/ miércoles 4 de abril de 2018

Caras y Máscaras

  • Las “ciudades inteligentes” a la vuelta de la esquina

¿Es posible transformar el entorno caótico de las urbes para lograr su crecimiento planificado y sostenible?

A tal pregunta, Guillermo Cárdenas Guzmán, en la revista ¿Cómo ves?, Núm. 202, septiembre de 2015, editada por la UNAM, responde: “Con las herramientas de la era digital y el conocimiento científico se busca concretar esta utopía del siglo XXI.” (Cárdenas Guzmán fue reportero de ciencia de los diarios Reforma y El Universal).

A continuación, se presenta la argumentación que, en esencia, apoya su respuesta:


DESMEDIDA EXPANSIÓN URBANA

En 1800 solo el tres por ciento de la población mundial vivía en las ciudades, un siglo después el porcentaje aumentó al 14 por ciento y hoy, al menos tres mil 900 millones de personas, el 54 por ciento de la población mundial, habitan en ciudades y éstas ocupan solo el tres por ciento de la superficie del planeta. La tendencia continúa por lo que se espera que la proporción urbana llegue al 66 por ciento en el 2050, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Consecuencias del hacinamiento urbano: tráfico intenso, contaminación del aire, grandes niveles de estrés y abasto deficiente de agua potable, energía eléctrica y otros servicios básicos. El panorama se torna más dramático si se añaden factores como el crecimiento de la población y el cambio climático.

Hoy, las urbes consumen el 75 por ciento de la energía generada en el planeta y producen 80 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono. De la basura ni se diga.

El remedio: Smart cities

Ante tal escenario John Wilmoth, director de la División de Población del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU, considera que la gestión de zonas urbanas es uno de los mayores retos del siglo XXI y, para afrontar tal reto, paulatinamente se fortalece la tendencia a convertir a las urbes en smart cities, ciudades inteligentes, que combinan la tecnología con la información para reducir el costo energético, el impacto medioambiental y mejorar la calidad de vida.

Cárdenas Guzmán plantea que no hay consenso sobre la definición de ciudad inteligente, pero entre los rasgos que definen su perfil se encuentran la gestión racional del espacio urbano y de los recursos naturales, así como el uso de tecnologías digitales para procurar el bienestar humano. En este sentido cita a Mauricio Bouskela, consultor de la División de Competitividad e Innovación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), quien indica que una ciudad inteligente emplea redes de comunicación, sensores, cámaras y sistemas inteligentes para resolver los grandes retos y mantener enlazados en tiempo real a los ciudadanos con sus gobiernos.


PERFIL DE UNA CIUDAD INTELIGENTE

Una ciudad inteligente no es simplemente una ciudad cuyos habitantes disponen de herramientas digitales avanzadas, como Internet de banda ancha, sino donde ésta y otras tecnologías se usan para mejorar la calidad de los servicios públicos y privados. El consultor mencionado señala los siguientes como los rasgos principales de las smart cities:

• Gestión racional del espacio urbano y de los recursos naturales.

• Empleo de fuentes alternativas de energía y reducción de emisiones de CO2.

• Uso de redes de comunicación, sensores y sistemas inteligentes.

• Manejo de grandes bases de datos para prever o mitigar problemas.

• Aprovechamiento de herramientas digitales y plataformas interactivas.

• Conexión del gobierno y los ciudadanos y realización de trámites por Internet.

• Generación de nuevos servicios y empresas de base tecnológica.


PRIMERAS CIUDADES INTELIGENTES

Cárdenas Guzmán en su artículo da cuenta de que en 2015 varias ciudades se encontraban en proceso de incorporación a la categoría de ciudades inteligentes, entre ellas la ciudad sudcoreana de Songdo, cuyas autoridades pretendieron conectarlo todo: personas, autos, edificios, redes de energía… así como instalar sistemas de video para teleconferencias en cada hogar, escuela y entidad pública, por una parte y, por otra, Masdar, en Abu Dhabi (el mayor de los Emiratos Árabes Unidos), una ciudad en medio del desierto, concebida como la primera urbe sustentable del mundo, con la ambiciosa meta de reducir a cero sus emisiones de carbono y con fuentes renovables de energía (eólica y solar) para proveer electricidad y refrigeración.




