/ miércoles 6 de febrero de 2019

CARAS Y MÁSCARAS

En la mira el fortalecimiento del mercado interno

“Si México quiere crecer necesita fortalecer su mercado interno, esto es, crear empresas pequeñas y fortalecer las ya existentes, empresas pequeñas que logren crear empleos e ingresos para fortalecer el consumo, ese es el mecanismo clave porque pensar que la panacea serán las reformas internas entonces estaremos pensando solamente en una parte del posible crecimiento y desarrollo de la economía nacional. El 95 por ciento del total de empresas en México son pequeñas y medianas, por ello la importancia de ellas.”

A partir de tal premisa, Maximiliano Gracia Hernández, licenciado en economía egresado de la Facultad de Economía de UNAM, doctorado por la Universidad de Barcelona, Investigador Nacional nivel I del CONACYT, que en el sector público laboró en la Representación del Gobierno de Tlaxcala en la Ciudad de México, en la LVI Legislatura de la Cámara de Diputados y en el H. Ayuntamiento de Calpulalpan, Tlaxcala, en su carácter de columnista del periódico Milenio el 13 de enero de 2016, bajo el título “Ante la crisis, fortalecer el mercado interno”, expresó su opinión sobre los requerimientos para vigorizar un sector clave de la organización económica nacional a fin de trasponer el mediocre crecimiento económico que desde hace decenios aqueja al país. Planteamientos destacados de su argumentación son los siguientes:


+ En 1998 se tenían 900 días para aperturar una empresa, hoy ya solo se requieren 45 días, sin embargo, se deben revisar las regulaciones municipales que representan el 60 por ciento del total de trámites que las empresas deben realizar.


+ Es necesario liberar la energía de las empresas a través del acceso al capital, estructurar un sistema que apoye e impulse la inversión.

+ Se requiere innovar, para lo que se necesita invertir, tener capital y crear una sinergia entre universidades, gobierno y empresas.

+ Se debe aprovechar la banca comercial para que la pequeña y mediana empresa acceda a la tecnología y deducir la innovación para que los empresarios se vean motivados a invertir en esa área.

+ Se debe crear una economía y un país con menos corrupción.

+ La mayor productividad genera mayores salarios, mayores salarios y mayor mercado interno.

+ Las cadenas de valor son fundamentales en el desarrollo del mercado interno, hay sectores con grandes perspectivas de crecimiento, como el aeroespacial y el automotriz, las empresas pequeñas se deben incorporar como proveedoras de ellas.

Generalización de la exigencia

La exigencia de fortalecer el mercado interno como un recurso para impulsar el desarrollo económico y social poco a poco, pero consistentemente, se fue generalizando en los diversos ámbitos y de análisis, discusión y decisión.

El Consejo Nacional de Universitarios (CNU) el 9 de noviembre de 2016 inició la presentación de sus 20 volúmenes, donde recogió con rigor académico un análisis profundo de la problemática nacional, acompañado de las propuestas de solución consideradas viables y razonables. El lunes 12 del mes y año mencionados presentó el volumen 3 “Mercado interno e inserción de México en el mundo.” De la reseña que hace el doctor Julio Boltvinik en el diario La Jornada del 16/11/2018 de tal presentación, proceden las expresiones que a continuación se consignan.


El volumen 3 plantea el vuelco del modelo de desarrollo hacia afuera (dinamizado por las exportaciones) en remplazo del modelo sustitutivo de importaciones (dinamizado por las ventas en el mercado interno). José Luis Calva (JLC) hace notar, en el prólogo, que el vuelco significó también el paso del modelo liderado por el Estado a uno dejado a la acción del libre juego del mercado, refiere Boltvinik.


