/ martes 10 de abril de 2018

Robar autos es ya un “deporte favorito” en Tlaxcala

Robar automóviles de cualquier tipo –desde los más económicos hasta los más lujosos- se ha convertido en los últimos años en un “deporte favorito” en Tlaxcala. No hay un solo día en que no hurten un vehículo. A los ladrones ya no les importa la hora, lo mismo pueden hacerlo en la madrugada que a plena luz del día.


Tampoco el lugar importa para los delincuentes quienes lo mismo pueden robarse un carro en las comunidades más lejanas que en pleno centro de las ciudades más importantes. En Tlaxcala, capital, incluso, en el colmo de los colmos, han robado autos frente a Palacio de Gobierno, a un costado de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) y a unas cuadras del cuartel de la Policía Federal.

El problema no solo estriba en que siguen robando automóviles, sino que con el paso de los días los atracos son cada vez más violentos. Solo basta leer lo publicado en la sección Justicia de El Sol de Tlaxcala para saber que a los hampones ya no satisface solo llevarse la unidad automotora que esté estacionada, sino que les gusta que ande circulando para hacer uso de la violencia y, en algunos casos, usar armas de fuego.

Lo cierto es que frente a este problema, las autoridades se han visto incompetentes. Este ilícito está imparable y nadie hace algo por detenerlo. Los policías municipales son rebasados, no saben cómo prevenir esta situación; a la estatal que dirige Hervé Hurtado Ruiz simplemente no le importa y la PGJE es incapaz de recuperar las unidades que, después de robadas, en menos de una hora, son desvalijadas.

Si las autoridades ya tienen ubicadas las zonas donde más roban automóviles ¿por qué no refuerzan los operativos de vigilancia? Esa indiferencia suena a complicidad. Ante la incompetencia, el gobernador Marco Antonio Mena no tiene de otra más que realizar –lo más pronto posible- cambios en la Comisión Estatal de Seguridad pues el actual titular simplemente no da el ancho.Al tiempo

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EPÍLOGO…

1.- CON LO QUE HAY QUE LIDIAR…Hasta cuando los funcionarios y clase política seguirán improvisando para tratar de cumplir con lo que el pueblo mandata y no seguir simulando con discursos legaloides y trillados que solo llevan a que la sociedad desconfíe más de ellos. Esto viene a colación porque algunas diputadas y diputados insensatos que no ven más que su beneficio propio y, escudándose en la ley que ellos mismos a modo hicieron, van en busca de la relección, pero no quieren hacer efectiva la licencia correspondiente para ya no seguir sangrando al erario. Tampoco les importa que las sesiones que, por ley deben realizar, se suspendan continuamente.

Ojalá cuando acudan a pedir el voto, los electores les echen en cara su cinismo político a los priistas Ignacio Ramírez Sánchez, Enrique Padilla Sánchez, Arnulfo Arévalo Lara y Eréndira Cova Brindis; a Fidel Águila y Aitzury Sandoval Vega del PVEM; a Dulce María Mastranzo Corona del PAN; a Adrián Xochitemo, Cesar Fredy Cuatecontzi Cuahutle y Alberto Amaro del PRD. Así como a Guadalupe Sánchez Santiago, Sandra Corona y Mariano González Aguirre, que buscan diputaciones federales.

Pues mientras estos insensatos están en busca de seguir viviendo del erario, su trabajo en la Legislatura Local ha sido más que gris. Los pendientes legislativos que dejan son muchos: la elección del titular del Órgano Interno de Control del ITE, la conclusión de los trabajos del Sistema Estatal Anticorrupción, la solución al conflicto de Ixtenco y varias iniciativas de ley.

Eso de improvisar en las principales funciones públicas es un mal que aqueja actualmente a la entidad. Entonces, para qué crear una “flamante” Secretaría de Políticas Públicas y Participación Ciudadana, que hoy sabemos existe porque su titular Lenin Calva Pérez salió a decir que el Ejecutivo analiza la posibilidad de instalar un sistema de alarma sísmica. ¿Para qué diablos está la Coordinación Estatal de Protección Civil? ¿Para qué esta doble función? Cuando se creó esta institución, no se le vio ninguna viabilidad en la práctica, se supone que para eso existe el Colegio de Tlaxcala, donde existen expertos que deben suministrar los insumos teóricos y metodológicos al Ejecutivo.

En este mismo sentido, el pasado domingo, este Diario reveló que desde 2016 la CNDH advirtió sobre los riesgos que corren las internas del anexo femenil del Cereso de Apizaco, derivado de las deficiencias que presentan las instalaciones para garantizar su integridad física, el hecho fue ignorado y pone en duda la investigación que se desarrolla en torno a la mujer que supuestamente se suicidó al ser acusada de maltratar a menores. En este embrollo legal, la CEDH que preside el ombudscopión Víctor Manuel Cid del Prado Pineda ¿qué ha hecho? Como siempre su ineptitud para actuar en casos delicados deja mucho que desear, nunca abrió una investigación de oficio para deslindar responsabilidades, y ahora todo lo que se realice en torno a este tema estará lleno de suspicacias.

