/ miércoles 21 de febrero de 2018

CARAS Y MÁSCARAS

  • No uno sino tres debates entre los candidatos a la Presidencia de la República

El pasado 19 febrero Lorenzo Córdova, consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), informó que, para dar respuesta a consultas de los partidos Morena y PT, en sesión extraordinaria se acordó qué actividades pueden, o no pueden, realizar los candidatos a la Presidencia de República en el periodo de intercampañas, que abarca del 12 de febrero al 29 de marzo, un día antes de que el INE resuelva las solicitudes de registro de las candidaturas.

Pueden:

+ Asistir a entrevistas y mesas de análisis donde discutan con expertos y analistas, siempre y cuando no se encuentre otro candidato a la presidencia; en reuniones privadas pueden exponer sus ideas sin pedir el voto.

+ Asistir a eventos privados y a reuniones en las que expongan temas generales y de interés público, siempre y cuando no llamen al voto, ni realicen actos anticipados de campaña, de lo contrario podrían ser sancionados, incluso con la pérdida del registro de su candidatura.

No pueden:

+ Participar en debates con otros candidatos, aparecer en spots televisivos, ni en mesas de análisis donde se encuentre otro aspirante.

+ Realizar actos ni asambleas públicas, marchas o mítines, ni pedir el voto por cualquier medio, impreso, digital o vía audio.

+ En la web confrontar propuestas, ideas o contestar a lo que publiquen o propongan los demás candidatos, pues se entendería que es un debate.

+ No podrán hacer llamados inequívocos al voto en su favor o en contra de otra fuerza política o candidatura, por cualquier medio de difusión, ni figurar en los spots de sus partidos.

El INE recordó que las limitantes en las redes sociales, lo mismo que en cualquier tipo de medio, tienen como objetivo primordial asegurar la equidad en la contienda. Es válido que se incluyan referencias a cuestiones de interés general y con carácter informativo o se hagan alusiones genéricas al cambio o a la continuidad de una política pública; se permite la difusión de cuestionamientos o logros a la actividad gubernamental, pero no se debe hacer mención ni identificar a un candidato o partido político a fin de posicionarlo de forma negativa o positiva.

En compensación a las restricciones mencionadas, el INE aprobó la realización de tres debates de los candidatos presidenciales, quienes se enfrentarán el 22 de abril en la Ciudad de México, el 20 de mayo en Tijuana, Baja California y el 12 de junio en Mérida, Yucatán.

Con el fin de flexibilizar los acartonados formatos actuales de los debates, el INE aprobó un conjunto de reglas básicas para la realización de estos ejercicios, así como los criterios para la selección de los moderadores. Para la elección de las sedes se privilegiará a universidades de reconocido prestigio que acepten participar y cuenten con los espacios y las capacidades técnicas necesarias, y donde puedan garantizarse condiciones de accesibili dad.

Los temas serán establecidos previamente y existirán preguntas generales, específicas y personalizadas sobre los tópicos de la discusión. Los candidatos presidenciales no conocerán previamente las preguntas que se establezcan para cada debate, pero sí los temas.

Las Reglas Básicas contemplan que se adopten mecanismos para garantizar la participación directa o indirecta de la ciudadanía. Los moderadores tendrán una participación activa, de modo que podrán interactuar de manera directa con los participantes, preguntar de forma improvisada y solicitar explicaciones de algún punto particular.

En noviembre del año pasado, cuando se dieron a conocer las normas referidas, Lorenzo Córdova expresó que “la idea es organizar verdaderos eventos de contraste político que sirvan a la ciudadanía para conocer de mejor manera las ideas, propuestas, personalidad, pensamiento y actitudes de quienes aspiran a la Presidencia de la República.

Recordó que anteriormente las reglas de las confrontaciones de ideas se consensuaban con los representantes de las o los candidatos a la presidencia de la República, cada uno de los cuales procuraba cuidar al máximo al aspirante en términos de sus actitudes.

“Se trata –ahora- de que la audiencia pueda conocer mejor y de manera directa las opiniones de cada contendiente, sus reacciones ante preguntas eventualmente incómodas, así como el manejo de los temas que son de interés común de cara a la emisión del voto”, dijo en noviembre del año pasado.

Expresó que el o la moderadora tendrán un papel más activo durante los debates, para que “no solo sean dadores de palabra y contadores de tiempo. Queremos también que incidan, que estimulen el debate”.

El objetivo es sacar de su zona de confort a los candidatos, para que sus presentaciones no sean soliloquios que duren minutos interminables delante de la cámara, sino un intercambio de opiniones, de planteamientos, entre quienes están pidiendo el voto de los ciudadanos, resaltó recientemente.