JLC –prosigue el comentarista- empieza diciendo que después de 35 años de experiencia con el modelo orientado hacia afuera, se ha dispuesto de tiempo más que suficiente para poner a prueba sus bondades, y que como en cualquier otro experimento, los resultados empíricos deben ser asumidos como criterio de verdad. Por lo que él y otros autores del volumen dicen que la prueba empírica muestra que, después de seis sexenios de operación de la estrategia neoliberal orientada a las exportaciones, la prosperidad ofrecida por sus promotores resultó ser una fantasía.


Aunque las exportaciones crecieron espectacularmente: a 9.6 por ciento anual las de manufacturas (incluyendo maquiladoras), ello no trajo mayores tasas de crecimiento del PIB (2.3 por ciento anual, y 0.7 por ciento anual el PIB per cápita), y los salarios manufactureros cayeron 38.7 por ciento en términos reales.


JLC pregunta por qué. Para empezar, hace notar –dice Boltvinik- que no hay una regla universalmente válida entre peso de las exportaciones en el PIB y crecimiento económico. Tampoco es válida la idea que la liberalización comercial y la reducción de la injerencia gubernamental, son una fórmula mágica del desarrollo. Además, hace notar dos problemas:


Uno, que la estrategia exportadora resultó ser también una estrategia importadora, pues las importaciones crecieron más rápido que las exportaciones. Esto se explica, en parte, por el creciente componente importado de las exportaciones: 60 por ciento en 2016. La industria se maquilizó, se convirtió en una economía de enclave, crecientemente desvinculada del resto de la economía nacional.

Dos, el descuido y sacrificio deliberado del mercado interno, principal componente de la demanda agregada. Al respecto se observó un sesgo importador en el consumo privado: lento crecimiento del de origen nacional (2.4 por ciento anual) frente al de origen importado (que creció 8.3 por ciento anual).


Por otra parte –agrega el académico-, la estrategia macroeconómica prevaleciente ha erigido la estabilidad de precios en objetivo prioritario a ultranza (utilizando el tipo de cambio y el salario como anclas antiinflacionarias) lo que significó el abandono de las metas de crecimiento económico sostenido y el pleno empleo, la pérdida de competitividad de la economía y el deterioro del poder adquisitivo de los salarios. Es decir, estas políticas sacrificaron la economía real de la gran mayoría de los mexicanos.


JLC concluye así su prólogo –acota Boltvinik-: sólo mediante una estrategia endógena y pragmática de desarrollo de nuestro mercado interno y de inserción eficiente y digna en la economía internacional, México encontrará su propio camino hacia la prosperidad.


La reseña destaca el capítulo 1 del volumen 3 (La importancia del salario y el mercado interno en el desarrollo), escrito por Omar Jiménez, del Tecnológico de Monterrey (ITESM). Se trata de un análisis exhaustivo de la contención salarial impuesta y su impacto en los salarios reales. Dice el autor que el salario nominal en el sector manufacturero mexicano (medido en dólares) pasó de 32 por ciento del salario estadunidense en 1980 a sólo 11 por ciento en 1995 y 16 por ciento en 2015.


El salario en China, agrega OJ, desde 2006 ya es mayor que el de México. “A pesar de que el modelo neoliberal fue adoptado en muchos países del mundo y causó en todos ellos sensibles costos sociales y económicos para su población, en ninguno de ellos provocó una pérdida tan grave como en México en términos de salario real… En todas las economías emergentes del G-20 el salario medio real aumentó (de 2006 a 2015) excepto en México”.


Frente a tal situación Andrés Manuel López Obrador destacó la importancia y necesidad de aumentar los ingresos por salarios. El candidato presidencial de la coalición Juntos Haremos Historia, el 8 de abril de 2018 en un mitin en San Francisco del Rincón, Guanajuato, dijo que para impulsar la economía nacional es necesario fortalecer el mercado interno y el salario de las personas.


“Tiene que fortalecerse el salario, tiene que fortalecerse el mercado interno; que la gente tenga la posibilidad de comprar para que así las empresas, los comercios, se beneficien y haya crecimiento de la economía y se generen empleos.


