/ jueves 17 de mayo de 2018

Los avatares de nuestro tiempo

La necesidad de buenos funcionarios públicos

Muchos son los problemas a los que se enfrenta México como país; la sociedad y el gobierno enfrentan retos mayúsculos que definitivamente preocupan, por ejemplo: los niveles de pobreza y desigualdad, la corrupción, el gradual avance en el deterioro de nuestros ecosistemas, los altos índices de incidencia delictiva en cada vez más regiones y, coyunturalmente, las relaciones hostiles y de incertidumbre entre el gobierno mexicano y su par estadounidense.

La característica compartida de estos problemas es que requieren de la acción gubernamental para su resolución, inherentemente a esta condición es que se viven a diario una cantidad enorme de críticas, emanadas desde distintas trincheras y tribunas, críticas sistemáticas a las decisiones, programas y políticas públicas implementadas desde la administración pública; esto deviene en debates aún más profundos sobre temas trascendentes como la factibilidad de la propia democracia.

El hecho de que existan gobiernos poco eficientes en la realización de tareas dadas, incluso constitucionalmente, no significa que el modelo de “la democracia” sea fallido o tenga que ser modificado/sustituido; establecer ese debate en la agenda pública me parece sumamente riesgoso. La democracia liberal ha permitido, en México y en muchas otras partes del mundo, sostener libertades y derechos ligados a la participación política de los individuos en la elección, integración y funcionamiento de sus gobiernos, por lo que pensar que éste debe ser suprimido, es el equivalente a una regresión hacia el pasado.

Es aquí donde quiero escribir la cita de un autor destacadísimo, Giandomenico Majone (doctor en estadística por la Universidad de California en Berkeley y profesor emérito en el Instituto Universitario Europeo en Florencia, Italia), del que he leído innumerable cantidad de textos, dice: “La democracia produce gobiernos legítimos con el derecho de tomar decisiones vinculatorias para toda la comunidad política; pero no produce de suyo gobiernos eficaces en sus decisiones, a menos que incorporen personal técnico especializado, administradores conocedores y expertos”.

Lo que esta cita nos dice es que para vivir en democracia y sostener gobiernos eficientes, eficaces y legítimos ¡necesitamos excelentes funcionarios públicos! (personas que sepan de lo que hablan, que dominen el funcionamiento de la administración pública y proponer soluciones a los problemas a los que todos nos enfrentamos a diario), y esta condición de excelencia solamente es lograda en tanto se cuenta con una sólida formación profesional acorde a los retos que ya enlistaba en el primer renglón de este texto. En tanto no se cuente con los mejores perfiles en las administraciones públicas, los problemas proliferarán, y los riesgosos debates en torno a la democracia dejarán de ser incipientes para convertirse en propuestas reales.

En México, tras la alternancia en el poder identificada con la salida del Partido Revolucionario Institucional y la entrada del Partido Acción Nacional, se creó la Ley Federal del Servicios Profesional de Carrera; éste fue el artífice legal para intentar la instalación de un sistema “meritocrático” en la administración del personal público. Es decir, privilegiar desde el ingreso, pasando por la permanencia y hasta la separación del servicio público, el mérito de las personas, por ende, colocar una suerte de incentivos positivos para la formación de gobiernos con cuadros de funcionarios públicos profesionalizados.

Sin embargo, tal modelo no ha terminado de acentuarse en la realidad mexicana, el reto está en fraguar la creación de administraciones públicas locales con excelentes funcionarios públicos. Tlaxcala (cuna de la Nación) debe afrontar el reto porque es uno de “los avatares de nuestro tiempo”.


EN ESTOS DÍAS…

Aprovechando que nos encontramos en el mes de mayo, quiero extender una felicitación por el Día de las Madres, celebrado el pasado 10 de mayo, y una más por el Día del Maestro, el 15 de mayo. ¡Felicidades!


