/ martes 5 de febrero de 2019

La de El Molinito-Apizaco, una obra más que necesaria

La de El Molinito-Apizaco es una obra más que necesaria. Cierto, molesta a muchos o a casi todos el desorden automovilístico y la en el desahogo del tráfico, pero ya era una “jungla del asfalto” porque no solo reinaba la máquina más veloz y poderosa, sino la ilegalidad e impunidad.

Los automovilistas de unidades públicas y privadas hacían lo que se les pegaba la gana. Conducían hasta a 130 kilómetros por hora (40 más de lo permitido), no solo usaban el celular manejando sino que, a altas velocidades, se daban el lujo de enviar mensajes y, en muchos casos, operaban alcoholizados.

En ese tramo donde las ‘pico’ eran las 24 horas del día, ganaba el más veloz y el más hábil para conducir.

Muy pocos respetaban los reglamentos viales y a ello se sumaba que el servicio público de transporte realizaba ascenso y descenso de pasaje en cualquier lado, sin importar poner en riesgo la vida de las personas.

Basado en datos difundidos en su momento por El Sol de Tlaxcala, en esa zona, en promedio, elementos de la Policía Federal infraccionaban a diez personas por día, pero no solo eso, cada 24 horas la carretera cobraba cuando menos uno o dos accidentes, muchos de ellos con resultados mortales.

El mayor número de accidentes era por exceso de velocidad y distracción, pues cuando había un percance en el carril izquierdo, los del derecho por ir viendo lo que pasó provocaban una colisión en el suyo.

Desde la época de José Antonio Álvarez Lima, a ningún gobernador importó la ampliación de ese tramo. Todavía hasta el año pasado, el Centro de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes sostenía que esa vía A-4, de acuerdo con los estándares con los que se maneja la dependencia federal, seguía siendo útil.

Tintero supo que la ampliación fue solicitada a la Federación por el entonces mandatario Tulio Hernández Gómez, pero el proyecto de la autopista Tlaxcala-Texmelucan fue concretado por el gobierno de Beatriz Paredes Rangel (y el interino de Samuel Quiroz de la Vega) con el apoyo de Carlos Salinas de Gortari, entonces presidente de México.

A principios de los años 90, ese tramo que fue ampliado a cuatro y carriles –que forman parte de un total de 32.8 kilómetros hasta Puebla- era uno de los más seguros de la entidad, pero ya era el más peligroso por la saturación de máquinas.

Vamos a ver hasta dónde el gobierno de Marco Mena Rodríguez logra que esos ocho carriles proyectados permitan la fluidez de los automovilistas, ya que la gran mayoría de los espacios está invadido por propiedades privadas.

En casi 30 años, desde que fue ampliada, la vía se volvió intransitable ante la indiferencia de las autoridades.

Viajar ese tramo producía miedo, sobre todo porque los operadores vivían con la zozobra de padecer una colisión, peor aún, un accidente de grandes magnitudes o enfrentar la explosión de una pipa de gas o gasolina o de un tráiler que transportara sustancias peligrosas.

Sin duda que es una gran obra, pero es necesario ver los resultados. Al tiempo

EPÍLOGO…

1.- UNA DE PABLO… Hace algunos años, Pablo Larios Iwazaki, fallecido la semana pasada, fue detenido en Puebla por supuestamente traficar con drogas. Quien lo aprehendió fue un comandante de la entonces Policía Judicial de esa entidad, conocido por quien esto escribe.

-Pablo, le dijo, “traigo una orden de aprehensión firmada por un juez, quiero que abras la cajuela de tu carro, sé que traes droga”.

-“Sí jefe, está bien, solo no me peguen”, solicitó mientras abría la cajuela.

-¿Sí sabe quién soy yo? -pregunto al judicial.

-“Sí, el mejor portero que ha tenido la Selección Nacional”, expresó.

-“Pásemela, déjeme ir”.

-“No se puede, pero te quiero pedir algo”.

-“Dígame, jefe, lo que quiera”.

-“Mi hijo te admira, te llevaré a mi casa y quiero que convivas con él y le des un autógrafo, no le digas que estás detenido, ¿te parece?”.

-“De acuerdo”.

Llegaron a casa. El niño, hoy un joven, abrió la puerta y no podría creer que, ante sí, estaba su ídolo deportivo.

Se abrazaron y tomaron fotos. Larios, más tarde, fue ingresado a prisión.

2.-DESORGANIZACIÓN... En las delegaciones federales priva un total desorden. Algunos delegados ya fueron despedidos desde oficinas centrales, pero otros siguen ahí y se aferran a sus cargos.

La coordinadora estatal de las delegaciones, Lorena Cuéllar Cisneros, se ha cerrado en su mundo. No hay información de lo que están haciendo y hay atrasos de los programas federales.

Y cómo no, si la diputada federal con licencia se está apoyando de personajes especialistas en la cerrazón porque así lo demostraron cuando estaban al servicio de Héctor Ortiz Ortiz, cuando fue gobernador de Tlaxcala.

