/ miércoles 9 de septiembre de 2020

Visión Empresarial | El Presupuesto de Egresos debe priorizar la reactivación económica

El Paquete Económico es el instrumento de política pública más importante con el que cuenta un Gobierno y debe orientarse decididamente a la implementación de medidas contra cíclicas que fomenten la inversión y la creación de empleos. Estamos frente a la crisis económica más severa que hayamos padecido en un siglo. De la respuesta que demos a los efectos de la pandemia dependerá en mucho el futuro de México.

Necesitamos un presupuesto racional, que asigne los recursos necesarios para contener la pandemia. La salud debe ser la más alta prioridad pero la Covid-19 exhibió las profundas fallas de nuestro sistema de salud. Los recortes e ineficiencia en el gasto público han profundizado sus efectos en la sociedad.

Resulta inaudita la falta de medicamentos para atender a pacientes con cáncer, VIH, entre otras enfermedades. Más aún, México es el país con mayor número de defunciones de personal médico ocasionados por la Covid-19, resultado del subejercicio del gasto en salud. Durante los momentos más álgidos de la pandemia, el gobierno gastó 4% menos de lo presupuestado.

Además, es un hecho que el Presupuesto de Egresos resulta la mejor oportunidad para recuperar la confianza de los inversionistas, pues éste denota el balance de las finanzas públicas y la orientación a detonar proyectos que permita la recuperación del sector productivo y por ende, del empleo formal. La pérdida de puestos de trabajo que hemos experimentado no tiene precedentes. Para recuperar el más de un millón de empleos perdidos se requieren de recursos presupuestales extraordinarios. El Presupuesto debe de contemplar recursos para incentivar la contratación de empleo formal. De no hacerlo, el resultado será un agravamiento de la informalidad.

En medio de un panorama económico deprimido, apoyamos la decisión del Gobierno de no aumentar impuestos. Las empresas han hecho un esfuerzo inaudito, y en solitario, para mantenerse al flote a pesar del cierre completo de la actividad económica por varios meses. Pero consideramos que debe ir más a fondo.

Así, el Gobierno debe dar menos prioridad al gasto público en el sector energético, lo que tendría el doble efecto positivo de liberar recursos para la economía y la salud y abriría al sector a la inversión privada. Actualmente, la inversión pública se encuentra en niveles históricamente bajos. Además, está sumamente limitada ya que uno de cada dos pesos que se invierten va a PEMEX. Mientras tanto, durante el primer semestre de este año, la petrolera estatal perdió 3.3 mil millones de pesos al día. El Proyecto de Presupuesto debe de plantear una inversión pública diversificada en sectores como agua, transporte y salud que han sido olvidados en los últimos años, y que podrían convertirse en un vehículo para detonar inversión privada.

En la Coparmex hemos celebrado los presupuestos balanceados y ortodoxos que ha elaborado esta administración. Pero hoy vivimos tiempos extraordinarios que nos obligan a tomar acciones extraordinarias. Aferrarse a toda costa a no adquirir deuda, carece de sentido ante las circunstancias. La implementación de un programa robusto de recuperación del empleo, equivalente al 1% del PIB, implicaría menos del 15% de la línea de crédito que ya se tiene contratada con el Fondo Monetario Internacional.

Es así como desde el inicio de la presente administración hemos apoyado la encomienda de reducir los gastos innecesarios del Gobierno. Sin embargo, con el paso de los meses la idea de austeridad se ha llevado al extremo hasta asfixiar las capacidades del Estado. Los recortes del 75% al presupuesto de operación a las secretarías y organismos del gobierno las han dejado prácticamente inoperantes en varias de sus funciones.

Asimismo, debe destacarse que el reparto de los apoyos sociales no está funcionando para reactivar la economía. Es momento de que el Gobierno reaccione. Se necesita inyectar recursos de manera urgente para incentivar la creación de empleos. Es momento, también, de que el Gobierno recupere la confianza perdida, porque sin confianza no habrá inversión y sin ésta, no habrá recuperación económica.

