/ viernes 2 de octubre de 2020

¿Democracia para quiénes?

Norteamérica ideó el sistema democrático. Consiste en que el pueblo elija a sus gobernantes. Ellos crearon la primera constitución moderna. Nación que ahora se debate en el caos electoral. Hay quien, a ultranza, quiere quedarse cuatro años más en el poder. La violencia contra la gente de color está en las calles. La pandemia ya ha cobrado más de doscientas mil vidas. En este escenario está en duda la asepsia del sistema electoral y los resultados que produce.

En México, las mañas más inteligentes son producto de la práctica electoral. Así durante setenta años se llevó al poder a quienes no debían estar. La democracia como sistema electoral no es para la gente pobre, si para los pudientes. Tienen para dedicarse a esa vida, tejer relaciones públicas, establecer compromisos demagógicos, costear campañas y publicidad. La democracia es de los ricos. Anoche fuimos testigos de un deprimente espectáculo, en donde privó la mentira, la demagogia y la falta de respeto. La rebatinga por el poder en la nación norteña puede conducir a una crisis constitucional. Los intereses en juego son los más poderosos del planeta. La ambición por dirigir esa nación no tiene límites. Se asemeja a un pleito callejero de canes furiosos.

En cualquier nación el poder económico determina al poder político. La banca, el comercio, la industria, las transnacionales, los dueños de lo mal habido, los que no pagan impuestos, los defraudadores, los narcotraficantes, los que han lucrado con el presupuesto público, los contrabandistas. Los que invierten en campañas para conseguir contratos leoninos para el pueblo, pero que los enriquecen. “un político pobre es un pobre político” decía Carlos Hank. El político de los E.E.U.U desconfía de sus aparatos electorales como nosotros del nuestro. Cuesta miles de millones. Sostiene a una burocracia paradisiaca. Trafican con sus decisiones. Son poderosos enclaves. Pero en aquella ahora, desconfían de la efectividad del voto, del conteo y de sus resultados. Es la sociedad de los multimillonarios cinco estrellas y que dejan la impresión de que no han modernizado sus estructuras electorales porque así les conviene. Votan entre semana, cuando todos trabajan. No tienen voto directo. La opinión pública la crean las encuestas, que están al mejor postor. Televisoras, internet y periódicos colaboran en esa creación. Desde antes apuntan a que la elección será definida por la Suprema Corte. Pero en el debate de anoche, los que participaron no se respetaron ellos ni a su pueblo. “si esa es la muestra, ya ni destapen el huacal” hubiera dicho mi abuela.

Aquí, diputados y senadores ya electos se olvidan de sus electores. En funciones, venden sus decisiones. Les importa un chicle traicionar al país y obedecen solo a quien los pastorea. Un chetumaleño muy querido de mi parte dice que el político es como los perros, todos tienen dueño y obedecen la voz del amo. Observe usted como con frecuencia las cámaras se tornan en tumultos de pleitoneros y gritones. La democracia del priato la dibujo con fidelidad Carlos Alberto Madrazo “al presidente municipal lo elige el gobernador, a este el presidente de la República y a este, su antecesor”. Votamos, pero no sabemos el destino de nuestro voto. Lo extraño es que gane quien gane, los titulares electorales brincan a otros puestos de poder por oscuros méritos. En el cargo se comportan como reyes de opereta. Los partidos buscan controlarlos, porque ahí está lo decisorio. El juego consiste en invertir en las campañas para luego cosechar favores, contratos y dineros.

Hoy la gran ciudad vive la violencia callejera subsidiada, se dice por los factureros fraudulentos que antes no pagaban impuestos y ahora se les obliga. En Chihuahua se quiere hacer manita de puerco al Gobierno federal, negando el cumplimiento de un compromiso federal de aguas con los vecinos, enardeciendo a los agricultores, provocando una respuesta violenta federal. Los comunicadores están endiablados porque ya no tienen los subsidios del pasado. Los “intelectuales” antes poderosos e influyentes, están desenchufados del presupuesto. Ex presidentes, “coca colos”, factureros fraudulentos, contrabandistas de aduanas, maestros de la estafa están soltando a sus demonios de la violencia, fabricando el desquiciamiento social, incitando al golpe de estado. Sienten que el presidente es su empleado y pretenden “despedirlo”. No quieren soltar las ubres del presupuesto y de la ladronería.

La democracia sirve a los poderosos. El votante ha descubierto que es capaz mediante su decisión de elegir presidente, esto irrita a aquellos. El respeto a la libertad de expresión para ellos solo sirve si se trata de “su palabra y de sus decisiones”, pero no la del pueblo. La democracia que para ellos es funcional es la de ellos, no la del pueblo.