Facebook: Luis Enrique Bermúdez Cruz

La necesidad de buenos funcionarios públicos

Muchos son los problemas a los que se enfrenta México como país; la sociedad y el gobierno enfrentan retos mayúsculos que definitivamente preocupan, por ejemplo: los niveles de pobreza y desigualdad, la corrupción, el gradual avance en el deterioro de nuestros ecosistemas, los altos índices de incidencia delictiva en cada vez más regiones y, coyunturalmente, las relaciones hostiles y de incertidumbre entre el gobierno mexicano y su par estadounidense.

La característica compartida de estos problemas es que requieren de la acción gubernamental para su resolución, inherentemente a esta condición es que se viven a diario una cantidad enorme de críticas, emanadas desde distintas trincheras y tribunas, críticas sistemáticas a las decisiones, programas y políticas públicas implementadas desde la administración pública; esto deviene en debates aún más profundos sobre temas trascendentes como la factibilidad de la propia democracia.

El hecho de que existan gobiernos poco eficientes en la realización de tareas dadas, incluso constitucionalmente, no significa que el modelo de “la democracia” sea fallido o tenga que ser modificado/sustituido; establecer ese debate en la agenda pública me parece sumamente riesgoso. La democracia liberal ha permitido, en México y en muchas otras partes del mundo, sostener libertades y derechos ligados a la participación política de los individuos en la elección, integración y funcionamiento de sus gobiernos, por lo que pensar que éste debe ser suprimido, es el equivalente a una regresión hacia el pasado.

Es aquí donde quiero escribir la cita de un autor destacadísimo, Giandomenico Majone (doctor en estadística por la Universidad de California en Berkeley y profesor emérito en el Instituto Universitario Europeo en Florencia, Italia), del que he leído innumerable cantidad de textos, dice: “La democracia produce gobiernos legítimos con el derecho de tomar decisiones vinculatorias para toda la comunidad política; pero no produce de suyo gobiernos eficaces en sus decisiones, a menos que incorporen personal técnico especializado, administradores conocedores y expertos”.

Lo que esta cita nos dice es que para vivir en democracia y sostener gobiernos eficientes, eficaces y legítimos ¡necesitamos excelentes funcionarios públicos! (personas que sepan de lo que hablan, que dominen el funcionamiento de la administración pública y proponer soluciones a los problemas a los que todos nos enfrentamos a diario), y esta condición de excelencia solamente es lograda en tanto se cuenta con una sólida formación profesional acorde a los retos que ya enlistaba en el primer renglón de este texto. En tanto no se cuente con los mejores perfiles en las administraciones públicas, los problemas proliferarán, y los riesgosos debates en torno a la democracia dejarán de ser incipientes para convertirse en propuestas reales.

En México, tras la alternancia en el poder identificada con la salida del Partido Revolucionario Institucional y la entrada del Partido Acción Nacional, se creó la Ley Federal del Servicios Profesional de Carrera; éste fue el artífice legal para intentar la instalación de un sistema “meritocrático” en la administración del personal público. Es decir, privilegiar desde el ingreso, pasando por la permanencia y hasta la separación del servicio público, el mérito de las personas, por ende, colocar una suerte de incentivos positivos para la formación de gobiernos con cuadros de funcionarios públicos profesionalizados.

Sin embargo, tal modelo no ha terminado de acentuarse en la realidad mexicana, el reto está en fraguar la creación de administraciones públicas locales con excelentes funcionarios públicos. Tlaxcala (cuna de la Nación) debe afrontar el reto porque es uno de “los avatares de nuestro tiempo”.


EN ESTOS DÍAS…

Aprovechando que nos encontramos en el mes de mayo, quiero extender una felicitación por el Día de las Madres, celebrado el pasado 10 de mayo, y una más por el Día del Maestro, el 15 de mayo. ¡Felicidades!


Facebook: Luis Enrique Bermúdez Cruz