/ viernes 5 de agosto de 2022

“¿Será verdad…?”

La fresca noticia es que la Fiscalía le abrió expedientes indagatorios a Peña Nieto. Por malversación de fondos, por enriquecimiento sin explicación. Esto en México no es nuevo. De tanto que sucede, los mexicanos nos hemos acostumbrado a que los “ex” salgan multimillonarios y hasta empleados de los corporativos internacionales. Con sus excepciones.

Se dice que Ruiz Cortínez entró y salió en la más notoria modestia. Pero se ha vuelto una costumbre que las camarillas presidenciales expriman al erario y vayan endrogando al país en lo interno y en lo externo. Como lema de campaña, el actual pregonó que se perseguiría la corrupción y que con solo combatirla se recuperaría lo necesario para desarrollar a México. Pero lo que mueve la atención es que también la actual administración ha encontrado malversaciones cuantiosas en Segalmex, entidad pública que se encarga de garantizar la alimentación del país. Doce mil quinientos millones y once mil más por la compra de leche. Ovalle Fernández. Protector de AMLO, en sus orígenes políticos, es quien manejó esa institución. No sabemos si él es responsable, pero sí que ya fue encargado de otra área en la administración pública. Los mexicanos esperamos el procedente castigo y las correcciones debidas. En el pasado han saqueado al país con la derecha y con la izquierda, hasta los panistas se formaron y saquearon. Pero falta por destapar las podredumbres que puedan existir en otras áreas como las aduanas, las universidades del nuevo régimen, que quedaron bajo la libre y voluntariosa decisión de quienes, se sabe, se están enriqueciendo. El nuevo banco guardará sorpresas y así todas las áreas. Se ha llegado a creer que la política es la actividad encaminada al rápido enriquecimiento. Se piensa que están en su oportunidad y no la quieren desperdiciar. Hasta Morena está incurriendo en los antiguos vicios, ha “cachado” todas las podredumbres de los otros partidos, políticos que en su oportunidad van a repetir el saqueadero.

La indagación de que ahora es objeto Peña Nieto admite una doble lectura. PRIMERO. Que solo se trate de una pinza de presión para obligar al grupo Atlacomulco. Que solo sean luces de artificio allá en el horizonte que a uno espante y a otros hipnóticamente cautive. Es bien sabido que ese poderoso grupo ha sido por décadas “semillero-escuela” de infinidad de políticos que ahora flotan en dinero. “Un político pobre es un pobre político”, enseñó Carlos Hank, y la gran mayoría aprendió muy bien la lección. Si de ellos se investigara sus fortunas en los paraísos fiscales, quedaríamos pasmados del asombro. Que se trate pues de hacerles manita de puerco para que entreguen el poder del Edomex, y el actual régimen reconfigure el mapa político de los estados y se desmantele de una vez por toda aquella estructura de poder. Ante la incredulidad de quienes han sido prohijados a su amparo. SEGUNDO. Que sea auténtico el ánimo aplicador de la Ley para combatir la corrupción, caso en el cual el mercado electoral abastecería millonadas de votos para Morena, por que hastiados estamos ya de tanta robadera. Como quiera que sea, es bueno mencionar lo que recientemente declaró Sandra Ávila, conocida como “La Reina del Pacífico”, quien por el medio en que se ha desenvuelto conoce y afirmó: “Quien debería estar siendo juzgado es Calderón, porque es el más sanguinario y porque de forma directa guardó relación con los cárteles de la droga”. Conste que “monje que lo predica es por que estudiado lo tiene”, pero ella declara y sus palabras tienen resonancia por quien es. Esas son verdades que, por sabidas, ya no se mencionan, pero que el pueblo de México sabe y la sociedad entera conoce. Qué más se podía esperar de quien hasta la presidencia se robó.

Se ha llegado a creer que la política es la actividad encaminada al rápido enriquecimiento. Se piensa que están en su oportunidad y no la quieren desperdiciar. Hasta Morena está incurriendo en los antiguos vicios, ha “cachado” todas las podredumbres de los otros partidos, políticos que en su oportunidad van a repetir el saqueadero.


