/ martes 2 de febrero de 2021

Tintero | Urgente combatir el “ciberdelito”

La educación a distancia no solo es una solución al tema del confinamiento por la pandemia de Covid-19, sino que se está convirtiendo en un serio problema para los estudiantes, principalmente para los niños quienes, inevitablemente, ahora tienen acceso a internet abierto.

Y es lo más accesible para la delincuencia porque, mientras los padres de familia están en sus actividades laborales o propias del hogar, ellos hacen lo que quieren y, de plano, en algunos casos, ya no tienen interés en las clases o tareas que dictan los profesores, pues la tecnología para ellos se ha vuelto una adicción.

El tema es que los paterfamilias, a menudo, no son conscientes de los grandes riesgos que supone compartir datos personales en la red.

Las redes sociales y los juegos virtuales exponen a los menores a la amenaza de acosadores, traficantes y otras personas que quieran hacer daño. Además, se goza de mayor anonimidad. Es la nueva estrategia de los cárteles mexicanos para reclutarlos. En el pasado, los infantes jugaban futbol, béisbol, al trompo, canicas, yo-yo, balero y lotería, entre otros, pero ahora, gracias a la educación a distancia, desayunan, comen y cenan con el celular en la mano y los videojuegos.

Por ejemplo, la plataforma “TikTok”, si bien no es reciente aunque ahora está de moda, permite al hampa un rápido diálogo con jóvenes y es fácil de detectar porque hay casos de niños que hablan con vocabularios vulgares que muchas veces ni escuchan en casa.

El juego, y eso es lo grave, ha llegado a mostrar a supuestos integrantes de cárteles vistiendo ropa de combate, con armas de grueso calibre y con decenas de vehículos blindados que portan con las iniciales de la organización.

“TikTok”, como bien lo definen especialistas en la materia, solo es, en este momento, la más reciente campaña de propaganda diseñada para “enmascarar el baño de sangre y mostrar una promesa de riqueza infinita para atraer a reclutas jóvenes”.

“Among Us” es otro más y ahora el más adictivo para los infantes. Nació como un videojuego inofensivo y al que llamaban el género “party” (fiesta) desarrollado por la compañía estadounidense InnerSloth y distribuido para Android, solo que ya tiene un contenido extremadamente violento: muestra asesinatos con cuchillos y decapitaciones lo que, a través de un chat como WhatsApp (pero anónimo), divierte a sus visitantes.

Cierto, el uso excesivo de la tecnología tenía que llevar a eso, pero corresponde no a los maestros sino a padres de familia una mayor vigilancia en lo que checan sus hijos en la red. No es sencillo porque, en las clases, si económicamente se puede, hay alguien que atienda las actividades de los estudiantes, pero la gran mayoría de las personas deja a los hijos a la “voluntad de Dios” en las tareas y seguimientos educativos. Se acabó el recreo para correr y hacer algún deporte, ahora es puro celular.

La Secretaría de Educación Pública también está obligada a diseñar algunas estrategias para combatir estos problemas que no solo tienen que ver con las consecuencias que, en un futuro inmediato, tendrá el uso de la tecnología, pues pueden generar un mayor ambiente de violencia en el país.

Eso sí, muchos maestros no han aprendido a buscar la forma de llegar a los educandos, de hecho ni imparten clases, solo las leen y no son entendibles.

En los últimos días, el gobierno de la República recibió miles de reportes telefónicos ligados a delitos “cibernéticos”, mientras que la suplantación y robo de identidad representan el 68 % de los ilícitos. Somos, y qué delicado, el tercer lugar mundial con víctimas por crímenes por esta vía, solo por debajo de China y Sudáfrica.

Sin duda es urgente crear leyes específicas respecto a su uso. No será fácil, es el gran reto de las autoridades, pero se debe trabajar en ello urgente y conjuntamente con todos los sectores. Al tiempo.

EPÍLOGO.

1.-LAS ESTRATEGIAS… Aun enferma de Covid-19, la priista Anabell Ávalos Zempoalteca opera los temas de su campaña por la gubernatura. Las cosas son a distancia y, hábil, reclutó a los seguidores de finado senador Joel Molina, de la congresista Ana Lilia Rivera y de la empresaria Dulce Silva. También la morenista Lorena Cuéllar va con todo, pero enfrenta un partido dividido y sigue con la “operación cicatriz”. La pelea entre ellas data de años, desde que la primera fue la primera lideresa del Congreso en la entidad y la segunda, como coordinadora de la bancada priista, se oponía. El escenario político se ve cada vez más interesante.

