/ martes 13 de agosto de 2019

No está chido

La presión de vivir es muy grande, me compartió con sus ojitos tristes una chavala llena de lo que cualquier adulto envidiaríamos: piel lozana, fuerza, agilidad, salud, belleza…¡futuro! Fíjate, Au, siguió la niña, nos estamos acabando el planeta, dentro de unos años no habrá agua, el plástico está matando a los peces y la naturaleza ya no aguanta, los empleos son pocos hay cada vez más violencia, nos están matando a los chavos en la calle por cualquier cosa, hay más y más pederastas, violaciones y asesinatos…no, no es lindo pensar en vivir así y menos en traer hijos al mundo.

La percepción de esta chica es cierta pero no me había generado tanta conmoción, como que a mi edad ya vemos lo vivido con aprendizaje, gratitud y sostén para que la estabilidad prevalezca en los años que nos quede rondar el planeta, pero para las y los jóvenes, este mundo es cada vez más amenazante y horrorífico, así el crecimiento de las tasas de suicidio en menores de 30 años se explican mejor.

Desde el año 2000, el 12 de agosto se conmemora el día internacional de la juventud. Hombres y mujeres entre 15 y 19 años quienes viven su día a día entre todos esos problemas que nuestra generación ha dejado para ellas y ellos; Nada halagüeño.

Algunos datos sobre juventud en México según INEGI:

Hay 30.6 millones de jóvenes entre 15 y 29 años; es decir son el 25.7% de la población.

Mientras en 1995 el promedio de edad era 20 años, en 2015 esta cifra subió a 27 años; estas y estos jóvenes ya tienen obligaciones familiares; el bono democrático se está desperdiciando.

El 29.32% del padrón electoral tiene entre 18 y 29 años; Los jóvenes definen elecciones.

En el año 2000, el promedio de escolaridad en México eran 7.2 años, en 2015 9.2; en un mundo globalizado, olvidamos educar más y mejor. Sus competencias productivas están rezagadas frente a los países desarrollados.

La única brecha de edad en la que no se ha disminuido sustantivamente el embarazo es en la de menores de 19 años, lo cual disminuye las oportunidades de crecimiento y desarrollo de mujeres; el 50.9% de la población.

El porcentaje de menores adictos a alcohol y drogas ha crecido entre 50 y 60% en hombres y hasta en 200% en jovencitas; la adicción es causa número uno en deserción escolar.

Las cifras pueden ser agoreras, sin embargo, lo maravilloso de la juventud es la mirada de esperanza, la alegría de vivir y de construir con los adultos, sin los adultos o a pesar de los adultos. Si tú, estimado lector, ya andas en estas edades maduras como tu escribana y piensas que ya no te interesa el tema, pregúntate entonces con qué cara entregarás a tus hijos y nietos este nuestro vapuleado México que bien o mal nosotros ya disfrutamos, pero que para quienes vienen, así no, no está chido.

La presión de vivir es muy grande, me compartió con sus ojitos tristes una chavala llena de lo que cualquier adulto envidiaríamos: piel lozana, fuerza, agilidad, salud, belleza…¡futuro! Fíjate, Au, siguió la niña, nos estamos acabando el planeta, dentro de unos años no habrá agua, el plástico está matando a los peces y la naturaleza ya no aguanta, los empleos son pocos hay cada vez más violencia, nos están matando a los chavos en la calle por cualquier cosa, hay más y más pederastas, violaciones y asesinatos…no, no es lindo pensar en vivir así y menos en traer hijos al mundo.

La percepción de esta chica es cierta pero no me había generado tanta conmoción, como que a mi edad ya vemos lo vivido con aprendizaje, gratitud y sostén para que la estabilidad prevalezca en los años que nos quede rondar el planeta, pero para las y los jóvenes, este mundo es cada vez más amenazante y horrorífico, así el crecimiento de las tasas de suicidio en menores de 30 años se explican mejor.

Desde el año 2000, el 12 de agosto se conmemora el día internacional de la juventud. Hombres y mujeres entre 15 y 19 años quienes viven su día a día entre todos esos problemas que nuestra generación ha dejado para ellas y ellos; Nada halagüeño.

Algunos datos sobre juventud en México según INEGI:

Hay 30.6 millones de jóvenes entre 15 y 29 años; es decir son el 25.7% de la población.

Mientras en 1995 el promedio de edad era 20 años, en 2015 esta cifra subió a 27 años; estas y estos jóvenes ya tienen obligaciones familiares; el bono democrático se está desperdiciando.

El 29.32% del padrón electoral tiene entre 18 y 29 años; Los jóvenes definen elecciones.

En el año 2000, el promedio de escolaridad en México eran 7.2 años, en 2015 9.2; en un mundo globalizado, olvidamos educar más y mejor. Sus competencias productivas están rezagadas frente a los países desarrollados.

La única brecha de edad en la que no se ha disminuido sustantivamente el embarazo es en la de menores de 19 años, lo cual disminuye las oportunidades de crecimiento y desarrollo de mujeres; el 50.9% de la población.

El porcentaje de menores adictos a alcohol y drogas ha crecido entre 50 y 60% en hombres y hasta en 200% en jovencitas; la adicción es causa número uno en deserción escolar.

Las cifras pueden ser agoreras, sin embargo, lo maravilloso de la juventud es la mirada de esperanza, la alegría de vivir y de construir con los adultos, sin los adultos o a pesar de los adultos. Si tú, estimado lector, ya andas en estas edades maduras como tu escribana y piensas que ya no te interesa el tema, pregúntate entonces con qué cara entregarás a tus hijos y nietos este nuestro vapuleado México que bien o mal nosotros ya disfrutamos, pero que para quienes vienen, así no, no está chido.