La fresca noticia es que la Fiscalía le abrió expedientes indagatorios a Peña Nieto. Por malversación de fondos, por enriquecimiento sin explicación. Esto en México no es nuevo. De tanto que sucede, los mexicanos nos hemos acostumbrado a que los “ex” salgan multimillonarios y hasta empleados de los corporativos internacionales. Con sus excepciones.

Se dice que Ruiz Cortínez entró y salió en la más notoria modestia. Pero se ha vuelto una costumbre que las camarillas presidenciales expriman al erario y vayan endrogando al país en lo interno y en lo externo. Como lema de campaña, el actual pregonó que se perseguiría la corrupción y que con solo combatirla se recuperaría lo necesario para desarrollar a México. Pero lo que mueve la atención es que también la actual administración ha encontrado malversaciones cuantiosas en Segalmex, entidad pública que se encarga de garantizar la alimentación del país. Doce mil quinientos millones y once mil más por la compra de leche. Ovalle Fernández. Protector de AMLO, en sus orígenes políticos, es quien manejó esa institución. No sabemos si él es responsable, pero sí que ya fue encargado de otra área en la administración pública. Los mexicanos esperamos el procedente castigo y las correcciones debidas. En el pasado han saqueado al país con la derecha y con la izquierda, hasta los panistas se formaron y saquearon. Pero falta por destapar las podredumbres que puedan existir en otras áreas como las aduanas, las universidades del nuevo régimen, que quedaron bajo la libre y voluntariosa decisión de quienes, se sabe, se están enriqueciendo. El nuevo banco guardará sorpresas y así todas las áreas. Se ha llegado a creer que la política es la actividad encaminada al rápido enriquecimiento. Se piensa que están en su oportunidad y no la quieren desperdiciar. Hasta Morena está incurriendo en los antiguos vicios, ha “cachado” todas las podredumbres de los otros partidos, políticos que en su oportunidad van a repetir el saqueadero.

La indagación de que ahora es objeto Peña Nieto admite una doble lectura. PRIMERO. Que solo se trate de una pinza de presión para obligar al grupo Atlacomulco. Que solo sean luces de artificio allá en el horizonte que a uno espante y a otros hipnóticamente cautive. Es bien sabido que ese poderoso grupo ha sido por décadas “semillero-escuela” de infinidad de políticos que ahora flotan en dinero. “Un político pobre es un pobre político”, enseñó Carlos Hank, y la gran mayoría aprendió muy bien la lección. Si de ellos se investigara sus fortunas en los paraísos fiscales, quedaríamos pasmados del asombro. Que se trate pues de hacerles manita de puerco para que entreguen el poder del Edomex, y el actual régimen reconfigure el mapa político de los estados y se desmantele de una vez por toda aquella estructura de poder. Ante la incredulidad de quienes han sido prohijados a su amparo. SEGUNDO. Que sea auténtico el ánimo aplicador de la Ley para combatir la corrupción, caso en el cual el mercado electoral abastecería millonadas de votos para Morena, por que hastiados estamos ya de tanta robadera. Como quiera que sea, es bueno mencionar lo que recientemente declaró Sandra Ávila, conocida como “La Reina del Pacífico”, quien por el medio en que se ha desenvuelto conoce y afirmó: “Quien debería estar siendo juzgado es Calderón, porque es el más sanguinario y porque de forma directa guardó relación con los cárteles de la droga”. Conste que “monje que lo predica es por que estudiado lo tiene”, pero ella declara y sus palabras tienen resonancia por quien es. Esas son verdades que, por sabidas, ya no se mencionan, pero que el pueblo de México sabe y la sociedad entera conoce. Qué más se podía esperar de quien hasta la presidencia se robó.

Se ha llegado a creer que la política es la actividad encaminada al rápido enriquecimiento. Se piensa que están en su oportunidad y no la quieren desperdiciar. Hasta Morena está incurriendo en los antiguos vicios, ha “cachado” todas las podredumbres de los otros partidos, políticos que en su oportunidad van a repetir el saqueadero.