/ miércoles 2 de diciembre de 2020

Caras y Máscaras | La Historia de Tlaxcala de Diego Muñoz Camargo

Este año se cumple siglo y medio, 150 años, de haberse publicado por primera vez en español y en el estado de Tlaxcala el texto que contiene el más amplio relato del desarrollo del pueblo tlaxcalteca, desde su origen hasta el principio del período colonial: la Historia de Tlaxcala de Diego Muñoz Camargo. Con motivo de tal efeméride, Armando Díaz de la Mora, jefe de departamento de Red de Museos del Instituto Tlaxcalteca de la Cultura, y el autor de esta columna en días pasados efectuaron una charla pública, de la que se rescata lo siguiente:

En 1571 la Corona española expidió una ordenanza para recoger información sobre los territorios conquistados, tal documento a la letra decía: “Ordenamos y mandamos que los de nuestro Consejo de Indias (organismo regulador de todas las actividades políticas, administrativas y jurídicas del Nuevo Mundo), con particular cuidado y estudio, procuren tener hechas siempre descripción y averiguación, cumplidas y ciertas, de todas las cosas del estado de las Indias, así en la tierra como en la mar, naturales y morales, perpetuas y temporales, eclesiásticas y seglares, pasadas y presentes…” En 1577 la corona española ordenó a las provincias de la Nueva España dar respuesta, a manera de censo, al cuestionario elaborado con tal propósito.

En Tlaxcala, en 1580 el gobernador español asignó a Diego Muñoz Camargo -mestizo, negociante exitoso, funcionario del cabildo y aficionado a la historia-, la integración del documento correspondiente, el cual hasta noviembre de 1584 no había concluido, sino que lo termina en marzo de 1585, en Madrid, donde se encuentra como parte de la embajada enviada ante el rey por parte de las autoridades indígenas.

La Relación Geográfica conocida como Descripción de la Ciudad y Provincia de Tlaxcala elaborada por Diego Muñoz Camargo, que en teoría debería haberse sometido al cuestionario establecido por la corona española consistente en 50 preguntas sobre la geografía, la toponimia, el clima, la flora, la fauna, los recursos agrícolas y minerales, entre otros aspectos de las tierras conquistadas, incluía además, sin que fuera parte de la información solicitada, una crónica que abarcaba la historia antigua de Anáhuac, la conquista de México-Tenochtitlán y el primer siglo de colonización.

El desapego al cumplimiento estricto de las instrucciones para responder al cuestionario real se explica en razón de un doble propósito del cronista: por una parte, dar cumplimiento a una orden oficial y, por otra, lograr el objetivo personal de escribir una historia de la tierra en la que había hecho vida y fortuna.

Prueba de lo anterior es el hecho de que el autor entrega en propia mano al rey Felipe II, no el original de su obra sino una copia hecha por un amanuense en Madrid. Este manuscrito inicialmente se incorporó al acervo de la biblioteca real, posteriormente pasó a formar parte de la colección Hunter y actualmente se encuentra en la Universidad de Glasgow, Escocia (la Universidad Nacional Autónoma de México hizo una edición facsimilar en 1981).

Al texto original el cronista fue agregando comentarios hasta 1592 en que lo concluye y actualmente se conoce como Historia de Tlaxcala. Posteriormente a 1592 esta obra tiene una trayectoria muy circunstanciada, de la que forman parte los siguientes hechos: en 1610 Juan de Torquemada copia muchos párrafos en el convento franciscano de la ciudad de Tlaxcala; entre 1614 y 1624 el manuscrito es llevado al convento franciscano de la ciudad de México; en 1746 Boturini lo incluye en su inventario de manuscritos tlaxcaltecas; en 1836 aparece en el Museo Nacional de México; hacia 1840 la obra es llevada a Europa por Aubin; en 1894 es depositada en la Biblioteca Nacional, París, Manuscrito 210; en 1836 Basilio Arrillaga hace una copia a petición del diputado tlaxcalteca Ignacio Bernal; en 1843 Ternaux Compans publica una paráfrasis en francés; en 1870 primera edición en español; 1871 en la ciudad de México se publica parcialmente en entregas semanales en el periódico del gobierno; en 1892 Alfredo Chavero la edita como parte del cuarto centenario del descubrimiento de América por Cristóbal Colon; en 1947 el Ateneo la publica con correcciones de Lauro Rosell y un Apéndice del tlaxcalteca Andrés Angulo; en 1986 Germán Vázquez Chamorro la publica en España; en 1998 la editan el gobierno de Tlaxcala y la Universidad Autónoma de Tlaxcala y la reeditan en 2013.

