/ miércoles 29 de abril de 2020

Antípodas | ¿Confiar en la ciencia o en la raza?

Lo bueno de la ciencia es que es cierta, creas o no en ellaNeil Degrasse Tyson

El mundo entero libra una batalla sin precedentes frente al Covid-19, un enemigo invisible que tiene como agravante la facilidad de propagación exponencial entre los seres humanos, al grado de rebasar los tres millones de personas contagiadas. De ahí deriva el principal problema para los gobiernos del mundo, que, al existir tantas personas contagiadas al mismo tiempo, la posibilidad de que, por tanto, un mayor número de personas agraven su condición, obligue a una saturación de los sistemas de salud, tanto pública como privada, y por ende, colapsen. Porque no debe perderse de vista que además de los casos de Coronavirus que ingresan a los hospitales, existen otros cientos de miles de pacientes que requieren atención por otras enfermedades, ordinarias como extraordinarias, pero al concentrar esfuerzos en la atención de la pandemia se presentarán deficiencias; de ahí nace la catástrofe de muertes que se acumulan por decenas de miles en Estados Unidos, España, Italia o Inglaterra. Agregue que la ciencia está encontrando que el Coronavirus "puede afectar cualquier cosa, produce inflamación en cualquier sitio y aunque lo que te lleva a la UVI (Unidad de Vigilancia Intensiva) es el fallo respiratorio o una neumonía simple, que ocurre bruscamente, es un virus muy capaz de ir más allá de la pura inflamación pulmonar, dispara un proceso de inflamación sistémica muy potente, no produce solo distrés, sino que tiene otra serie de manifestaciones, muchas asociadas a un aumento de coagulabilidad y desarrollaban trombosis venosas o embolias pulmonares" así lo afirma el Dr. Julio Mayol, director médico del Hospital en Madrid y algunas revistas médicas.

Para contener la enfermedad, la Organización Mundial de la Salud y los gobiernos, han optado por decretar medidas de distanciamiento social, con la finalidad de poder aplanar la curva de contagios, que no es otra cosa que reducir la cantidad de personas infectadas al mismo tiempo y con ello tratar de evitar el colapso referido. Hay países como China que en tres meses lograron aplanar su curva con medidas restrictivas severas, y su tasa de mortalidad de la enfermedad está apenas en el 5 % con más de 88 mil casos y cerca de 77 mil recuperados. Dos casos de éxito son Alemania y Corea del Sur, ambos centraron su estrategia en aplicar miles de pruebas en su población, para detectar de manera temprana a los portadores, aislar a los contactos y frenar la expansión de la enfermedad, los alemanes por ejemplo realizan cerca de 160 mil pruebas por semana y los surcoreanos 10 mil al día; es así que pueden presumir tener la menor tasa de mortandad por debajo del 4 % y una tasa de recuperación cercana al 80 %.

Hay ejemplos de sociedades muy disciplinadas como la japonesa, donde su gobierno no decretó medidas obligatorias de distanciamiento social, pero las personas las adoptaron por sí mismas, y a pesar de tener una población elevada de mayores de 65 años, tienen menos muertes (394) y menos contagios (13,613) que México y con tres semanas de antelación de haber detectado el primer caso. Un caso suigéneris es el de Singapur, utilizó un sofisticado y extenso programa tecnológico y con detectives de enfermedades, para el rastreo de contactos que sigue la cadena del virus de una persona a la siguiente, lo que permite identificar y aislar individuos -y a todos sus contactos cercanos- antes de que sea demasiado tarde, al 26 de abril con más de 14 mil contagios registra apenas 14 muertes. Lamentablemente en nuestro país no es así y en nuestro estado menos aún. A pesar de que se han implementado medidas y se ha llamado al distanciamiento social obligatorio, seguimos viendo negocios abiertos, calles, mercados, tiendas repletas de gente.

Habrá quien diga que hay personas que viven al día y deben salir a buscar el sustento para sus familias, eso es loable y comprensible, pero, amable lector, ¿ya se dio usted cuenta de qué personas y que actividades hacen? Hay vinaterías abiertas y gente comprando, padres de familia exponiendo a sus hijos llevándolos al parque a jugar, jóvenes en vehículos repletos con música a todo volumen, hay quienes van de compras como en procesión con la familia entera, hay otros que hacen fiestas y comilonas en sus casas; perdón, pero eso no es ni actividad prioritaria, ni implica que salgan a ganarse el pan.

