/ miércoles 19 de febrero de 2020

Caras y Máscaras | Prioridad: fortalecer el mercado interno

El año pasado el Producto Interno Bruto (PIB) de México se redujo 0.1 por ciento respecto al de 2018. Entre las causas de tal resultado se encuentran la disminución de la confianza de los inversionistas privados, la poca inversión pública, la política monetaria restrictiva y la debilidad externa dado el menor dinamismo de la industria manufacturera en Estados Unidos, ya que México, la segunda mayor economía de América Latina después de Brasil, depende en gran medida de los ciclos económicos de la nación vecina.

Ante la desaceleración económica, Andrés Manuel López Obrador, titular del Ejecutivo Federal, admitió que no se ha tenido el crecimiento esperado, pero “existe una mejor distribución de la riqueza”, basando su afirmación en la distribución de recursos presupuestales públicos en los programas sociales, el aumento de los salarios mínimos y el incremento de las remesas que envían a sus familiares quienes laboran en Norteamérica.

El economista Enrique Quintana, director general editorial del periódico El Financiero, con base en la reciente publicación de datos, hecha tanto por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) cuanto por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), en su columna “Coordenadas”, aparecida el pasado lunes 17 de los corrientes y titulada “Pues sí había otros datos…”, corrobora la afirmación presidencial.

“A partir de la semana pasada –comenta el editorialista-, ya podemos obtener una aproximación (actual) del ingreso promedio de la población ocupada total, independientemente de que sean asalariados o no asalariados y de que estén en la formalidad o sean informales.

“De acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) –explica-, se puede estimar, en el cuarto trimestre del año pasado, un ingreso promedio de 7 mil 337 pesos mensuales para los 55.7 millones de ocupados en México, mientras que 12 meses antes era de 6 mil 963 pesos. Esto significa un crecimiento real de 2.5 por ciento el año pasado.

“Si consideramos el aumento de 2.7 por ciento en la población ocupada total –argumenta-, se calcula que hubo un incremento real del ingreso de los hogares en México de 5.2 por ciento. Estas cifras son consistentes con los datos que la semana pasada dio a conocer el Coneval, que reportó un incremento de 5.9 por ciento en el ingreso laboral real per cápita en el último año –concluye-”.

Para el presente año, sin embargo, las expectativas más optimistas de la mayoría de los especialistas es que el PIB solo podrá crecer al 1 por ciento, pues entre las situaciones riesgosas que permanecen se cuentan la caída de la industria de la construcción y la marcada dependencia que mantienen las manufacturas del ciclo estadounidense. Ante tales señales, los ingresos familiares así como la demanda y el consumo de productos y servicios básicos pudieran ver limitados sus respectivos incrementos, prevén los analistas.

Dado este panorama, el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC) discurre que "Solo el fortalecimiento productivo del mercado interno puede representar una opción ante la desaceleración económica y las presiones de Estados Unidos, así como para superar los problemas estructurales del modelo económico".

El presidente Andrés Manuel López Obrador, por su parte, con el fin de fortalecer la economía popular refirió que se está aplicando una nueva política productiva orientada a vigorizar el mercado interno, impulsar proyectos para el desarrollo y la participación de la Iniciativa Privada (IP), así como captar la inversión extranjera.

En el ámbito local, según reportaje del diario El Economista (30-01-2020) “Durante los primeros tres trimestres del 2019, Tlaxcala fue el estado que registró el mayor crecimiento económico del país, con una tasa anual desestacionalizada de 9.1 por ciento, sacándole más de 5 puntos porcentuales al segundo lugar, que fue Colima (3.8 por ciento).”

El año pasado el Producto Interno Bruto (PIB) de México se redujo 0.1 por ciento respecto al de 2018. Entre las causas de tal resultado se encuentran la disminución de la confianza de los inversionistas privados, la poca inversión pública, la política monetaria restrictiva y la debilidad externa dado el menor dinamismo de la industria manufacturera en Estados Unidos, ya que México, la segunda mayor economía de América Latina después de Brasil, depende en gran medida de los ciclos económicos de la nación vecina.

Ante la desaceleración económica, Andrés Manuel López Obrador, titular del Ejecutivo Federal, admitió que no se ha tenido el crecimiento esperado, pero “existe una mejor distribución de la riqueza”, basando su afirmación en la distribución de recursos presupuestales públicos en los programas sociales, el aumento de los salarios mínimos y el incremento de las remesas que envían a sus familiares quienes laboran en Norteamérica.

El economista Enrique Quintana, director general editorial del periódico El Financiero, con base en la reciente publicación de datos, hecha tanto por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) cuanto por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), en su columna “Coordenadas”, aparecida el pasado lunes 17 de los corrientes y titulada “Pues sí había otros datos…”, corrobora la afirmación presidencial.

“A partir de la semana pasada –comenta el editorialista-, ya podemos obtener una aproximación (actual) del ingreso promedio de la población ocupada total, independientemente de que sean asalariados o no asalariados y de que estén en la formalidad o sean informales.

“De acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) –explica-, se puede estimar, en el cuarto trimestre del año pasado, un ingreso promedio de 7 mil 337 pesos mensuales para los 55.7 millones de ocupados en México, mientras que 12 meses antes era de 6 mil 963 pesos. Esto significa un crecimiento real de 2.5 por ciento el año pasado.

“Si consideramos el aumento de 2.7 por ciento en la población ocupada total –argumenta-, se calcula que hubo un incremento real del ingreso de los hogares en México de 5.2 por ciento. Estas cifras son consistentes con los datos que la semana pasada dio a conocer el Coneval, que reportó un incremento de 5.9 por ciento en el ingreso laboral real per cápita en el último año –concluye-”.

Para el presente año, sin embargo, las expectativas más optimistas de la mayoría de los especialistas es que el PIB solo podrá crecer al 1 por ciento, pues entre las situaciones riesgosas que permanecen se cuentan la caída de la industria de la construcción y la marcada dependencia que mantienen las manufacturas del ciclo estadounidense. Ante tales señales, los ingresos familiares así como la demanda y el consumo de productos y servicios básicos pudieran ver limitados sus respectivos incrementos, prevén los analistas.

Dado este panorama, el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC) discurre que "Solo el fortalecimiento productivo del mercado interno puede representar una opción ante la desaceleración económica y las presiones de Estados Unidos, así como para superar los problemas estructurales del modelo económico".

El presidente Andrés Manuel López Obrador, por su parte, con el fin de fortalecer la economía popular refirió que se está aplicando una nueva política productiva orientada a vigorizar el mercado interno, impulsar proyectos para el desarrollo y la participación de la Iniciativa Privada (IP), así como captar la inversión extranjera.

En el ámbito local, según reportaje del diario El Economista (30-01-2020) “Durante los primeros tres trimestres del 2019, Tlaxcala fue el estado que registró el mayor crecimiento económico del país, con una tasa anual desestacionalizada de 9.1 por ciento, sacándole más de 5 puntos porcentuales al segundo lugar, que fue Colima (3.8 por ciento).”