/ jueves 22 de febrero de 2018

Los avatares de nuestro tiempo

Sobre la importancia de evaluar al gobierno

En nuestros días, donde se vive bajo una atmósfera de desconfianza y descontento frente a las acciones del gobierno en todos sus niveles (federal, estatal y municipal), se vuelve relevante hablar sobre algunos de temas técnicos de la acción gubernamental que pocas veces son tratados, pero que cuentan con una relevancia inimaginable, por ejemplo: la evaluación del desempeño de los programas y políticas públicas.

Tal sentir por parte de la ciudadanía se halla justificado cuando, en la coyuntura, se conocen múltiples casos de corrupción o ineficacia gubernamental al momento de resolver problemas públicos; derivado de esta presión es que el diseño institucional del combate a la corrupción y las mejoras a las acciones de gobierno se han manifestado incesantemente, sobre todo en los dos años más recientes. Sin embargo, la lucha a este mal social y el esfuerzo por lograr un gobierno con los valores de eficacia, eficiencia y economía no son nuevos, por el contrario, cuentan ya con una larga memoria histórica.

Un ejemplo claro para demostrar esta aseveración es la existencia de evaluaciones al desempeño de las políticas públicas desde la Auditoría de Desempeño (AED), que fue creada como un área sustantiva de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) a raíz de que ésta dejo de ser la Contraloría General de la Federación, hace ya 18 años, dado que fue en el año 2000 cuando se determinó la transformación a ASF.

En la AED se realizan auditorías a políticas públicas, lo cual puede considerar uno o más programas presupuestarios. Esta es una de las máximas apuestas a la instauración de la Nueva Gestión Pública en las administraciones públicas, una idea que desde la década de los años 80 ha tomado el control de la organización administrativa e, incluso, de la asignación presupuestal.

Realizar las auditorías de desempeño es una oportunidad para verificar que el diseño, la implementación y los resultados de los programas de gobierno estén verdaderamente con rendimientos positivos, en tanto logren cumplir con los grandes objetivos trazados, por ejemplo, en el Plan Nacional de Desarrollo o en la mismísima Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

En un esquema de rendición de cuentas, la evaluación de desempeño ofrece la posibilidad al gobierno de justificar ante la ciudadanía el ejercicio de recursos públicos. También es importante señalar que es por demás un ejercicio democrático y profesionalizante del ejercicio de gobierno, en tanto que las recomendaciones que son emitidas al final de la auditoría son, realmente, guías para la mejora permanente de los programas públicos.

En tanto la autoridad comprenda la relevancia de evaluar el desempeño es que tendremos mejores políticas públicas y, consecuentemente, podremos lograr un combate real, frontal y efectivo a los grandes problemas nacionales como: la pobreza, la inseguridad y un enorme etcétera.

Facebook: Luis Enrique Bermúdez Cruz

Sobre la importancia de evaluar al gobierno

En nuestros días, donde se vive bajo una atmósfera de desconfianza y descontento frente a las acciones del gobierno en todos sus niveles (federal, estatal y municipal), se vuelve relevante hablar sobre algunos de temas técnicos de la acción gubernamental que pocas veces son tratados, pero que cuentan con una relevancia inimaginable, por ejemplo: la evaluación del desempeño de los programas y políticas públicas.

Tal sentir por parte de la ciudadanía se halla justificado cuando, en la coyuntura, se conocen múltiples casos de corrupción o ineficacia gubernamental al momento de resolver problemas públicos; derivado de esta presión es que el diseño institucional del combate a la corrupción y las mejoras a las acciones de gobierno se han manifestado incesantemente, sobre todo en los dos años más recientes. Sin embargo, la lucha a este mal social y el esfuerzo por lograr un gobierno con los valores de eficacia, eficiencia y economía no son nuevos, por el contrario, cuentan ya con una larga memoria histórica.

Un ejemplo claro para demostrar esta aseveración es la existencia de evaluaciones al desempeño de las políticas públicas desde la Auditoría de Desempeño (AED), que fue creada como un área sustantiva de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) a raíz de que ésta dejo de ser la Contraloría General de la Federación, hace ya 18 años, dado que fue en el año 2000 cuando se determinó la transformación a ASF.

En la AED se realizan auditorías a políticas públicas, lo cual puede considerar uno o más programas presupuestarios. Esta es una de las máximas apuestas a la instauración de la Nueva Gestión Pública en las administraciones públicas, una idea que desde la década de los años 80 ha tomado el control de la organización administrativa e, incluso, de la asignación presupuestal.

Realizar las auditorías de desempeño es una oportunidad para verificar que el diseño, la implementación y los resultados de los programas de gobierno estén verdaderamente con rendimientos positivos, en tanto logren cumplir con los grandes objetivos trazados, por ejemplo, en el Plan Nacional de Desarrollo o en la mismísima Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

En un esquema de rendición de cuentas, la evaluación de desempeño ofrece la posibilidad al gobierno de justificar ante la ciudadanía el ejercicio de recursos públicos. También es importante señalar que es por demás un ejercicio democrático y profesionalizante del ejercicio de gobierno, en tanto que las recomendaciones que son emitidas al final de la auditoría son, realmente, guías para la mejora permanente de los programas públicos.

En tanto la autoridad comprenda la relevancia de evaluar el desempeño es que tendremos mejores políticas públicas y, consecuentemente, podremos lograr un combate real, frontal y efectivo a los grandes problemas nacionales como: la pobreza, la inseguridad y un enorme etcétera.

Facebook: Luis Enrique Bermúdez Cruz