Lo bueno de la ciencia es que es cierta, creas o no en ellaNeil Degrasse Tyson

El mundo entero libra una batalla sin precedentes frente al Covid-19, un enemigo invisible que tiene como agravante la facilidad de propagación exponencial entre los seres humanos, al grado de rebasar los tres millones de personas contagiadas. De ahí deriva el principal problema para los gobiernos del mundo, que, al existir tantas personas contagiadas al mismo tiempo, la posibilidad de que, por tanto, un mayor número de personas agraven su condición, obligue a una saturación de los sistemas de salud, tanto pública como privada, y por ende, colapsen. Porque no debe perderse de vista que además de los casos de Coronavirus que ingresan a los hospitales, existen otros cientos de miles de pacientes que requieren atención por otras enfermedades, ordinarias como extraordinarias, pero al concentrar esfuerzos en la atención de la pandemia se presentarán deficiencias; de ahí nace la catástrofe de muertes que se acumulan por decenas de miles en Estados Unidos, España, Italia o Inglaterra. Agregue que la ciencia está encontrando que el Coronavirus "puede afectar cualquier cosa, produce inflamación en cualquier sitio y aunque lo que te lleva a la UVI (Unidad de Vigilancia Intensiva) es el fallo respiratorio o una neumonía simple, que ocurre bruscamente, es un virus muy capaz de ir más allá de la pura inflamación pulmonar, dispara un proceso de inflamación sistémica muy potente, no produce solo distrés, sino que tiene otra serie de manifestaciones, muchas asociadas a un aumento de coagulabilidad y desarrollaban trombosis venosas o embolias pulmonares" así lo afirma el Dr. Julio Mayol, director médico del Hospital en Madrid y algunas revistas médicas.

Para contener la enfermedad, la Organización Mundial de la Salud y los gobiernos, han optado por decretar medidas de distanciamiento social, con la finalidad de poder aplanar la curva de contagios, que no es otra cosa que reducir la cantidad de personas infectadas al mismo tiempo y con ello tratar de evitar el colapso referido. Hay países como China que en tres meses lograron aplanar su curva con medidas restrictivas severas, y su tasa de mortalidad de la enfermedad está apenas en el 5 % con más de 88 mil casos y cerca de 77 mil recuperados. Dos casos de éxito son Alemania y Corea del Sur, ambos centraron su estrategia en aplicar miles de pruebas en su población, para detectar de manera temprana a los portadores, aislar a los contactos y frenar la expansión de la enfermedad, los alemanes por ejemplo realizan cerca de 160 mil pruebas por semana y los surcoreanos 10 mil al día; es así que pueden presumir tener la menor tasa de mortandad por debajo del 4 % y una tasa de recuperación cercana al 80 %.

Hay ejemplos de sociedades muy disciplinadas como la japonesa, donde su gobierno no decretó medidas obligatorias de distanciamiento social, pero las personas las adoptaron por sí mismas, y a pesar de tener una población elevada de mayores de 65 años, tienen menos muertes (394) y menos contagios (13,613) que México y con tres semanas de antelación de haber detectado el primer caso. Un caso suigéneris es el de Singapur, utilizó un sofisticado y extenso programa tecnológico y con detectives de enfermedades, para el rastreo de contactos que sigue la cadena del virus de una persona a la siguiente, lo que permite identificar y aislar individuos -y a todos sus contactos cercanos- antes de que sea demasiado tarde, al 26 de abril con más de 14 mil contagios registra apenas 14 muertes. Lamentablemente en nuestro país no es así y en nuestro estado menos aún. A pesar de que se han implementado medidas y se ha llamado al distanciamiento social obligatorio, seguimos viendo negocios abiertos, calles, mercados, tiendas repletas de gente.

Habrá quien diga que hay personas que viven al día y deben salir a buscar el sustento para sus familias, eso es loable y comprensible, pero, amable lector, ¿ya se dio usted cuenta de qué personas y que actividades hacen? Hay vinaterías abiertas y gente comprando, padres de familia exponiendo a sus hijos llevándolos al parque a jugar, jóvenes en vehículos repletos con música a todo volumen, hay quienes van de compras como en procesión con la familia entera, hay otros que hacen fiestas y comilonas en sus casas; perdón, pero eso no es ni actividad prioritaria, ni implica que salgan a ganarse el pan.