¡Hasta el próximo martes”

La de El Molinito-Apizaco es una obra más que necesaria. Cierto, molesta a muchos o a casi todos el desorden automovilístico y la en el desahogo del tráfico, pero ya era una “jungla del asfalto” porque no solo reinaba la máquina más veloz y poderosa, sino la ilegalidad e impunidad.

Los automovilistas de unidades públicas y privadas hacían lo que se les pegaba la gana. Conducían hasta a 130 kilómetros por hora (40 más de lo permitido), no solo usaban el celular manejando sino que, a altas velocidades, se daban el lujo de enviar mensajes y, en muchos casos, operaban alcoholizados.

En ese tramo donde las ‘pico’ eran las 24 horas del día, ganaba el más veloz y el más hábil para conducir.

Muy pocos respetaban los reglamentos viales y a ello se sumaba que el servicio público de transporte realizaba ascenso y descenso de pasaje en cualquier lado, sin importar poner en riesgo la vida de las personas.

Basado en datos difundidos en su momento por El Sol de Tlaxcala, en esa zona, en promedio, elementos de la Policía Federal infraccionaban a diez personas por día, pero no solo eso, cada 24 horas la carretera cobraba cuando menos uno o dos accidentes, muchos de ellos con resultados mortales.

El mayor número de accidentes era por exceso de velocidad y distracción, pues cuando había un percance en el carril izquierdo, los del derecho por ir viendo lo que pasó provocaban una colisión en el suyo.

Desde la época de José Antonio Álvarez Lima, a ningún gobernador importó la ampliación de ese tramo. Todavía hasta el año pasado, el Centro de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes sostenía que esa vía A-4, de acuerdo con los estándares con los que se maneja la dependencia federal, seguía siendo útil.

Tintero supo que la ampliación fue solicitada a la Federación por el entonces mandatario Tulio Hernández Gómez, pero el proyecto de la autopista Tlaxcala-Texmelucan fue concretado por el gobierno de Beatriz Paredes Rangel (y el interino de Samuel Quiroz de la Vega) con el apoyo de Carlos Salinas de Gortari, entonces presidente de México.

A principios de los años 90, ese tramo que fue ampliado a cuatro y carriles –que forman parte de un total de 32.8 kilómetros hasta Puebla- era uno de los más seguros de la entidad, pero ya era el más peligroso por la saturación de máquinas.

Vamos a ver hasta dónde el gobierno de Marco Mena Rodríguez logra que esos ocho carriles proyectados permitan la fluidez de los automovilistas, ya que la gran mayoría de los espacios está invadido por propiedades privadas.

En casi 30 años, desde que fue ampliada, la vía se volvió intransitable ante la indiferencia de las autoridades.

Viajar ese tramo producía miedo, sobre todo porque los operadores vivían con la zozobra de padecer una colisión, peor aún, un accidente de grandes magnitudes o enfrentar la explosión de una pipa de gas o gasolina o de un tráiler que transportara sustancias peligrosas.

Sin duda que es una gran obra, pero es necesario ver los resultados. Al tiempo

EPÍLOGO…

1.- UNA DE PABLO… Hace algunos años, Pablo Larios Iwazaki, fallecido la semana pasada, fue detenido en Puebla por supuestamente traficar con drogas. Quien lo aprehendió fue un comandante de la entonces Policía Judicial de esa entidad, conocido por quien esto escribe.

-Pablo, le dijo, “traigo una orden de aprehensión firmada por un juez, quiero que abras la cajuela de tu carro, sé que traes droga”.

-“Sí jefe, está bien, solo no me peguen”, solicitó mientras abría la cajuela.

-¿Sí sabe quién soy yo? -pregunto al judicial.

-“Sí, el mejor portero que ha tenido la Selección Nacional”, expresó.

-“Pásemela, déjeme ir”.

-“No se puede, pero te quiero pedir algo”.

-“Dígame, jefe, lo que quiera”.

-“Mi hijo te admira, te llevaré a mi casa y quiero que convivas con él y le des un autógrafo, no le digas que estás detenido, ¿te parece?”.

-“De acuerdo”.

Llegaron a casa. El niño, hoy un joven, abrió la puerta y no podría creer que, ante sí, estaba su ídolo deportivo.

Se abrazaron y tomaron fotos. Larios, más tarde, fue ingresado a prisión.

2.-DESORGANIZACIÓN... En las delegaciones federales priva un total desorden. Algunos delegados ya fueron despedidos desde oficinas centrales, pero otros siguen ahí y se aferran a sus cargos.

La coordinadora estatal de las delegaciones, Lorena Cuéllar Cisneros, se ha cerrado en su mundo. No hay información de lo que están haciendo y hay atrasos de los programas federales.

Y cómo no, si la diputada federal con licencia se está apoyando de personajes especialistas en la cerrazón porque así lo demostraron cuando estaban al servicio de Héctor Ortiz Ortiz, cuando fue gobernador de Tlaxcala.

¡Hasta el próximo martes”