/ martes 7 de julio de 2020

¡Ay, Chihuahua! (o, ¡vamos por la probidad!)

En México lo privado siempre ha estado separado de lo público, al menos ante la ley. Es dificilísimo imputar un delito a alguien a veces hasta encontrándolo en franca flagrancia. La violencia doméstica por supuesto, se considera algo "de la pareja" en lo que nadie, menos el Estado, puede intervenir. La conducta en lo privado jamás ha impactado en los requerimientos para ejercer funciones públicas y eso, ha contribuido a que no se gobierne, legisle o juzgue con perspectiva de derechos humanos, mucho menos de género y, que por el contrario, la falta de probidad haya permeado corrompiendo hasta la médula al sistema público mexicano.

El pasado 29 de junio se apuntó un diez el congreso del "Estado grande"; el estado de Chihuahua; fue aprobado el dictamen que establece quiénes son elegibles para presentar candidatura a gubernatura, diputaciones, regidurías o presidencias municipales. Lo innovador es que ahora se exigirá presentar ante el Instituto Estatal Electoral, la declaración patrimonial, fiscal y de conflicto de intereses, escrito de protesta de no contar con antecedentes penales o policiacos en asuntos de materia familiar o de violencia política contra las mujeres en razón de género, por supuesto no estar bajo condena por dichos delitos o, haber incumplido con la obligación alimentaria o con acuerdo o convenio derivado de un mecanismo alternativo para la solución de controversias.

Por otro lado, en el Estado de México, la Secretaría de Justicia y Derechos Humanos informó la revocación de patente de la notaría 102 con residencia en Naucalpan de Juárez a Horacio Aguilar Álvarez Alba, grabado agrediendo a una mujer (su esposa). El argumento, sustentado en tratados internacionales, fue pérdida de la probidad en la función notarial, relacionado con el no contar con una conducta honorable y la obligación del Estado de prevenir, investigar y sancionar todas las violaciones de derechos humanos que se hagan de su conocimiento.

La sociedad está harta de la corrupción, el cinismo y las palabras huecas. Ahora es en serio; estas acciones mandan un mensaje fuerte y claro en cuanto a la conducta proba que se espera de cualquiera que presente cara al pueblo de México. Estas sentencias sentarán precedente, no cabe duda.

  • La probidad está vinculada a la honradez y la integridad en el actuar.

Quien actúa con probidad no comete ningún abuso ni incurre en delito. En muchos países del mundo, la falta de probidad y honradez es causal de despido. En México es improrrogable establecerlo como requisito para la función pública. Hoy fue un notario, mañana quien ostente una alcaldía, senaduría, diputación o gubernatura. Primero toca cumplir con las obligaciones con hijas e hijos y con el respeto debido a las mujeres. Luego que salgan a arreglar el mundo.

En México lo privado siempre ha estado separado de lo público, al menos ante la ley. Es dificilísimo imputar un delito a alguien a veces hasta encontrándolo en franca flagrancia. La violencia doméstica por supuesto, se considera algo "de la pareja" en lo que nadie, menos el Estado, puede intervenir. La conducta en lo privado jamás ha impactado en los requerimientos para ejercer funciones públicas y eso, ha contribuido a que no se gobierne, legisle o juzgue con perspectiva de derechos humanos, mucho menos de género y, que por el contrario, la falta de probidad haya permeado corrompiendo hasta la médula al sistema público mexicano.

El pasado 29 de junio se apuntó un diez el congreso del "Estado grande"; el estado de Chihuahua; fue aprobado el dictamen que establece quiénes son elegibles para presentar candidatura a gubernatura, diputaciones, regidurías o presidencias municipales. Lo innovador es que ahora se exigirá presentar ante el Instituto Estatal Electoral, la declaración patrimonial, fiscal y de conflicto de intereses, escrito de protesta de no contar con antecedentes penales o policiacos en asuntos de materia familiar o de violencia política contra las mujeres en razón de género, por supuesto no estar bajo condena por dichos delitos o, haber incumplido con la obligación alimentaria o con acuerdo o convenio derivado de un mecanismo alternativo para la solución de controversias.

Por otro lado, en el Estado de México, la Secretaría de Justicia y Derechos Humanos informó la revocación de patente de la notaría 102 con residencia en Naucalpan de Juárez a Horacio Aguilar Álvarez Alba, grabado agrediendo a una mujer (su esposa). El argumento, sustentado en tratados internacionales, fue pérdida de la probidad en la función notarial, relacionado con el no contar con una conducta honorable y la obligación del Estado de prevenir, investigar y sancionar todas las violaciones de derechos humanos que se hagan de su conocimiento.

La sociedad está harta de la corrupción, el cinismo y las palabras huecas. Ahora es en serio; estas acciones mandan un mensaje fuerte y claro en cuanto a la conducta proba que se espera de cualquiera que presente cara al pueblo de México. Estas sentencias sentarán precedente, no cabe duda.

  • La probidad está vinculada a la honradez y la integridad en el actuar.

Quien actúa con probidad no comete ningún abuso ni incurre en delito. En muchos países del mundo, la falta de probidad y honradez es causal de despido. En México es improrrogable establecerlo como requisito para la función pública. Hoy fue un notario, mañana quien ostente una alcaldía, senaduría, diputación o gubernatura. Primero toca cumplir con las obligaciones con hijas e hijos y con el respeto debido a las mujeres. Luego que salgan a arreglar el mundo.