/ lunes 1 de marzo de 2021

Nada Personal | Tumba política

Con su promesa de campaña de construir un nuevo panteón municipal en Chiautempan, el alcalde Héctor Domínguez Rugerio –literal- cavó su propia tumba política.

Su gobierno de 4 años y 8 meses, justo a medio año de concluir, será recordado por los hechos violentos ocurridos en la cabecera municipal ante su incapacidad de diálogo.

Los abusos de poder, conflictos de interés, presunto enriquecimiento ilícito, beneficios económicos para sus hermanas y demás parentela, entre otras acciones y omisiones a lo largo de cuatro años, quedaron rebasados con lo ocurrido el llamado “lunes negro”.

El incumplimiento de acuerdos por parte del alcalde y la cerrazón por parte de la población de San Pedro Muñoztla, puso en riesgo no solo la gobernabilidad de Chiautempan sino la vida de ciudadanos y servidores públicos.

La reunión masiva de personas (por ambos bandos), por momentos hizo olvidar la pandemia y violentar las medidas de sana distancia, al grado de que varios funcionarios ingirieron bebidas alcohólicas para envalentonarse y disponerse a golpear.

Por dónde quiera que se vea, es reprobable la agresión que recibieron varios adultos mayores detenidos por parte de policías, así como la brutal golpiza a un policía y al director de Transparencia, Luciano Cervantes, a manos de la población de Muñoztla.

En 2019 y en este mismo espacio, Nada Personal se refirió al tema del nuevo panteón con la frase: “lo que mal empieza, mal termina”, en alusión a una de las leyes de Murphy.

Dos años después se vive un serio problema por la alevosa actitud del alcalde Héctor Domínguez para cumplir su promesa de campaña -hasta hoy incumplida-, al no considerar a la población regida por usos y costumbres e imponer su voluntad en el proyecto.

¿Acaso no hubo alguien que le dijera a Domínguez que en Muñoztla pesan más las decisiones de sus “tiaxcas” que de sus autoridades civiles? Por lo visto no.

Al acusarse mutuamente de incumplimiento de acuerdos, la postura del gobierno y de la población de Muñoztla está entrampada y, por las agresiones a adultos mayores, se ve difícil que la comunidad decida destrabar el conflicto.

A eso hay que sumar la postura del Ejecutivo que, si bien el año pasado intervino para tratar de darle solución mediante la firma de un convenio, ahora a través de la Secretaría de Gobierno ya dijo que el tema es de índole local y hasta evidenció incapacidad municipal.

Por cierto, durante la marcha de ayer ni los cubrebocas impidieron notar que en su mayoría participaron empleados del gobierno a los que les pasaron lista, junto con sus tres familiares.

El ardiente sol sofocó a los manifestantes que apoyan la construcción del panteón en Muñoztla, a quienes al final les repartieron su respectiva torta de jamón y un jugo, mientras que, al mismo tiempo, el alcalde Héctor Domínguez disfrutó el buffet dominical en el restaurante del Hotel del Ángel, en Apizaco.

moises.morales@elsoldetlaxcala.com.mx

Con su promesa de campaña de construir un nuevo panteón municipal en Chiautempan, el alcalde Héctor Domínguez Rugerio –literal- cavó su propia tumba política.

Su gobierno de 4 años y 8 meses, justo a medio año de concluir, será recordado por los hechos violentos ocurridos en la cabecera municipal ante su incapacidad de diálogo.

Los abusos de poder, conflictos de interés, presunto enriquecimiento ilícito, beneficios económicos para sus hermanas y demás parentela, entre otras acciones y omisiones a lo largo de cuatro años, quedaron rebasados con lo ocurrido el llamado “lunes negro”.

El incumplimiento de acuerdos por parte del alcalde y la cerrazón por parte de la población de San Pedro Muñoztla, puso en riesgo no solo la gobernabilidad de Chiautempan sino la vida de ciudadanos y servidores públicos.

La reunión masiva de personas (por ambos bandos), por momentos hizo olvidar la pandemia y violentar las medidas de sana distancia, al grado de que varios funcionarios ingirieron bebidas alcohólicas para envalentonarse y disponerse a golpear.

Por dónde quiera que se vea, es reprobable la agresión que recibieron varios adultos mayores detenidos por parte de policías, así como la brutal golpiza a un policía y al director de Transparencia, Luciano Cervantes, a manos de la población de Muñoztla.

En 2019 y en este mismo espacio, Nada Personal se refirió al tema del nuevo panteón con la frase: “lo que mal empieza, mal termina”, en alusión a una de las leyes de Murphy.

Dos años después se vive un serio problema por la alevosa actitud del alcalde Héctor Domínguez para cumplir su promesa de campaña -hasta hoy incumplida-, al no considerar a la población regida por usos y costumbres e imponer su voluntad en el proyecto.

¿Acaso no hubo alguien que le dijera a Domínguez que en Muñoztla pesan más las decisiones de sus “tiaxcas” que de sus autoridades civiles? Por lo visto no.

Al acusarse mutuamente de incumplimiento de acuerdos, la postura del gobierno y de la población de Muñoztla está entrampada y, por las agresiones a adultos mayores, se ve difícil que la comunidad decida destrabar el conflicto.

A eso hay que sumar la postura del Ejecutivo que, si bien el año pasado intervino para tratar de darle solución mediante la firma de un convenio, ahora a través de la Secretaría de Gobierno ya dijo que el tema es de índole local y hasta evidenció incapacidad municipal.

Por cierto, durante la marcha de ayer ni los cubrebocas impidieron notar que en su mayoría participaron empleados del gobierno a los que les pasaron lista, junto con sus tres familiares.

El ardiente sol sofocó a los manifestantes que apoyan la construcción del panteón en Muñoztla, a quienes al final les repartieron su respectiva torta de jamón y un jugo, mientras que, al mismo tiempo, el alcalde Héctor Domínguez disfrutó el buffet dominical en el restaurante del Hotel del Ángel, en Apizaco.

moises.morales@elsoldetlaxcala.com.mx