  • Presidente de la COPARMEX Tlaxcala.

El Paquete Económico es el instrumento de política pública más importante con el que cuenta un Gobierno y debe orientarse decididamente a la implementación de medidas contra cíclicas que fomenten la inversión y la creación de empleos. Estamos frente a la crisis económica más severa que hayamos padecido en un siglo. De la respuesta que demos a los efectos de la pandemia dependerá en mucho el futuro de México.

Necesitamos un presupuesto racional, que asigne los recursos necesarios para contener la pandemia. La salud debe ser la más alta prioridad pero la Covid-19 exhibió las profundas fallas de nuestro sistema de salud. Los recortes e ineficiencia en el gasto público han profundizado sus efectos en la sociedad.

Resulta inaudita la falta de medicamentos para atender a pacientes con cáncer, VIH, entre otras enfermedades. Más aún, México es el país con mayor número de defunciones de personal médico ocasionados por la Covid-19, resultado del subejercicio del gasto en salud. Durante los momentos más álgidos de la pandemia, el gobierno gastó 4% menos de lo presupuestado.

Además, es un hecho que el Presupuesto de Egresos resulta la mejor oportunidad para recuperar la confianza de los inversionistas, pues éste denota el balance de las finanzas públicas y la orientación a detonar proyectos que permita la recuperación del sector productivo y por ende, del empleo formal. La pérdida de puestos de trabajo que hemos experimentado no tiene precedentes. Para recuperar el más de un millón de empleos perdidos se requieren de recursos presupuestales extraordinarios. El Presupuesto debe de contemplar recursos para incentivar la contratación de empleo formal. De no hacerlo, el resultado será un agravamiento de la informalidad.

En medio de un panorama económico deprimido, apoyamos la decisión del Gobierno de no aumentar impuestos. Las empresas han hecho un esfuerzo inaudito, y en solitario, para mantenerse al flote a pesar del cierre completo de la actividad económica por varios meses. Pero consideramos que debe ir más a fondo.

Así, el Gobierno debe dar menos prioridad al gasto público en el sector energético, lo que tendría el doble efecto positivo de liberar recursos para la economía y la salud y abriría al sector a la inversión privada. Actualmente, la inversión pública se encuentra en niveles históricamente bajos. Además, está sumamente limitada ya que uno de cada dos pesos que se invierten va a PEMEX. Mientras tanto, durante el primer semestre de este año, la petrolera estatal perdió 3.3 mil millones de pesos al día. El Proyecto de Presupuesto debe de plantear una inversión pública diversificada en sectores como agua, transporte y salud que han sido olvidados en los últimos años, y que podrían convertirse en un vehículo para detonar inversión privada.

En la Coparmex hemos celebrado los presupuestos balanceados y ortodoxos que ha elaborado esta administración. Pero hoy vivimos tiempos extraordinarios que nos obligan a tomar acciones extraordinarias. Aferrarse a toda costa a no adquirir deuda, carece de sentido ante las circunstancias. La implementación de un programa robusto de recuperación del empleo, equivalente al 1% del PIB, implicaría menos del 15% de la línea de crédito que ya se tiene contratada con el Fondo Monetario Internacional.

Es así como desde el inicio de la presente administración hemos apoyado la encomienda de reducir los gastos innecesarios del Gobierno. Sin embargo, con el paso de los meses la idea de austeridad se ha llevado al extremo hasta asfixiar las capacidades del Estado. Los recortes del 75% al presupuesto de operación a las secretarías y organismos del gobierno las han dejado prácticamente inoperantes en varias de sus funciones.

Asimismo, debe destacarse que el reparto de los apoyos sociales no está funcionando para reactivar la economía. Es momento de que el Gobierno reaccione. Se necesita inyectar recursos de manera urgente para incentivar la creación de empleos. Es momento, también, de que el Gobierno recupere la confianza perdida, porque sin confianza no habrá inversión y sin ésta, no habrá recuperación económica.

  • Presidente de la COPARMEX Tlaxcala.