Norteamérica ideó el sistema democrático. Consiste en que el pueblo elija a sus gobernantes. Ellos crearon la primera constitución moderna. Nación que ahora se debate en el caos electoral. Hay quien, a ultranza, quiere quedarse cuatro años más en el poder. La violencia contra la gente de color está en las calles. La pandemia ya ha cobrado más de doscientas mil vidas. En este escenario está en duda la asepsia del sistema electoral y los resultados que produce.

En México, las mañas más inteligentes son producto de la práctica electoral. Así durante setenta años se llevó al poder a quienes no debían estar. La democracia como sistema electoral no es para la gente pobre, si para los pudientes. Tienen para dedicarse a esa vida, tejer relaciones públicas, establecer compromisos demagógicos, costear campañas y publicidad. La democracia es de los ricos. Anoche fuimos testigos de un deprimente espectáculo, en donde privó la mentira, la demagogia y la falta de respeto. La rebatinga por el poder en la nación norteña puede conducir a una crisis constitucional. Los intereses en juego son los más poderosos del planeta. La ambición por dirigir esa nación no tiene límites. Se asemeja a un pleito callejero de canes furiosos.

En cualquier nación el poder económico determina al poder político. La banca, el comercio, la industria, las transnacionales, los dueños de lo mal habido, los que no pagan impuestos, los defraudadores, los narcotraficantes, los que han lucrado con el presupuesto público, los contrabandistas. Los que invierten en campañas para conseguir contratos leoninos para el pueblo, pero que los enriquecen. “un político pobre es un pobre político” decía Carlos Hank. El político de los E.E.U.U desconfía de sus aparatos electorales como nosotros del nuestro. Cuesta miles de millones. Sostiene a una burocracia paradisiaca. Trafican con sus decisiones. Son poderosos enclaves. Pero en aquella ahora, desconfían de la efectividad del voto, del conteo y de sus resultados. Es la sociedad de los multimillonarios cinco estrellas y que dejan la impresión de que no han modernizado sus estructuras electorales porque así les conviene. Votan entre semana, cuando todos trabajan. No tienen voto directo. La opinión pública la crean las encuestas, que están al mejor postor. Televisoras, internet y periódicos colaboran en esa creación. Desde antes apuntan a que la elección será definida por la Suprema Corte. Pero en el debate de anoche, los que participaron no se respetaron ellos ni a su pueblo. “si esa es la muestra, ya ni destapen el huacal” hubiera dicho mi abuela.

Aquí, diputados y senadores ya electos se olvidan de sus electores. En funciones, venden sus decisiones. Les importa un chicle traicionar al país y obedecen solo a quien los pastorea. Un chetumaleño muy querido de mi parte dice que el político es como los perros, todos tienen dueño y obedecen la voz del amo. Observe usted como con frecuencia las cámaras se tornan en tumultos de pleitoneros y gritones. La democracia del priato la dibujo con fidelidad Carlos Alberto Madrazo “al presidente municipal lo elige el gobernador, a este el presidente de la República y a este, su antecesor”. Votamos, pero no sabemos el destino de nuestro voto. Lo extraño es que gane quien gane, los titulares electorales brincan a otros puestos de poder por oscuros méritos. En el cargo se comportan como reyes de opereta. Los partidos buscan controlarlos, porque ahí está lo decisorio. El juego consiste en invertir en las campañas para luego cosechar favores, contratos y dineros.

Hoy la gran ciudad vive la violencia callejera subsidiada, se dice por los factureros fraudulentos que antes no pagaban impuestos y ahora se les obliga. En Chihuahua se quiere hacer manita de puerco al Gobierno federal, negando el cumplimiento de un compromiso federal de aguas con los vecinos, enardeciendo a los agricultores, provocando una respuesta violenta federal. Los comunicadores están endiablados porque ya no tienen los subsidios del pasado. Los “intelectuales” antes poderosos e influyentes, están desenchufados del presupuesto. Ex presidentes, “coca colos”, factureros fraudulentos, contrabandistas de aduanas, maestros de la estafa están soltando a sus demonios de la violencia, fabricando el desquiciamiento social, incitando al golpe de estado. Sienten que el presidente es su empleado y pretenden “despedirlo”. No quieren soltar las ubres del presupuesto y de la ladronería.

La democracia sirve a los poderosos. El votante ha descubierto que es capaz mediante su decisión de elegir presidente, esto irrita a aquellos. El respeto a la libertad de expresión para ellos solo sirve si se trata de “su palabra y de sus decisiones”, pero no la del pueblo. La democracia que para ellos es funcional es la de ellos, no la del pueblo.