Poco a poco se van revelando las columnas que sostienen la estructura de la IV Transformación.

En la mira el fortalecimiento del mercado interno

“Si México quiere crecer necesita fortalecer su mercado interno, esto es, crear empresas pequeñas y fortalecer las ya existentes, empresas pequeñas que logren crear empleos e ingresos para fortalecer el consumo, ese es el mecanismo clave porque pensar que la panacea serán las reformas internas entonces estaremos pensando solamente en una parte del posible crecimiento y desarrollo de la economía nacional. El 95 por ciento del total de empresas en México son pequeñas y medianas, por ello la importancia de ellas.”

A partir de tal premisa, Maximiliano Gracia Hernández, licenciado en economía egresado de la Facultad de Economía de UNAM, doctorado por la Universidad de Barcelona, Investigador Nacional nivel I del CONACYT, que en el sector público laboró en la Representación del Gobierno de Tlaxcala en la Ciudad de México, en la LVI Legislatura de la Cámara de Diputados y en el H. Ayuntamiento de Calpulalpan, Tlaxcala, en su carácter de columnista del periódico Milenio el 13 de enero de 2016, bajo el título “Ante la crisis, fortalecer el mercado interno”, expresó su opinión sobre los requerimientos para vigorizar un sector clave de la organización económica nacional a fin de trasponer el mediocre crecimiento económico que desde hace decenios aqueja al país. Planteamientos destacados de su argumentación son los siguientes:


+ En 1998 se tenían 900 días para aperturar una empresa, hoy ya solo se requieren 45 días, sin embargo, se deben revisar las regulaciones municipales que representan el 60 por ciento del total de trámites que las empresas deben realizar.


+ Es necesario liberar la energía de las empresas a través del acceso al capital, estructurar un sistema que apoye e impulse la inversión.

+ Se requiere innovar, para lo que se necesita invertir, tener capital y crear una sinergia entre universidades, gobierno y empresas.

+ Se debe aprovechar la banca comercial para que la pequeña y mediana empresa acceda a la tecnología y deducir la innovación para que los empresarios se vean motivados a invertir en esa área.

+ Se debe crear una economía y un país con menos corrupción.

+ La mayor productividad genera mayores salarios, mayores salarios y mayor mercado interno.

+ Las cadenas de valor son fundamentales en el desarrollo del mercado interno, hay sectores con grandes perspectivas de crecimiento, como el aeroespacial y el automotriz, las empresas pequeñas se deben incorporar como proveedoras de ellas.

Generalización de la exigencia

La exigencia de fortalecer el mercado interno como un recurso para impulsar el desarrollo económico y social poco a poco, pero consistentemente, se fue generalizando en los diversos ámbitos y de análisis, discusión y decisión.

El Consejo Nacional de Universitarios (CNU) el 9 de noviembre de 2016 inició la presentación de sus 20 volúmenes, donde recogió con rigor académico un análisis profundo de la problemática nacional, acompañado de las propuestas de solución consideradas viables y razonables. El lunes 12 del mes y año mencionados presentó el volumen 3 “Mercado interno e inserción de México en el mundo.” De la reseña que hace el doctor Julio Boltvinik en el diario La Jornada del 16/11/2018 de tal presentación, proceden las expresiones que a continuación se consignan.


El volumen 3 plantea el vuelco del modelo de desarrollo hacia afuera (dinamizado por las exportaciones) en remplazo del modelo sustitutivo de importaciones (dinamizado por las ventas en el mercado interno). José Luis Calva (JLC) hace notar, en el prólogo, que el vuelco significó también el paso del modelo liderado por el Estado a uno dejado a la acción del libre juego del mercado, refiere Boltvinik.


JLC –prosigue el comentarista- empieza diciendo que después de 35 años de experiencia con el modelo orientado hacia afuera, se ha dispuesto de tiempo más que suficiente para poner a prueba sus bondades, y que como en cualquier otro experimento, los resultados empíricos deben ser asumidos como criterio de verdad. Por lo que él y otros autores del volumen dicen que la prueba empírica muestra que, después de seis sexenios de operación de la estrategia neoliberal orientada a las exportaciones, la prosperidad ofrecida por sus promotores resultó ser una fantasía.


