/ viernes 15 de octubre de 2021

¡Solo un traidor…!

Advirtió Adolfo López Mateos al pueblo de México en 1960, al nacionalizar la industria eléctrica, que en el futuro, a través de medios sutiles, intentarían los traidores a la patria, entregar al extranjero tanto el petróleo como la electricidad. En 1937, Lázaro Cárdenas al crear la CFE presupuestó cincuenta mil pesos y con quince trabajadores pioneros iniciaron la proeza de erigir la primera planta generadora de electricidad. Al igual que PEMEX, CFE sintetiza las luchas sociales por la independencia y la soberanía, pero también por el suministro de energías claves para el desarrollo de México.

“Electricidad para el progreso de México”, fue la consigna inicial cuando López Mateos adquirió a los extranjeros sus empresas eléctricas, que solo revendían encarecido, lo que CFE producía. Les importaba negociar, no electrificar. No que se iluminara o moviera el progreso, tampoco que los hogares de todo el país accesaran a ese beneficio. En estos días, el orbe mira con incredulidad asomarse la punta del iceberg de una crisis energética en la producción, suministro y costo de las tarifas eléctricas. España e Inglaterra ya confrontan ese problema. En España, la siderúrgica número uno se detuvo por incosteabilidad en sus costos finales por el encarecimiento de la electricidad. En Inglaterra ocurre algo semejante, solo que ahí es la distribución de alimentos la que sufre la crisis. En ambos países las tarifas domésticas se han incrementado escandalosamente hasta en un quinientos por ciento. Si no lo resuelven pronto, les espera un invierno difícil, gélido, en la miseria y enfermedad si sus políticos no encuentran la salida. Cómplices han sido de este despojo que a ambas naciones les aqueja.

¿Cómo llegaron a esto? La perversa maquinación consiste en que Iberdrola y Naturgy se apoderaron de un mercado multibillonario, fabricando secretarios de Energía como el caso de Felipe Calderón, después presidentes como el mismo Calderón y Peña Nieto. Comprando millonariamente diputados. Disfrazando la entrega de la riqueza eléctrica de “reformas” aparentemente benéficas para el consumidor, comprando a los medios de comunicación. Entregando vaya usted a saber a quienes, moches multimillonarios y embutes y acordando con aquellos que internacionalmente influyen para que primero sean presidentes de su país y luego empleados de sus consejos de administración. Como el caso de Felipe Calderón y Georgina Kessel. Capacitando fuera de México a los jueces que habrían de resolver las futuras demandas en su contra y ubicándolos en puestos judiciales claves. Delincuencia amplificada y organizada que abarcó a los altos mandos nacionales, para “quebrar” a la CFE en nueve compañías, imponerle contratos leoninos desventajosos, obligarla a operar en un mercado eléctrico paralelo. Desventajoso. A pagar incentivos multimillonarios a los privados por certificados de energía limpia. Estos tan solo en veinte años sangrarán a CFE con cien mil millones. A comprar y distribuir la energía ajena en desventaja de la propia y regalar el porteo de la energía de los privados en las redes nacionales, esas que tanto dinero y esfuerzo costó a los mexicanos. Nada más en 2020 CFE erogó comprando energía a los productores privados y al precio que ellos quisieron, doscientos veintitrés mil millones de pesos. Por lo cual dejó de producir doscientos quince mil millones. Escribe Fernández Vega “todo esto desembocó en un mercado perverso a favor de los españoles”. Ahora resulta que los “achichincles” mexicanos de Iberdrola y Naturgy, sus personeros, se desgañitan gritando y pataleando que el estado mexicano “busca el monopolio”, que “subirán las tarifas eléctricas”, que “se ahuyentará la inversión extranjera”, etc.; y sus mandaderos y gatos de la triada PRI-PAN-PRD todos los días pegan alaridos y siembran mentiras defendiéndolos. En cambio, no se conduelen de que ese dinero que se embolsan las eléctricas españolas sale del bolsillo de todos los mexicanos, vía el pago de tarifas eléctricas.

Cuánta razón tenía López Mateos. Ya estamos frente a ese futuro que pronosticó. Con mentiras e intrigas los malos mexicanos quieren seguir regalando lo que es de la nación. ¡Son los traidores de siempre! ¡Los mismos que trajeron a Maximiliano y Carlota!

