/ jueves 7 de marzo de 2019

LOS AVATARES DEL TIEMPO

Día Internacional de la Mujer

  • Las instituciones del Estado deben considerar importante su participación para garantizar que las personas se desarrollen en entornos de igualdad, respeto y seguridad.

En la actualidad, la demanda por resolver los grandes problemas a los que la sociedad se enfrenta conforma una agenda compartida en prácticamente todo el mundo, claro está, con la existencia de países en que las problemáticas están aún más acentuadas, pero en todas las latitudes se habla de: desigualdad, pobreza, violencia, marginación, discriminación, falta de oportunidades laborales y un innumerable etcétera; muchos de estos asuntos públicos, a todas luces indeseables, son agudizados por sus causas: una de las cuales puede ser el género. O, también se puede dar la relación de que estas problemáticas que afectan a la sociedad en su conjunto tengan afectaciones aún más graves por razones de género.

Por este razonamiento es que este 8 de marzo, identificado como el de la celebración del “Día Internacional de la Mujer” es fundamental reflexionar acerca de cuáles son los retos y las dificultades que las mujeres enfrentan para alcanzar su pleno desarrollo como seres humanos y su crecimiento en diferentes ámbitos, sea político, económico-empresarial, social, académico-intelectual, etc. Este reposicionamiento de las exigencias y demandas a favor de la igualdad de género y de oportunidades para hombres y mujeres, tiene un trasfondo histórico y una deuda real; la propia celebración del Día Internacional de la Mujer (signado en 1975 por la Organización de las Naciones Unidas) tiene antecedentes desde 1910, cuando la Internacional Socialista proclamó el día de la mujer como una suerte de homenaje al movimiento en favor de los derechos de la mujer y para ayudar a la consecución del sufragio femenino universal, que dicho sea en México se conseguiría hasta 1953. Lo que esto denota es que el 8 de marzo, más bien es un recordatorio de lo mucho que hace falta lograr para el pleno ejercicio de derechos por parte de las mujeres en México y en el mundo.

En ese tenor, en el año 1995, un total de 189 gobiernos firmó la Declaración de Beijng, como una agenda para la materialización de los derechos de las mujeres. Sin embargo, es evidente que la firma de acuerdos, tratados, cartas y declaraciones, en muchas ocasiones resulta ser algo procedimental; en realidad, el proceso para el logro de estos objetivos es más complejo de lo que parece, dado que supone un cambio estructural en la sociedad. Además, las instituciones del Estado deben considerar importante su participación para garantizar que, con independencia del género, las personas (hombres y mujeres) se desarrollen en entornos de igualdad, respeto y seguridad.

Hasta ahora, todas estas luchas alentadas desde movimientos sociales han tenido real impacto y resultados que, indudablemente, han formado un contexto favorable para el ejercicio de derechos de las mujeres. Empero, aún persisten varios fenómenos que rompen con este estado de las cosas y colocan a las instituciones públicas en un escenario de crisis real, dada la imposibilidad de garantizar el goce y disfrute de los derechos por parte de las mujeres.

La atención desde el Estado -es cierto- debe partir desde la legislación y la inclusión de México a acuerdos internacionales, pero debe completarse por medio de políticas públicas lo suficientemente concretas para eliminar el estado de crisis que sitúa a las mujeres, en un entorno de vulnerabilidades múltiples. Este escenario obliga a los gobiernos en todos sus niveles (federal, estatal y municipal) a generar diagnósticos, programas e instancias encargadas de la implementación para conseguir la seguridad de las mujeres y su libre desarrollo.

En México, la proporción de mujeres por cada 100 hombres es de 105, este dato pone de relieve la enorme trascendencia que las mujeres tienen para la vida pública del país, la atención a sus demandas es fundamental para construir un país próspero. Por esta razón, el Día Internacional de la Mujer debe ser un catalizador de las discusiones sobre qué le hace falta a la sociedad contemporánea para que las mujeres concreten la lucha histórica de, simplemente, ejercer sus derechos. Mientras tanto, a sabiendas de que aún falta bastante por realizar para lograr el objetivo, felicito a las mujeres por ser lo más bello, por su lucha permanente y su esfuerzo constante; a todas, mi admiración siempre.