Aunque las exportaciones crecieron espectacularmente: a 9.6 por ciento anual las de manufacturas (incluyendo maquiladoras), ello no trajo mayores tasas de crecimiento del PIB (2.3 por ciento anual, y 0.7 por ciento anual el PIB per cápita), y los salarios manufactureros cayeron 38.7 por ciento en términos reales.


JLC pregunta por qué. Para empezar, hace notar –dice Boltvinik- que no hay una regla universalmente válida entre peso de las exportaciones en el PIB y crecimiento económico. Tampoco es válida la idea que la liberalización comercial y la reducción de la injerencia gubernamental, son una fórmula mágica del desarrollo. Además, hace notar dos problemas:


Uno, que la estrategia exportadora resultó ser también una estrategia importadora, pues las importaciones crecieron más rápido que las exportaciones. Esto se explica, en parte, por el creciente componente importado de las exportaciones: 60 por ciento en 2016. La industria se maquilizó, se convirtió en una economía de enclave, crecientemente desvinculada del resto de la economía nacional.

Dos, el descuido y sacrificio deliberado del mercado interno, principal componente de la demanda agregada. Al respecto se observó un sesgo importador en el consumo privado: lento crecimiento del de origen nacional (2.4 por ciento anual) frente al de origen importado (que creció 8.3 por ciento anual).


Por otra parte –agrega el académico-, la estrategia macroeconómica prevaleciente ha erigido la estabilidad de precios en objetivo prioritario a ultranza (utilizando el tipo de cambio y el salario como anclas antiinflacionarias) lo que significó el abandono de las metas de crecimiento económico sostenido y el pleno empleo, la pérdida de competitividad de la economía y el deterioro del poder adquisitivo de los salarios. Es decir, estas políticas sacrificaron la economía real de la gran mayoría de los mexicanos.


JLC concluye así su prólogo –acota Boltvinik-: sólo mediante una estrategia endógena y pragmática de desarrollo de nuestro mercado interno y de inserción eficiente y digna en la economía internacional, México encontrará su propio camino hacia la prosperidad.


La reseña destaca el capítulo 1 del volumen 3 (La importancia del salario y el mercado interno en el desarrollo), escrito por Omar Jiménez, del Tecnológico de Monterrey (ITESM). Se trata de un análisis exhaustivo de la contención salarial impuesta y su impacto en los salarios reales. Dice el autor que el salario nominal en el sector manufacturero mexicano (medido en dólares) pasó de 32 por ciento del salario estadunidense en 1980 a sólo 11 por ciento en 1995 y 16 por ciento en 2015.


El salario en China, agrega OJ, desde 2006 ya es mayor que el de México. “A pesar de que el modelo neoliberal fue adoptado en muchos países del mundo y causó en todos ellos sensibles costos sociales y económicos para su población, en ninguno de ellos provocó una pérdida tan grave como en México en términos de salario real… En todas las economías emergentes del G-20 el salario medio real aumentó (de 2006 a 2015) excepto en México”.


Frente a tal situación Andrés Manuel López Obrador destacó la importancia y necesidad de aumentar los ingresos por salarios. El candidato presidencial de la coalición Juntos Haremos Historia, el 8 de abril de 2018 en un mitin en San Francisco del Rincón, Guanajuato, dijo que para impulsar la economía nacional es necesario fortalecer el mercado interno y el salario de las personas.


“Tiene que fortalecerse el salario, tiene que fortalecerse el mercado interno; que la gente tenga la posibilidad de comprar para que así las empresas, los comercios, se beneficien y haya crecimiento de la economía y se generen empleos.


Poco a poco se van revelando las columnas que sostienen la estructura de la IV Transformación.