/ martes 23 de abril de 2019

EL CRISTAL CON QUE SE MIRA

Feminicidio infantil

  • Están matando a nuestras niñas, pero primero las están torturando despiadadamente, las roban para venderlas, para hacerlas esclavas...

Las niñas, nuestras niñas se encuentran entre los grupos de población más vulnerable ante las violencias de género, Early Institute, en su Diagnóstico sobre la situación del abuso sexual infantil en un contexto de violencia hacia la infancia en México, revela que la posibilidad de que una niña sea hospitalizada a causa de un abuso sexual es siete veces mayor que la de un niño.

La violencia social y machista devora la vida de las niñas de múltiples maneras desde la violencia familiar, la explotación laboral y sexual, la pobreza y la marginación y llega a la máxima expresión de odio a las mujeres en el feminicidio contra las niñas. La saña con que se cometen estos asesinatos es inenarrable e inhumana, historias como la de “Calcetitas Rojas” a quien mataron a golpes, después de una vida de agravios y de total indefensión se nos repiten en toda la geografía nacional.

Se han incrementado las cifras de feminicidios y el ritmo de crecimiento de los perpetrados contra niñas y adolescentes de 0 a 17 años es más acelerado respecto a las mujeres de 18 años y más. Cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, revelan que en 2017 se registraron 65 feminicidios, en 2018 fueron 86 y en el primer bimestre de 2019 se contabilizaron 11 feminicidios en menores de edad.

El feminicidio es el ejercicio brutal de poder y violencia contra una mujer, es sinónimo de discriminación y desigualdad, es la barbarie misma del más fuerte sobre quien no puede ni debería tener porqué defenderse de ser mujer.

Pero hablar de feminicidio infantil, es un horroroso alarido. Están matando a nuestras niñas, pero primero las están torturando despiadadamente, las roban para venderlas, para hacerlas esclavas, para satisfacer a los monstruos pederastas o psicópatas sin remedio.

Están matando a nuestras niñas y es desoladora la apatía y el voltear la cara, el no querer saber... cada una de ellas somos nosotras. Cada una de ellas es una derrota perdida para la humanidad y frente a ello, hay que trabajar para construir entornos seguros y hacer que ellas, nuestras niñas, vivan libres de violencia.

Feminicidio infantil

  • Están matando a nuestras niñas, pero primero las están torturando despiadadamente, las roban para venderlas, para hacerlas esclavas...

Las niñas, nuestras niñas se encuentran entre los grupos de población más vulnerable ante las violencias de género, Early Institute, en su Diagnóstico sobre la situación del abuso sexual infantil en un contexto de violencia hacia la infancia en México, revela que la posibilidad de que una niña sea hospitalizada a causa de un abuso sexual es siete veces mayor que la de un niño.

La violencia social y machista devora la vida de las niñas de múltiples maneras desde la violencia familiar, la explotación laboral y sexual, la pobreza y la marginación y llega a la máxima expresión de odio a las mujeres en el feminicidio contra las niñas. La saña con que se cometen estos asesinatos es inenarrable e inhumana, historias como la de “Calcetitas Rojas” a quien mataron a golpes, después de una vida de agravios y de total indefensión se nos repiten en toda la geografía nacional.

Se han incrementado las cifras de feminicidios y el ritmo de crecimiento de los perpetrados contra niñas y adolescentes de 0 a 17 años es más acelerado respecto a las mujeres de 18 años y más. Cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, revelan que en 2017 se registraron 65 feminicidios, en 2018 fueron 86 y en el primer bimestre de 2019 se contabilizaron 11 feminicidios en menores de edad.

El feminicidio es el ejercicio brutal de poder y violencia contra una mujer, es sinónimo de discriminación y desigualdad, es la barbarie misma del más fuerte sobre quien no puede ni debería tener porqué defenderse de ser mujer.

Pero hablar de feminicidio infantil, es un horroroso alarido. Están matando a nuestras niñas, pero primero las están torturando despiadadamente, las roban para venderlas, para hacerlas esclavas, para satisfacer a los monstruos pederastas o psicópatas sin remedio.

Están matando a nuestras niñas y es desoladora la apatía y el voltear la cara, el no querer saber... cada una de ellas somos nosotras. Cada una de ellas es una derrota perdida para la humanidad y frente a ello, hay que trabajar para construir entornos seguros y hacer que ellas, nuestras niñas, vivan libres de violencia.