Advirtió Adolfo López Mateos al pueblo de México en 1960, al nacionalizar la industria eléctrica, que en el futuro, a través de medios sutiles, intentarían los traidores a la patria, entregar al extranjero tanto el petróleo como la electricidad. En 1937, Lázaro Cárdenas al crear la CFE presupuestó cincuenta mil pesos y con quince trabajadores pioneros iniciaron la proeza de erigir la primera planta generadora de electricidad. Al igual que PEMEX, CFE sintetiza las luchas sociales por la independencia y la soberanía, pero también por el suministro de energías claves para el desarrollo de México.

“Electricidad para el progreso de México”, fue la consigna inicial cuando López Mateos adquirió a los extranjeros sus empresas eléctricas, que solo revendían encarecido, lo que CFE producía. Les importaba negociar, no electrificar. No que se iluminara o moviera el progreso, tampoco que los hogares de todo el país accesaran a ese beneficio. En estos días, el orbe mira con incredulidad asomarse la punta del iceberg de una crisis energética en la producción, suministro y costo de las tarifas eléctricas. España e Inglaterra ya confrontan ese problema. En España, la siderúrgica número uno se detuvo por incosteabilidad en sus costos finales por el encarecimiento de la electricidad. En Inglaterra ocurre algo semejante, solo que ahí es la distribución de alimentos la que sufre la crisis. En ambos países las tarifas domésticas se han incrementado escandalosamente hasta en un quinientos por ciento. Si no lo resuelven pronto, les espera un invierno difícil, gélido, en la miseria y enfermedad si sus políticos no encuentran la salida. Cómplices han sido de este despojo que a ambas naciones les aqueja.

¿Cómo llegaron a esto? La perversa maquinación consiste en que Iberdrola y Naturgy se apoderaron de un mercado multibillonario, fabricando secretarios de Energía como el caso de Felipe Calderón, después presidentes como el mismo Calderón y Peña Nieto. Comprando millonariamente diputados. Disfrazando la entrega de la riqueza eléctrica de “reformas” aparentemente benéficas para el consumidor, comprando a los medios de comunicación. Entregando vaya usted a saber a quienes, moches multimillonarios y embutes y acordando con aquellos que internacionalmente influyen para que primero sean presidentes de su país y luego empleados de sus consejos de administración. Como el caso de Felipe Calderón y Georgina Kessel. Capacitando fuera de México a los jueces que habrían de resolver las futuras demandas en su contra y ubicándolos en puestos judiciales claves. Delincuencia amplificada y organizada que abarcó a los altos mandos nacionales, para “quebrar” a la CFE en nueve compañías, imponerle contratos leoninos desventajosos, obligarla a operar en un mercado eléctrico paralelo. Desventajoso. A pagar incentivos multimillonarios a los privados por certificados de energía limpia. Estos tan solo en veinte años sangrarán a CFE con cien mil millones. A comprar y distribuir la energía ajena en desventaja de la propia y regalar el porteo de la energía de los privados en las redes nacionales, esas que tanto dinero y esfuerzo costó a los mexicanos. Nada más en 2020 CFE erogó comprando energía a los productores privados y al precio que ellos quisieron, doscientos veintitrés mil millones de pesos. Por lo cual dejó de producir doscientos quince mil millones. Escribe Fernández Vega “todo esto desembocó en un mercado perverso a favor de los españoles”. Ahora resulta que los “achichincles” mexicanos de Iberdrola y Naturgy, sus personeros, se desgañitan gritando y pataleando que el estado mexicano “busca el monopolio”, que “subirán las tarifas eléctricas”, que “se ahuyentará la inversión extranjera”, etc.; y sus mandaderos y gatos de la triada PRI-PAN-PRD todos los días pegan alaridos y siembran mentiras defendiéndolos. En cambio, no se conduelen de que ese dinero que se embolsan las eléctricas españolas sale del bolsillo de todos los mexicanos, vía el pago de tarifas eléctricas.

Cuánta razón tenía López Mateos. Ya estamos frente a ese futuro que pronosticó. Con mentiras e intrigas los malos mexicanos quieren seguir regalando lo que es de la nación. ¡Son los traidores de siempre! ¡Los mismos que trajeron a Maximiliano y Carlota!