TAMBIÉN EN MÉXICO

En México hay varios proyectos en marcha. En Jalisco se inició la construcción de la Ciudad Creativa Digital (CCD), para agrupar empresas de cine, televisión, videojuegos, animación digital, medios interactivos e Internet en una superficie de 180 hectáreas del Centro Histórico de Guadalajara, donde se renovará el diseño urbano, la infraestructura, la movilidad y la sustentabilidad con base en tecnologías interactivas.

En Querétaro, el ingeniero mexicano Jorge Buitrón encabeza la construcción de Ciudad Maderas, un proyecto de urbe inteligente que estará terminado hacia 2024. “Según el ingeniero Buitrón, no es necesario partir de cero ni cambiar toda la configuración de una urbe para hacerla inteligente; su transformación puede comenzar instalando en los vecindarios sistemas de alumbrado que respondan a las condiciones de luz o servicios de recolección de basura que operen en forma programada vía Internet. Éste es el modelo en el que se basará Ciudad Maderas, que inicialmente abarcará unas 400 hectáreas de superficie con espacios abiertos e interconectados, pensados para una población de hasta 100 mil habitantes. El complejo, financiado con recursos de los gobiernos federal y estatal, alojará una universidad, un hospital y un grupo de empresas dedicadas a generar nuevas tecnologías.”

En América Latina y el Caribe el BID creó la iniciativa Ciudades Emergentes y Sostenibles, que impulsa la transformación de urbes de tamaño intermedio, con poblaciones de entre 100 mil y dos millones de habitantes, a la que aporta recursos técnicos y financieros. En 2015 tres urbes mexicanas -La Paz, Jalapa y Campeche- ya estaban incluidas en la iniciativa, y ese año se integraron dos más: Toluca y Puebla. La iniciativa contempla aspectos como sustentabilidad ambiental, desarrollo urbano, solvencia fiscal y prácticas de buen gobierno, y permitirá a las ciudades identificar y evaluar sus principales problemas, para después buscar las mejores soluciones.


Y EN TLAXCALA, DESDE LUEGO…

En la ciudad de Tlaxcala, las cámaras de televisión y los drones para apoyar la seguridad pública, la instalación de lámparas con focos led, la posibilidad de pagar el impuesto predial y solicitar licencias de comercio por medio de la Internet y la instalación experimental de semáforos inteligentes ¿anticipan la transformación de la capital en ciudad inteligente?

  • Las “ciudades inteligentes” a la vuelta de la esquina

¿Es posible transformar el entorno caótico de las urbes para lograr su crecimiento planificado y sostenible?

A tal pregunta, Guillermo Cárdenas Guzmán, en la revista ¿Cómo ves?, Núm. 202, septiembre de 2015, editada por la UNAM, responde: “Con las herramientas de la era digital y el conocimiento científico se busca concretar esta utopía del siglo XXI.” (Cárdenas Guzmán fue reportero de ciencia de los diarios Reforma y El Universal).

A continuación, se presenta la argumentación que, en esencia, apoya su respuesta:


DESMEDIDA EXPANSIÓN URBANA

En 1800 solo el tres por ciento de la población mundial vivía en las ciudades, un siglo después el porcentaje aumentó al 14 por ciento y hoy, al menos tres mil 900 millones de personas, el 54 por ciento de la población mundial, habitan en ciudades y éstas ocupan solo el tres por ciento de la superficie del planeta. La tendencia continúa por lo que se espera que la proporción urbana llegue al 66 por ciento en el 2050, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Consecuencias del hacinamiento urbano: tráfico intenso, contaminación del aire, grandes niveles de estrés y abasto deficiente de agua potable, energía eléctrica y otros servicios básicos. El panorama se torna más dramático si se añaden factores como el crecimiento de la población y el cambio climático.

Hoy, las urbes consumen el 75 por ciento de la energía generada en el planeta y producen 80 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono. De la basura ni se diga.

El remedio: Smart cities

Ante tal escenario John Wilmoth, director de la División de Población del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU, considera que la gestión de zonas urbanas es uno de los mayores retos del siglo XXI y, para afrontar tal reto, paulatinamente se fortalece la tendencia a convertir a las urbes en smart cities, ciudades inteligentes, que combinan la tecnología con la información para reducir el costo energético, el impacto medioambiental y mejorar la calidad de vida.