Este año se cumple siglo y medio, 150 años, de haberse publicado por primera vez en español y en el estado de Tlaxcala el texto que contiene el más amplio relato del desarrollo del pueblo tlaxcalteca, desde su origen hasta el principio del período colonial: la Historia de Tlaxcala de Diego Muñoz Camargo. Con motivo de tal efeméride, Armando Díaz de la Mora, jefe de departamento de Red de Museos del Instituto Tlaxcalteca de la Cultura, y el autor de esta columna en días pasados efectuaron una charla pública, de la que se rescata lo siguiente:

En 1571 la Corona española expidió una ordenanza para recoger información sobre los territorios conquistados, tal documento a la letra decía: “Ordenamos y mandamos que los de nuestro Consejo de Indias (organismo regulador de todas las actividades políticas, administrativas y jurídicas del Nuevo Mundo), con particular cuidado y estudio, procuren tener hechas siempre descripción y averiguación, cumplidas y ciertas, de todas las cosas del estado de las Indias, así en la tierra como en la mar, naturales y morales, perpetuas y temporales, eclesiásticas y seglares, pasadas y presentes…” En 1577 la corona española ordenó a las provincias de la Nueva España dar respuesta, a manera de censo, al cuestionario elaborado con tal propósito.

En Tlaxcala, en 1580 el gobernador español asignó a Diego Muñoz Camargo -mestizo, negociante exitoso, funcionario del cabildo y aficionado a la historia-, la integración del documento correspondiente, el cual hasta noviembre de 1584 no había concluido, sino que lo termina en marzo de 1585, en Madrid, donde se encuentra como parte de la embajada enviada ante el rey por parte de las autoridades indígenas.

La Relación Geográfica conocida como Descripción de la Ciudad y Provincia de Tlaxcala elaborada por Diego Muñoz Camargo, que en teoría debería haberse sometido al cuestionario establecido por la corona española consistente en 50 preguntas sobre la geografía, la toponimia, el clima, la flora, la fauna, los recursos agrícolas y minerales, entre otros aspectos de las tierras conquistadas, incluía además, sin que fuera parte de la información solicitada, una crónica que abarcaba la historia antigua de Anáhuac, la conquista de México-Tenochtitlán y el primer siglo de colonización.

El desapego al cumplimiento estricto de las instrucciones para responder al cuestionario real se explica en razón de un doble propósito del cronista: por una parte, dar cumplimiento a una orden oficial y, por otra, lograr el objetivo personal de escribir una historia de la tierra en la que había hecho vida y fortuna.

Prueba de lo anterior es el hecho de que el autor entrega en propia mano al rey Felipe II, no el original de su obra sino una copia hecha por un amanuense en Madrid. Este manuscrito inicialmente se incorporó al acervo de la biblioteca real, posteriormente pasó a formar parte de la colección Hunter y actualmente se encuentra en la Universidad de Glasgow, Escocia (la Universidad Nacional Autónoma de México hizo una edición facsimilar en 1981).

Al texto original el cronista fue agregando comentarios hasta 1592 en que lo concluye y actualmente se conoce como Historia de Tlaxcala. Posteriormente a 1592 esta obra tiene una trayectoria muy circunstanciada, de la que forman parte los siguientes hechos: en 1610 Juan de Torquemada copia muchos párrafos en el convento franciscano de la ciudad de Tlaxcala; entre 1614 y 1624 el manuscrito es llevado al convento franciscano de la ciudad de México; en 1746 Boturini lo incluye en su inventario de manuscritos tlaxcaltecas; en 1836 aparece en el Museo Nacional de México; hacia 1840 la obra es llevada a Europa por Aubin; en 1894 es depositada en la Biblioteca Nacional, París, Manuscrito 210; en 1836 Basilio Arrillaga hace una copia a petición del diputado tlaxcalteca Ignacio Bernal; en 1843 Ternaux Compans publica una paráfrasis en francés; en 1870 primera edición en español; 1871 en la ciudad de México se publica parcialmente en entregas semanales en el periódico del gobierno; en 1892 Alfredo Chavero la edita como parte del cuarto centenario del descubrimiento de América por Cristóbal Colon; en 1947 el Ateneo la publica con correcciones de Lauro Rosell y un Apéndice del tlaxcalteca Andrés Angulo; en 1986 Germán Vázquez Chamorro la publica en España; en 1998 la editan el gobierno de Tlaxcala y la Universidad Autónoma de Tlaxcala y la reeditan en 2013.