Facebook:

Luis Enrique Bermúdez Cruz

Twitter: @EnriqueBermC


Día Internacional de la Mujer

  • Las instituciones del Estado deben considerar importante su participación para garantizar que las personas se desarrollen en entornos de igualdad, respeto y seguridad.

En la actualidad, la demanda por resolver los grandes problemas a los que la sociedad se enfrenta conforma una agenda compartida en prácticamente todo el mundo, claro está, con la existencia de países en que las problemáticas están aún más acentuadas, pero en todas las latitudes se habla de: desigualdad, pobreza, violencia, marginación, discriminación, falta de oportunidades laborales y un innumerable etcétera; muchos de estos asuntos públicos, a todas luces indeseables, son agudizados por sus causas: una de las cuales puede ser el género. O, también se puede dar la relación de que estas problemáticas que afectan a la sociedad en su conjunto tengan afectaciones aún más graves por razones de género.

Por este razonamiento es que este 8 de marzo, identificado como el de la celebración del “Día Internacional de la Mujer” es fundamental reflexionar acerca de cuáles son los retos y las dificultades que las mujeres enfrentan para alcanzar su pleno desarrollo como seres humanos y su crecimiento en diferentes ámbitos, sea político, económico-empresarial, social, académico-intelectual, etc. Este reposicionamiento de las exigencias y demandas a favor de la igualdad de género y de oportunidades para hombres y mujeres, tiene un trasfondo histórico y una deuda real; la propia celebración del Día Internacional de la Mujer (signado en 1975 por la Organización de las Naciones Unidas) tiene antecedentes desde 1910, cuando la Internacional Socialista proclamó el día de la mujer como una suerte de homenaje al movimiento en favor de los derechos de la mujer y para ayudar a la consecución del sufragio femenino universal, que dicho sea en México se conseguiría hasta 1953. Lo que esto denota es que el 8 de marzo, más bien es un recordatorio de lo mucho que hace falta lograr para el pleno ejercicio de derechos por parte de las mujeres en México y en el mundo.

En ese tenor, en el año 1995, un total de 189 gobiernos firmó la Declaración de Beijng, como una agenda para la materialización de los derechos de las mujeres. Sin embargo, es evidente que la firma de acuerdos, tratados, cartas y declaraciones, en muchas ocasiones resulta ser algo procedimental; en realidad, el proceso para el logro de estos objetivos es más complejo de lo que parece, dado que supone un cambio estructural en la sociedad. Además, las instituciones del Estado deben considerar importante su participación para garantizar que, con independencia del género, las personas (hombres y mujeres) se desarrollen en entornos de igualdad, respeto y seguridad.

Hasta ahora, todas estas luchas alentadas desde movimientos sociales han tenido real impacto y resultados que, indudablemente, han formado un contexto favorable para el ejercicio de derechos de las mujeres. Empero, aún persisten varios fenómenos que rompen con este estado de las cosas y colocan a las instituciones públicas en un escenario de crisis real, dada la imposibilidad de garantizar el goce y disfrute de los derechos por parte de las mujeres.

La atención desde el Estado -es cierto- debe partir desde la legislación y la inclusión de México a acuerdos internacionales, pero debe completarse por medio de políticas públicas lo suficientemente concretas para eliminar el estado de crisis que sitúa a las mujeres, en un entorno de vulnerabilidades múltiples. Este escenario obliga a los gobiernos en todos sus niveles (federal, estatal y municipal) a generar diagnósticos, programas e instancias encargadas de la implementación para conseguir la seguridad de las mujeres y su libre desarrollo.

En México, la proporción de mujeres por cada 100 hombres es de 105, este dato pone de relieve la enorme trascendencia que las mujeres tienen para la vida pública del país, la atención a sus demandas es fundamental para construir un país próspero. Por esta razón, el Día Internacional de la Mujer debe ser un catalizador de las discusiones sobre qué le hace falta a la sociedad contemporánea para que las mujeres concreten la lucha histórica de, simplemente, ejercer sus derechos. Mientras tanto, a sabiendas de que aún falta bastante por realizar para lograr el objetivo, felicito a las mujeres por ser lo más bello, por su lucha permanente y su esfuerzo constante; a todas, mi admiración siempre.

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Luis Enrique Bermúdez Cruz

Twitter: @EnriqueBermC