/ sábado 12 de junio de 2021

Los Avatares de Nuestro Tiempo | La recomposición política y el futuro de Tlaxcala

El proceso electoral en México reafirmó la recomposición política suscitada a nivel federal tras los comicios de 2018, ahora a nivel subnacional (estados y municipios). También fue visible el incremento en el nivel de participación respecto de elecciones intermedias anteriores en el país, en buena medida debido a la concurrencia de elecciones federales para la integración de la nueva legislatura en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión junto con la renovación de Gobierno Estatales, Ayuntamientos y Congresos locales.

El nivel de participación en el país ascendió hasta un 52.66%, según los cómputos distritales del Instituto Nacional Electoral. Para el caso de Tlaxcala, la participación fue de 65.92% con base en la Lista Nominal de Electores y los registros del Programa de Resultados Electorales Preliminares del Instituto Tlaxcalteca de Elecciones. Es indudablemente positivo para la democracia mexicana, el hecho de que la ciudadanía participe de los procesos electorales en tales magnitudes.

El proceso electoral también fue relevante porque compitieron por vez primera varios partidos políticos de reciente creación y que -definitivamente- representan poco o nada los intereses de algún sector de la población, sus demandas y anhelos. De tal suerte, Fuerza por México, Partido Encuentro Solidario y Redes Sociales Progresistas, perderán el registro como partidos y con ello una serie de prerrogativas como financiamiento público, etc. Dichos institutos políticos serán retirados del sistema de partidos en México por incumplir el 3% respecto de la votación total efectiva. Es otro de los resultados positivos del proceso electoral.

A nivel nacional los registros de votos son similares a los de 2018. Las tres primeras fuerzas políticas son: el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) con el 35.33%, el Partido Acción Nacional (PAN) con el 18.90% y el Partido Revolucionario Institucional (PRI) con el 18.37%; además se consolidaron algunos partidos que fungirán como satélites de institutos de mayor tamaño, los dos más importantes son el Partido Verde Ecologista de México y Movimiento Ciudadano. Incluso podrían contar con una agenda propia y tener espacios de incidencia real en los procesos legislativos y propiamente en la conformación del Presupuesto de Egresos de la Federación, el cual es la principal herramienta de intervención y planificación gubernamental y por tanto objeto de interés total.

En el caso de Tlaxcala el triunfo de Morena en lo individual, así como de los partidos integrados en la coalición tanto en lo individual como coaligados fueron ganadores a nivel gubernatura, 13 de los 15 distritos para la elección de diputados por el principio de mayoría relativa, varias presidencias municipales y de comunidad. Es decir, la nueva gobernadora del Estado, Lorena Cuéllar, contará -idealmente- con un Poder Legislativo colaborador y agudo impulsor de una agenda política determinada.

Justo por esta idea central, resulta evidente la necesidad de que el proyecto elegido por los ciudadanos tenga la capacidad de trabajar desde ahora en la conformación de una agenda (temas centrales de atención e interés público); planteamiento de estrategias para la obtención de resultados a corto, mediano y largo plazo; así como la integración de un equipo de trabajo con capacidad política (en las áreas que así sea necesario) capacidades técnicas profesionales y compromiso ético y moral con las causas que presumiblemente persigue el movimiento de la transformación.

Si bien es cierto que la recomposición política en Tlaxcala tiene antecedentes de alternancia en el poder, es real que la transformación requiere más fuerza, inteligencia y sagacidad que aquella necesaria para la autoreverencia o la autodenominación como reformadores y capaces.

El éxito o fracaso de cualquier proyecto está determinado en buena medida por la calidad de liderazgos que toman decisiones en áreas estratégicas. Por ello la línea temporal de atención política debiera estar centrada en la selección estratégica de los perfiles que acompañarán en sus funciones a quienes resultaron electos, llámese: gobernadora, diputados, presidentes municipales, etc. En realidad, de este proceso depende mucho del futuro de Tlaxcala.

En el corto plazo también será relevante visualizar un proceso integral para la creación del Plan Estatal de Desarrollo y observar cuáles serán los rasgos distintivos de la recomposición política en el Estado.

