/ martes 5 de marzo de 2019

La nueva clase política, la gran decepción

  • En este corto tiempo nos hemos dado cuenta de que los diputados salieron buenos para el dispendio al asignarse una dieta por más de ciento cinco mil pesos, más gastos de gestoría, así como de gasolina y apoyo para comprar su automóvil. Eso de la austeridad es puro discurso que está en el cesto de la basura y yace en el limbo de la cuarta transformación.

La nueva generación de políticos tlaxcaltecas ha decepcionado. Y explico por qué: Cada semana cometen pifias que los dejan muy mal parados ante la gente, y el gobernador Marco Antonio Mena, los medios de comunicación y la sociedad les tienen que corregir la plana.

Lo cierto es que en un principio se pensó que la conjugación entre la gobernanza moderna y la cuarta transformación, como ideologías políticas, iba a poner al estado a la vanguardia, pero hoy sabemos que nada de eso ha sucedido.

El desencanto priva y la población ha sido testigo de una serie de acontecimientos políticos negativos e indignos.

Los diputados y diputadas de la LXIII local, en tan solo seis meses, nos han demostrado con creces que eso de legislar simplemente no es lo suyo. Lo suyo es la rapacidad, la componenda en lo oscurito, el histrionismo mediático y la desfachatez para hacer las cosas. Y sencillamente ningún congresista se salva de ello.

La cordura y la sensatez política no están en su visión política.

La más reciente pifia legal fue el “veto” que el Ejecutivo realizó al Decreto 84, por el que reformaron diversas disposiciones a la Ley de Protección Civil del Estado, por ser inconstitucionales e incongruentes con la Constitución federal, específicamente en sus artículos 115 y 124. Pues los indoctos congresistas se extralimitaron en su función legislativa sin que la norma máxima se los permita.

Sin embargo, en este corto tiempo nos hemos dado cuenta que salieron buenos para el dispendio al asignarse una dieta por más de ciento cinco mil pesos, más gastos de gestoría, así como de gasolina y apoyo para comprar su automóvil. Eso de la austeridad es puro discurso que está en el cesto de la basura y yace en el limbo de la cuarta transformación.

Fueron críticos y boquiflojos con “los muros de la ignominia”, que sus antecesores dejaron al interior de ese Poder Legislativo y son un símbolo de la discriminación. No solo los han dejado inmunes, ahora han decidido reforzar ese emblema discriminatorio con la puesta de barrotes de acero en diversos accesos a ese recinto legislativo, según ellos para reforzar su seguridad como si se tratara de proteger a personajes políticos de una hechura incuestionable, dejando a un lado que ese ente sea considerado la casa del pueblo.

Así las cosas, quienes deberían ser ejemplo de madurez política y talante conciliatorio, resultaron un fiasco y por ello nadie respeta lo mandatado por ese Poder.

El caso más representativo de este adjetivo lo demostró el “ombudscopión” Víctor Manuel Cid del Prado Pineda, quien pasándose por el “arco del triunfo” lo mandatado por la Constitución local, decidió asignarles un salario (más de 80 mil pesos al mes) a sus consejeros que tienen el carácter honorífico, y cuya obligación es asistir a sesionar una vez al mes para dar su simple opinión sobre el trabajo que se desarrolla en ese Organismo Garante de Derechos Humanos. Por este hecho, el “copión” y su directora administrativa deberían ser denunciados por el delito de uso indebido de atribuciones y facultades, en tanto los consejeros deberían ser investigados por el ejercicio indebido del servicio público, mientras que los diputados, con sus errores, permiten todas estas barbaridades. Ellos, desde luego, también ya deberían ser castigados.

No le apostemos a que Tlaxcala sea tierra de nadie.

EPÍLOGO...

1.- REPROBADAS... Solo un pretexto necesitaban las supuestas alumnas normalistas para mostrar su verdadera cara delincuencial al saquear una tienda de conveniencia y llevarse diversos artículos, botellas de alcohol y cerveza al por mayor. Protestar por alguna causa, sea la que sea, en este caso para que se vaya el director de Educación Terminal, está bien, siempre que no se vayan al extremo y afecten a terceros.

Pero ¿por qué los tlaxcaltecas nos convertimos en sus rehenes? Las autoridades ya deberían actuar.

No se debe permitir que estas supuestas estudiantes, apoyadas por bandoleros de otros estados, abanderen aquí conflictos en los que no tienen injerencia para hacer de las suyas. En su momento los entonces gobernadores Alfonso Sanchez Anaya y Héctor Ortiz no se los permitieron y la sociedad se los aplaudió. Es tiempo de que se les ponga un alto.