Cárdenas Guzmán plantea que no hay consenso sobre la definición de ciudad inteligente, pero entre los rasgos que definen su perfil se encuentran la gestión racional del espacio urbano y de los recursos naturales, así como el uso de tecnologías digitales para procurar el bienestar humano. En este sentido cita a Mauricio Bouskela, consultor de la División de Competitividad e Innovación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), quien indica que una ciudad inteligente emplea redes de comunicación, sensores, cámaras y sistemas inteligentes para resolver los grandes retos y mantener enlazados en tiempo real a los ciudadanos con sus gobiernos.


PERFIL DE UNA CIUDAD INTELIGENTE

Una ciudad inteligente no es simplemente una ciudad cuyos habitantes disponen de herramientas digitales avanzadas, como Internet de banda ancha, sino donde ésta y otras tecnologías se usan para mejorar la calidad de los servicios públicos y privados. El consultor mencionado señala los siguientes como los rasgos principales de las smart cities:

• Gestión racional del espacio urbano y de los recursos naturales.

• Empleo de fuentes alternativas de energía y reducción de emisiones de CO2.

• Uso de redes de comunicación, sensores y sistemas inteligentes.

• Manejo de grandes bases de datos para prever o mitigar problemas.

• Aprovechamiento de herramientas digitales y plataformas interactivas.

• Conexión del gobierno y los ciudadanos y realización de trámites por Internet.

• Generación de nuevos servicios y empresas de base tecnológica.


PRIMERAS CIUDADES INTELIGENTES

Cárdenas Guzmán en su artículo da cuenta de que en 2015 varias ciudades se encontraban en proceso de incorporación a la categoría de ciudades inteligentes, entre ellas la ciudad sudcoreana de Songdo, cuyas autoridades pretendieron conectarlo todo: personas, autos, edificios, redes de energía… así como instalar sistemas de video para teleconferencias en cada hogar, escuela y entidad pública, por una parte y, por otra, Masdar, en Abu Dhabi (el mayor de los Emiratos Árabes Unidos), una ciudad en medio del desierto, concebida como la primera urbe sustentable del mundo, con la ambiciosa meta de reducir a cero sus emisiones de carbono y con fuentes renovables de energía (eólica y solar) para proveer electricidad y refrigeración.




TAMBIÉN EN MÉXICO

En México hay varios proyectos en marcha. En Jalisco se inició la construcción de la Ciudad Creativa Digital (CCD), para agrupar empresas de cine, televisión, videojuegos, animación digital, medios interactivos e Internet en una superficie de 180 hectáreas del Centro Histórico de Guadalajara, donde se renovará el diseño urbano, la infraestructura, la movilidad y la sustentabilidad con base en tecnologías interactivas.

En Querétaro, el ingeniero mexicano Jorge Buitrón encabeza la construcción de Ciudad Maderas, un proyecto de urbe inteligente que estará terminado hacia 2024. “Según el ingeniero Buitrón, no es necesario partir de cero ni cambiar toda la configuración de una urbe para hacerla inteligente; su transformación puede comenzar instalando en los vecindarios sistemas de alumbrado que respondan a las condiciones de luz o servicios de recolección de basura que operen en forma programada vía Internet. Éste es el modelo en el que se basará Ciudad Maderas, que inicialmente abarcará unas 400 hectáreas de superficie con espacios abiertos e interconectados, pensados para una población de hasta 100 mil habitantes. El complejo, financiado con recursos de los gobiernos federal y estatal, alojará una universidad, un hospital y un grupo de empresas dedicadas a generar nuevas tecnologías.”

En América Latina y el Caribe el BID creó la iniciativa Ciudades Emergentes y Sostenibles, que impulsa la transformación de urbes de tamaño intermedio, con poblaciones de entre 100 mil y dos millones de habitantes, a la que aporta recursos técnicos y financieros. En 2015 tres urbes mexicanas -La Paz, Jalapa y Campeche- ya estaban incluidas en la iniciativa, y ese año se integraron dos más: Toluca y Puebla. La iniciativa contempla aspectos como sustentabilidad ambiental, desarrollo urbano, solvencia fiscal y prácticas de buen gobierno, y permitirá a las ciudades identificar y evaluar sus principales problemas, para después buscar las mejores soluciones.


Y EN TLAXCALA, DESDE LUEGO…

En la ciudad de Tlaxcala, las cámaras de televisión y los drones para apoyar la seguridad pública, la instalación de lámparas con focos led, la posibilidad de pagar el impuesto predial y solicitar licencias de comercio por medio de la Internet y la instalación experimental de semáforos inteligentes ¿anticipan la transformación de la capital en ciudad inteligente?