El proceso electoral en México reafirmó la recomposición política suscitada a nivel federal tras los comicios de 2018, ahora a nivel subnacional (estados y municipios). También fue visible el incremento en el nivel de participación respecto de elecciones intermedias anteriores en el país, en buena medida debido a la concurrencia de elecciones federales para la integración de la nueva legislatura en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión junto con la renovación de Gobierno Estatales, Ayuntamientos y Congresos locales.

El nivel de participación en el país ascendió hasta un 52.66%, según los cómputos distritales del Instituto Nacional Electoral. Para el caso de Tlaxcala, la participación fue de 65.92% con base en la Lista Nominal de Electores y los registros del Programa de Resultados Electorales Preliminares del Instituto Tlaxcalteca de Elecciones. Es indudablemente positivo para la democracia mexicana, el hecho de que la ciudadanía participe de los procesos electorales en tales magnitudes.

El proceso electoral también fue relevante porque compitieron por vez primera varios partidos políticos de reciente creación y que -definitivamente- representan poco o nada los intereses de algún sector de la población, sus demandas y anhelos. De tal suerte, Fuerza por México, Partido Encuentro Solidario y Redes Sociales Progresistas, perderán el registro como partidos y con ello una serie de prerrogativas como financiamiento público, etc. Dichos institutos políticos serán retirados del sistema de partidos en México por incumplir el 3% respecto de la votación total efectiva. Es otro de los resultados positivos del proceso electoral.

A nivel nacional los registros de votos son similares a los de 2018. Las tres primeras fuerzas políticas son: el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) con el 35.33%, el Partido Acción Nacional (PAN) con el 18.90% y el Partido Revolucionario Institucional (PRI) con el 18.37%; además se consolidaron algunos partidos que fungirán como satélites de institutos de mayor tamaño, los dos más importantes son el Partido Verde Ecologista de México y Movimiento Ciudadano. Incluso podrían contar con una agenda propia y tener espacios de incidencia real en los procesos legislativos y propiamente en la conformación del Presupuesto de Egresos de la Federación, el cual es la principal herramienta de intervención y planificación gubernamental y por tanto objeto de interés total.

En el caso de Tlaxcala el triunfo de Morena en lo individual, así como de los partidos integrados en la coalición tanto en lo individual como coaligados fueron ganadores a nivel gubernatura, 13 de los 15 distritos para la elección de diputados por el principio de mayoría relativa, varias presidencias municipales y de comunidad. Es decir, la nueva gobernadora del Estado, Lorena Cuéllar, contará -idealmente- con un Poder Legislativo colaborador y agudo impulsor de una agenda política determinada.

Justo por esta idea central, resulta evidente la necesidad de que el proyecto elegido por los ciudadanos tenga la capacidad de trabajar desde ahora en la conformación de una agenda (temas centrales de atención e interés público); planteamiento de estrategias para la obtención de resultados a corto, mediano y largo plazo; así como la integración de un equipo de trabajo con capacidad política (en las áreas que así sea necesario) capacidades técnicas profesionales y compromiso ético y moral con las causas que presumiblemente persigue el movimiento de la transformación.

Si bien es cierto que la recomposición política en Tlaxcala tiene antecedentes de alternancia en el poder, es real que la transformación requiere más fuerza, inteligencia y sagacidad que aquella necesaria para la autoreverencia o la autodenominación como reformadores y capaces.

El éxito o fracaso de cualquier proyecto está determinado en buena medida por la calidad de liderazgos que toman decisiones en áreas estratégicas. Por ello la línea temporal de atención política debiera estar centrada en la selección estratégica de los perfiles que acompañarán en sus funciones a quienes resultaron electos, llámese: gobernadora, diputados, presidentes municipales, etc. En realidad, de este proceso depende mucho del futuro de Tlaxcala.

En el corto plazo también será relevante visualizar un proceso integral para la creación del Plan Estatal de Desarrollo y observar cuáles serán los rasgos distintivos de la recomposición política en el Estado.