/ lunes 15 de junio de 2020

Nada Personal | Cochinero

En el robo de 330 lámparas de alumbrado público de una de las nuevas casas de Héctor Domínguez Rugerio, que es utilizada como bodega, algo huele muy mal.

A una semana de que El Sol de Tlaxcala dio a conocer ese cuantioso atraco, el alcalde chiautempense ha guardado silencio absoluto, lo que abona a las dudas de ese hurto.

La misma estrategia de ocultarse para evadir dar una explicación aplicó el munícipe priista al darse a conocer que su gobierno perdió 2.3 millones de pesos para dos importantes obras: el parador turístico en la Antigua Estación del Tren y la reparación de la cúpula y bóveda del templo donde es resguardada la venerada imagen de “Padre Jesús del Convento”.

En el caso de ambos proyectos perdidos se corroboró que Banorte emitió cheques a nombre de dos exempleados del gobierno y así se supo en manos de quiénes quedó ese dinero.

Sin embargo, en el robo de las lámparas y la denuncia que presentó el chofer personal del alcalde, Flavio Mejía Ávila, no queda claro la forma en que ocurrieron esos hechos; eso, sin contar que los vecinos de la Privada 5 de Mayo de la colonia Reforma –algunos de la familia Domínguez- afirman no haberse dado cuenta de algún robo.

Agradezco las preguntas que varios lectores de Nada Personal hicieron llegar vía e-mail, WhatsApp, por inbox y en comentarios directos y las reproduzco íntegras.

¿Por qué Héctor guardó las lámparas en una de sus casas y no en una bodega con vigilancia oficial? ¿Cómo entraron ladrones a una casa con barda de más de tres metros de altura, alambre de púas, cámara de vigilancia y zaguán reforzado que es la única entrada? Si eran 66 cajas con 5 lámparas cada una ¿qué tiempo les llevó cargarlas y por qué ningún vecino vio algo? ¿Las llantas que también dicen se robaron son de los nuevos camiones que compró para la constructora que hace la obra en la Avenida La Paz? ¿La compra de las lámparas pasó por el Comité de Adquisiciones? ¿Hay evidencia de que algún empleado del gobierno las fue a dejar ahí? ¿Por qué reportaron un costo $1,500 si en internet el precio de ese modelo de lámpara no rebasa los $800? ¿El director de Servicios Públicos sabía de la existencia de esas nuevas lámparas? ¿A qué empresa las compraron? ¿La factura es de una empresa legalmente establecida? Interrogantes que deberá aclarar Domínguez Rugerio.

Por cierto, mentirle a la autoridad también es delito y en este penoso caso, que nuevamente pone en evidencia al gobierno de Chiautempan, son más las dudas que las certezas.

COLOFÓN

Mi reconocimiento a la señora Florencia N. por decidir denunciar a su hijo Felipe N. y con ello salvar a su nieta del abuso sexual del que fue víctima por varios meses. Con esa decisión habrá justicia y no venganza, como se ha pedido en redes sociales.

En el robo de 330 lámparas de alumbrado público de una de las nuevas casas de Héctor Domínguez Rugerio, que es utilizada como bodega, algo huele muy mal.

A una semana de que El Sol de Tlaxcala dio a conocer ese cuantioso atraco, el alcalde chiautempense ha guardado silencio absoluto, lo que abona a las dudas de ese hurto.

La misma estrategia de ocultarse para evadir dar una explicación aplicó el munícipe priista al darse a conocer que su gobierno perdió 2.3 millones de pesos para dos importantes obras: el parador turístico en la Antigua Estación del Tren y la reparación de la cúpula y bóveda del templo donde es resguardada la venerada imagen de “Padre Jesús del Convento”.

En el caso de ambos proyectos perdidos se corroboró que Banorte emitió cheques a nombre de dos exempleados del gobierno y así se supo en manos de quiénes quedó ese dinero.

Sin embargo, en el robo de las lámparas y la denuncia que presentó el chofer personal del alcalde, Flavio Mejía Ávila, no queda claro la forma en que ocurrieron esos hechos; eso, sin contar que los vecinos de la Privada 5 de Mayo de la colonia Reforma –algunos de la familia Domínguez- afirman no haberse dado cuenta de algún robo.

Agradezco las preguntas que varios lectores de Nada Personal hicieron llegar vía e-mail, WhatsApp, por inbox y en comentarios directos y las reproduzco íntegras.

¿Por qué Héctor guardó las lámparas en una de sus casas y no en una bodega con vigilancia oficial? ¿Cómo entraron ladrones a una casa con barda de más de tres metros de altura, alambre de púas, cámara de vigilancia y zaguán reforzado que es la única entrada? Si eran 66 cajas con 5 lámparas cada una ¿qué tiempo les llevó cargarlas y por qué ningún vecino vio algo? ¿Las llantas que también dicen se robaron son de los nuevos camiones que compró para la constructora que hace la obra en la Avenida La Paz? ¿La compra de las lámparas pasó por el Comité de Adquisiciones? ¿Hay evidencia de que algún empleado del gobierno las fue a dejar ahí? ¿Por qué reportaron un costo $1,500 si en internet el precio de ese modelo de lámpara no rebasa los $800? ¿El director de Servicios Públicos sabía de la existencia de esas nuevas lámparas? ¿A qué empresa las compraron? ¿La factura es de una empresa legalmente establecida? Interrogantes que deberá aclarar Domínguez Rugerio.

Por cierto, mentirle a la autoridad también es delito y en este penoso caso, que nuevamente pone en evidencia al gobierno de Chiautempan, son más las dudas que las certezas.

COLOFÓN

Mi reconocimiento a la señora Florencia N. por decidir denunciar a su hijo Felipe N. y con ello salvar a su nieta del abuso sexual del que fue víctima por varios meses. Con esa decisión habrá justicia y no venganza, como se ha pedido en redes sociales.