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Robar automóviles de cualquier tipo –desde los más económicos hasta los más lujosos- se ha convertido en los últimos años en un “deporte favorito” en Tlaxcala. No hay un solo día en que no hurten un vehículo. A los ladrones ya no les importa la hora, lo mismo pueden hacerlo en la madrugada que a plena luz del día.


Tampoco el lugar importa para los delincuentes quienes lo mismo pueden robarse un carro en las comunidades más lejanas que en pleno centro de las ciudades más importantes. En Tlaxcala, capital, incluso, en el colmo de los colmos, han robado autos frente a Palacio de Gobierno, a un costado de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) y a unas cuadras del cuartel de la Policía Federal.

El problema no solo estriba en que siguen robando automóviles, sino que con el paso de los días los atracos son cada vez más violentos. Solo basta leer lo publicado en la sección Justicia de El Sol de Tlaxcala para saber que a los hampones ya no satisface solo llevarse la unidad automotora que esté estacionada, sino que les gusta que ande circulando para hacer uso de la violencia y, en algunos casos, usar armas de fuego.

Lo cierto es que frente a este problema, las autoridades se han visto incompetentes. Este ilícito está imparable y nadie hace algo por detenerlo. Los policías municipales son rebasados, no saben cómo prevenir esta situación; a la estatal que dirige Hervé Hurtado Ruiz simplemente no le importa y la PGJE es incapaz de recuperar las unidades que, después de robadas, en menos de una hora, son desvalijadas.

Si las autoridades ya tienen ubicadas las zonas donde más roban automóviles ¿por qué no refuerzan los operativos de vigilancia? Esa indiferencia suena a complicidad. Ante la incompetencia, el gobernador Marco Antonio Mena no tiene de otra más que realizar –lo más pronto posible- cambios en la Comisión Estatal de Seguridad pues el actual titular simplemente no da el ancho.Al tiempo

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EPÍLOGO…

1.- CON LO QUE HAY QUE LIDIAR…Hasta cuando los funcionarios y clase política seguirán improvisando para tratar de cumplir con lo que el pueblo mandata y no seguir simulando con discursos legaloides y trillados que solo llevan a que la sociedad desconfíe más de ellos. Esto viene a colación porque algunas diputadas y diputados insensatos que no ven más que su beneficio propio y, escudándose en la ley que ellos mismos a modo hicieron, van en busca de la relección, pero no quieren hacer efectiva la licencia correspondiente para ya no seguir sangrando al erario. Tampoco les importa que las sesiones que, por ley deben realizar, se suspendan continuamente.

Ojalá cuando acudan a pedir el voto, los electores les echen en cara su cinismo político a los priistas Ignacio Ramírez Sánchez, Enrique Padilla Sánchez, Arnulfo Arévalo Lara y Eréndira Cova Brindis; a Fidel Águila y Aitzury Sandoval Vega del PVEM; a Dulce María Mastranzo Corona del PAN; a Adrián Xochitemo, Cesar Fredy Cuatecontzi Cuahutle y Alberto Amaro del PRD. Así como a Guadalupe Sánchez Santiago, Sandra Corona y Mariano González Aguirre, que buscan diputaciones federales.

Pues mientras estos insensatos están en busca de seguir viviendo del erario, su trabajo en la Legislatura Local ha sido más que gris. Los pendientes legislativos que dejan son muchos: la elección del titular del Órgano Interno de Control del ITE, la conclusión de los trabajos del Sistema Estatal Anticorrupción, la solución al conflicto de Ixtenco y varias iniciativas de ley.

Eso de improvisar en las principales funciones públicas es un mal que aqueja actualmente a la entidad. Entonces, para qué crear una “flamante” Secretaría de Políticas Públicas y Participación Ciudadana, que hoy sabemos existe porque su titular Lenin Calva Pérez salió a decir que el Ejecutivo analiza la posibilidad de instalar un sistema de alarma sísmica. ¿Para qué diablos está la Coordinación Estatal de Protección Civil? ¿Para qué esta doble función? Cuando se creó esta institución, no se le vio ninguna viabilidad en la práctica, se supone que para eso existe el Colegio de Tlaxcala, donde existen expertos que deben suministrar los insumos teóricos y metodológicos al Ejecutivo.

En este mismo sentido, el pasado domingo, este Diario reveló que desde 2016 la CNDH advirtió sobre los riesgos que corren las internas del anexo femenil del Cereso de Apizaco, derivado de las deficiencias que presentan las instalaciones para garantizar su integridad física, el hecho fue ignorado y pone en duda la investigación que se desarrolla en torno a la mujer que supuestamente se suicidó al ser acusada de maltratar a menores. En este embrollo legal, la CEDH que preside el ombudscopión Víctor Manuel Cid del Prado Pineda ¿qué ha hecho? Como siempre su ineptitud para actuar en casos delicados deja mucho que desear, nunca abrió una investigación de oficio para deslindar responsabilidades, y ahora todo lo que se realice en torno a este tema estará lleno de suspicacias.

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