Hasta el próximo martes.


  • En este corto tiempo nos hemos dado cuenta de que los diputados salieron buenos para el dispendio al asignarse una dieta por más de ciento cinco mil pesos, más gastos de gestoría, así como de gasolina y apoyo para comprar su automóvil. Eso de la austeridad es puro discurso que está en el cesto de la basura y yace en el limbo de la cuarta transformación.

La nueva generación de políticos tlaxcaltecas ha decepcionado. Y explico por qué: Cada semana cometen pifias que los dejan muy mal parados ante la gente, y el gobernador Marco Antonio Mena, los medios de comunicación y la sociedad les tienen que corregir la plana.

Lo cierto es que en un principio se pensó que la conjugación entre la gobernanza moderna y la cuarta transformación, como ideologías políticas, iba a poner al estado a la vanguardia, pero hoy sabemos que nada de eso ha sucedido.

El desencanto priva y la población ha sido testigo de una serie de acontecimientos políticos negativos e indignos.

Los diputados y diputadas de la LXIII local, en tan solo seis meses, nos han demostrado con creces que eso de legislar simplemente no es lo suyo. Lo suyo es la rapacidad, la componenda en lo oscurito, el histrionismo mediático y la desfachatez para hacer las cosas. Y sencillamente ningún congresista se salva de ello.

La cordura y la sensatez política no están en su visión política.

La más reciente pifia legal fue el “veto” que el Ejecutivo realizó al Decreto 84, por el que reformaron diversas disposiciones a la Ley de Protección Civil del Estado, por ser inconstitucionales e incongruentes con la Constitución federal, específicamente en sus artículos 115 y 124. Pues los indoctos congresistas se extralimitaron en su función legislativa sin que la norma máxima se los permita.

Sin embargo, en este corto tiempo nos hemos dado cuenta que salieron buenos para el dispendio al asignarse una dieta por más de ciento cinco mil pesos, más gastos de gestoría, así como de gasolina y apoyo para comprar su automóvil. Eso de la austeridad es puro discurso que está en el cesto de la basura y yace en el limbo de la cuarta transformación.

Fueron críticos y boquiflojos con “los muros de la ignominia”, que sus antecesores dejaron al interior de ese Poder Legislativo y son un símbolo de la discriminación. No solo los han dejado inmunes, ahora han decidido reforzar ese emblema discriminatorio con la puesta de barrotes de acero en diversos accesos a ese recinto legislativo, según ellos para reforzar su seguridad como si se tratara de proteger a personajes políticos de una hechura incuestionable, dejando a un lado que ese ente sea considerado la casa del pueblo.

Así las cosas, quienes deberían ser ejemplo de madurez política y talante conciliatorio, resultaron un fiasco y por ello nadie respeta lo mandatado por ese Poder.

El caso más representativo de este adjetivo lo demostró el “ombudscopión” Víctor Manuel Cid del Prado Pineda, quien pasándose por el “arco del triunfo” lo mandatado por la Constitución local, decidió asignarles un salario (más de 80 mil pesos al mes) a sus consejeros que tienen el carácter honorífico, y cuya obligación es asistir a sesionar una vez al mes para dar su simple opinión sobre el trabajo que se desarrolla en ese Organismo Garante de Derechos Humanos. Por este hecho, el “copión” y su directora administrativa deberían ser denunciados por el delito de uso indebido de atribuciones y facultades, en tanto los consejeros deberían ser investigados por el ejercicio indebido del servicio público, mientras que los diputados, con sus errores, permiten todas estas barbaridades. Ellos, desde luego, también ya deberían ser castigados.

No le apostemos a que Tlaxcala sea tierra de nadie.

EPÍLOGO...

1.- REPROBADAS... Solo un pretexto necesitaban las supuestas alumnas normalistas para mostrar su verdadera cara delincuencial al saquear una tienda de conveniencia y llevarse diversos artículos, botellas de alcohol y cerveza al por mayor. Protestar por alguna causa, sea la que sea, en este caso para que se vaya el director de Educación Terminal, está bien, siempre que no se vayan al extremo y afecten a terceros.

Pero ¿por qué los tlaxcaltecas nos convertimos en sus rehenes? Las autoridades ya deberían actuar.

No se debe permitir que estas supuestas estudiantes, apoyadas por bandoleros de otros estados, abanderen aquí conflictos en los que no tienen injerencia para hacer de las suyas. En su momento los entonces gobernadores Alfonso Sanchez Anaya y Héctor Ortiz no se los permitieron y la sociedad se los aplaudió. Es tiempo de que se les ponga un alto.

Hasta el próximo martes.