Tlaxcala y de México, con sus candidatos. Acosados estamos por múltiples declaraciones de amor. Desbordados galanteos ante un ciudadano azorado y desconfiado. Los "días de galanteo" son pocos, los partidos y candidatos muchos. Las escondidas ambiciones más. Los ardides de "conquista infinitos". La conquista electoral ronda calles, ciudades y carreteras. No hay punto atractivo que no esté propagandeado. Las rejuvenecidas fotografías y "frases de cariñito electoral". Por las arterias circulan caravanas globeras y embanderadas a lo Hitler. Los candidatos espetan sus mejores frases, juran y perjuran amor eterno, lealtad "a toda prueba". Con camisas bordadas de campaña, afirman "ser los mejores". Se mimetizan con el pueblo, "que serán los más cumplidos", "atentos y cariñosos", cantan y hasta bailan los huehues si usted se lo pide y hacen todo por llegar al voto de un pueblo dolido por la pandemia y la necesidad.

Es la intensidad de la vida política, que desvela a los impresores de propaganda, trípticos y lonas y agobia a pintores de bardas. Pero para un mañana "champañoso", hoy debo ser "campañoso". "El que paga para llegar, llega para robar", porque "hay que rescatar lo invertido y la respectiva utilidad". Y si yo "entré carnicero, hoy salgo empresario y con hermosa residencia, enriquecido hasta los tuétanos". Estos no son tiempos de "pichicaterías". Hay que preparar la oculta bodega de regalos y despensas para que al momento preciso "mis operadores" repartan con discreción. El billete garantizará mi triunfo y hay que cantar, bailar, maquillarse, sonreír, porque los días de campaña son pocos y la elección muy próxima. Es el fingido romance, de amorosa conquista entre quienes pretenden el encargo político y quienes su único patrimonio es el voto. Lo atosigan en las calles, reclamando sus favores. Hasta su puerta nocturnamente reparten mensajes que van a la basura. La T.V. nos "empacha" con retahíla de mensajes que por su estulticia no atendemos.

Víctimas seremos del más despiadado desengaño electoral. Después de conteos y reconteos, litigios, decisiones de los árbitros que también juegan y venden caro su amor hasta con notarias y magistraturas. Vendrá la realidad y al desnudo quedará ese amor fraudulento. Habiendo triunfadores, si se busca el cumplimiento de promesas, se encontrarán puertas cerradas, inútiles antesalas. Amor de unos días, desilusión de tres o seis años. Y como en boda pueblerina, "o te aclimatas o te aclichingas". "El prometer no empobrece". "Tengo muchas cosas que hacer". "Téngame paciencia por favor". "Disculpe al licenciado porque está muy ocupado". "Ya estoy viendo lo tuyo". "Discúlpame, pero tengo muchos compromisos". Nos reubicaremos en la cruda realidad, "borrachera" del triunfo y el acceso al poder, nos llevará a una "cruda" posterior y al chasco, donde habrá de comprobarse "que muchos fueron los llamados y pocos los elegidos"… ¡Elecciones en mi México lindo!, "noviazgo" con un electorado cada vez más desconfiado. Engaños "campañosos" y posteriores desengaños. Escondidas codicias de los "presupuestivoros", comprometidos a dar chamba a novias, parientes, compadres y benefactores. "En el camino ya elegí con que otro munícipe voy a intercambiar cargos para que no se me acuse de nepotismo". Hoy soy "novio puntual", pero mañana "torero". Cambiaremos de "pastores y de siglas, pero no de rebaños". Nuestro pueblo está emergiendo de una pandemia de horror. Pero ni modo, para otros es tiempo de ganar mayorías legislativas. X empresarios conjuntaron siglas partidistas. Se trata de frenar posibles cambios constitucionales que proclamen intenciones nacionalistas. Aquellos cuyo único patrimonio electoral es el voto, o agarran el dinero, licuadora, tinaco, cemento o láminas de asbesto, con que ahora los cohechan, porque será lo único. Ya lo vivimos en el pasado, pero no lo escarmentamos. Está, es la "democracia" que los dueños del poder de México diseñaron, para decirle al votante "tienes el poder del voto y de la decisión" aunque la realidad, es un sistema que beneficia a las elites políticas y económicas de México, cada vez más alejadas del votante.