La educación a distancia no solo es una solución al tema del confinamiento por la pandemia de Covid-19, sino que se está convirtiendo en un serio problema para los estudiantes, principalmente para los niños quienes, inevitablemente, ahora tienen acceso a internet abierto.

Y es lo más accesible para la delincuencia porque, mientras los padres de familia están en sus actividades laborales o propias del hogar, ellos hacen lo que quieren y, de plano, en algunos casos, ya no tienen interés en las clases o tareas que dictan los profesores, pues la tecnología para ellos se ha vuelto una adicción.

El tema es que los paterfamilias, a menudo, no son conscientes de los grandes riesgos que supone compartir datos personales en la red.

Las redes sociales y los juegos virtuales exponen a los menores a la amenaza de acosadores, traficantes y otras personas que quieran hacer daño. Además, se goza de mayor anonimidad. Es la nueva estrategia de los cárteles mexicanos para reclutarlos. En el pasado, los infantes jugaban futbol, béisbol, al trompo, canicas, yo-yo, balero y lotería, entre otros, pero ahora, gracias a la educación a distancia, desayunan, comen y cenan con el celular en la mano y los videojuegos.

Por ejemplo, la plataforma “TikTok”, si bien no es reciente aunque ahora está de moda, permite al hampa un rápido diálogo con jóvenes y es fácil de detectar porque hay casos de niños que hablan con vocabularios vulgares que muchas veces ni escuchan en casa.

El juego, y eso es lo grave, ha llegado a mostrar a supuestos integrantes de cárteles vistiendo ropa de combate, con armas de grueso calibre y con decenas de vehículos blindados que portan con las iniciales de la organización.

“TikTok”, como bien lo definen especialistas en la materia, solo es, en este momento, la más reciente campaña de propaganda diseñada para “enmascarar el baño de sangre y mostrar una promesa de riqueza infinita para atraer a reclutas jóvenes”.

“Among Us” es otro más y ahora el más adictivo para los infantes. Nació como un videojuego inofensivo y al que llamaban el género “party” (fiesta) desarrollado por la compañía estadounidense InnerSloth y distribuido para Android, solo que ya tiene un contenido extremadamente violento: muestra asesinatos con cuchillos y decapitaciones lo que, a través de un chat como WhatsApp (pero anónimo), divierte a sus visitantes.

Cierto, el uso excesivo de la tecnología tenía que llevar a eso, pero corresponde no a los maestros sino a padres de familia una mayor vigilancia en lo que checan sus hijos en la red. No es sencillo porque, en las clases, si económicamente se puede, hay alguien que atienda las actividades de los estudiantes, pero la gran mayoría de las personas deja a los hijos a la “voluntad de Dios” en las tareas y seguimientos educativos. Se acabó el recreo para correr y hacer algún deporte, ahora es puro celular.

La Secretaría de Educación Pública también está obligada a diseñar algunas estrategias para combatir estos problemas que no solo tienen que ver con las consecuencias que, en un futuro inmediato, tendrá el uso de la tecnología, pues pueden generar un mayor ambiente de violencia en el país.

Eso sí, muchos maestros no han aprendido a buscar la forma de llegar a los educandos, de hecho ni imparten clases, solo las leen y no son entendibles.

En los últimos días, el gobierno de la República recibió miles de reportes telefónicos ligados a delitos “cibernéticos”, mientras que la suplantación y robo de identidad representan el 68 % de los ilícitos. Somos, y qué delicado, el tercer lugar mundial con víctimas por crímenes por esta vía, solo por debajo de China y Sudáfrica.

Sin duda es urgente crear leyes específicas respecto a su uso. No será fácil, es el gran reto de las autoridades, pero se debe trabajar en ello urgente y conjuntamente con todos los sectores. Al tiempo.

EPÍLOGO.

1.-LAS ESTRATEGIAS… Aun enferma de Covid-19, la priista Anabell Ávalos Zempoalteca opera los temas de su campaña por la gubernatura. Las cosas son a distancia y, hábil, reclutó a los seguidores de finado senador Joel Molina, de la congresista Ana Lilia Rivera y de la empresaria Dulce Silva. También la morenista Lorena Cuéllar va con todo, pero enfrenta un partido dividido y sigue con la “operación cicatriz”. La pelea entre ellas data de años, desde que la primera fue la primera lideresa del Congreso en la entidad y la segunda, como coordinadora de la bancada priista, se oponía. El escenario político se ve cada vez más interesante.