/ viernes 11 de octubre de 2019

A 500 años: ¿Conquista española?

Existen algunas concepciones históricas que se encuentran alejadas del análisis objetivo de textos escritos por historiadores auténticos, debe considerarse que la historia la escriben los vencedores esencialmente cuando hacen referencia a las luchas armadas, como es el caso de la historia de lo acaecido hace cinco siglos en el actual ámbito geográfico de México donde se encuentra la antigua nación de Tlaxcallan.

Leyendo la historia de la presencia de Hernán Cortés y el ejército de 400 infantes, de caballería así como artilleros, militares con armas hasta entonces desconocidas por las etnias americanas, cuando arribaron a costas mexicanas del Golfo de México, se encontraron que otros españoles ya habían llegado pero que no lograron adentrarse al territorio de Tenochtitlan, y la prueba de estancia precortesiana fueron dos sobrevivientes que encontraron en el pueblo de Tabasco, uno de ellos (Jerónimo de Aguilar, el bilingüe) fue el que se unió al contingente de Cortés y el otro prefirió quedarse conviviendo con los indígenas.

Desde esa región de Tabasco, los españoles empezaron a recibir apoyo alimenticio primero el del pueblo que venció en una batalla y fue obligado a rendirse, y de acuerdo a las costumbres de los pueblos autóctonos lo hacían mediante regalos de oro, plumería, mantas y alimentos. Continuando Cortés su viaje aventurero hacia la actual San Juan de Ulúa, fue solicitando mediante sus intérpretes Jerónimo de Aguilar y Malinalli alimentos, mismos que le fueron proporcionados para satisfacer el hambre de los marinos. Señala el cronista Bernal que en Tabasco recibían apoyo alimenticio del gran Moctesuma, lo que significa que este emperador tenochca ya estaba enterado de la presencia de hombres extranjeros.

Cuando llegó el ejército de Cortés a lo que impusieron por nombre San Juan (hoy puerto de Veracruz), ante embajadores de Moctesuma mostró el poder de armas que poseían los aventureros, hicieron estallar las armas de fuego y el manejo de caballos, los que asombraron a indígenas embajadores del “emperador” Moctesuma, quien había enviado ricos presentes en oro, mantas y abundantes alimentos, donde venían los mejores dibujantes que habían tomado nota de todo lo desconocido por el mundo étnico, y dado a conocer a Moctezuma, quien en correspondencia, Cortés envió cuentas de colores y alguna ropa, y para Cortés el importante mensaje de la entrevista que deseaba tener con el poderoso “Rey” tenochca. Al mismo tiempo, al través de la verba de Malinalli, deseaba entrevistarse con los jefes de la nación tlaxcalteca. (El mismo cronista Díaz menciona a Tlaxcallan como nación).

Como consigna el Cronista Díaz del Castillo, en todos los pueblos costeros por donde pasa Cortés es protegido con alimentos, mismos que salvaron a los españoles de morir de hambre, pero fue la influencia del poder de Moctesuma el tener deslumbrados a los aventureros con grandes cantidades de oro obsequiados, que en su mundo sabían que el precioso mineral tenía un gran valor monetario, sin embargo entre los pueblos autóctonos era solamente un adorno. Esta anotación servirá para apoyar nuestra conclusión.

En diálogo posterior que sostuvo Xicohtencatl con Hernán Cortés, aquél aseveró que les había dado guerra porque creían que eran (los españoles) amigos de Moctesuma.

Cuando el General Xicohtencatl el Joven, perdió la última batalla, se debió al pleito interno que tenía con Maxiscatsin, éste se inclinaba hacia la paz y alianza. El jefe del ejército no era de esa opinión, así; Maxiscatsin, retiró a sus guerreros y por ello el contingente de guerra disminuyó y Xicohtencatl no pudo sostenerla, pudiendo haberla ganado con ventaja por el gran número de guerreros. Finalmente el acuerdo de Senadores de Tlaxcallan indicó al joven General dialogar con el enfermo Cortés para señalar atrocidades de Moctesuma cometidas contra la nación de Tlaxcala. El cronista español que conoció a “Xicotenga”, lo describió así: “era de mala condición, y porfiado y soberbio” y de su físico dice: “era alto de cuerpo y de grande espalda y bien hecho y la cara la tenía oyosa y robusta, y era hasta de treinta y cinco años y en el parecer mostraba en su persona gravedad”.

Conclusión: los conquistadores no fueron los extranjeros, sino los mexicas con la gran invitación a la codicia del oro obsequiado. La armada de Cortés hubiera sucumbido por hambre.

Existen algunas concepciones históricas que se encuentran alejadas del análisis objetivo de textos escritos por historiadores auténticos, debe considerarse que la historia la escriben los vencedores esencialmente cuando hacen referencia a las luchas armadas, como es el caso de la historia de lo acaecido hace cinco siglos en el actual ámbito geográfico de México donde se encuentra la antigua nación de Tlaxcallan.

Leyendo la historia de la presencia de Hernán Cortés y el ejército de 400 infantes, de caballería así como artilleros, militares con armas hasta entonces desconocidas por las etnias americanas, cuando arribaron a costas mexicanas del Golfo de México, se encontraron que otros españoles ya habían llegado pero que no lograron adentrarse al territorio de Tenochtitlan, y la prueba de estancia precortesiana fueron dos sobrevivientes que encontraron en el pueblo de Tabasco, uno de ellos (Jerónimo de Aguilar, el bilingüe) fue el que se unió al contingente de Cortés y el otro prefirió quedarse conviviendo con los indígenas.

Desde esa región de Tabasco, los españoles empezaron a recibir apoyo alimenticio primero el del pueblo que venció en una batalla y fue obligado a rendirse, y de acuerdo a las costumbres de los pueblos autóctonos lo hacían mediante regalos de oro, plumería, mantas y alimentos. Continuando Cortés su viaje aventurero hacia la actual San Juan de Ulúa, fue solicitando mediante sus intérpretes Jerónimo de Aguilar y Malinalli alimentos, mismos que le fueron proporcionados para satisfacer el hambre de los marinos. Señala el cronista Bernal que en Tabasco recibían apoyo alimenticio del gran Moctesuma, lo que significa que este emperador tenochca ya estaba enterado de la presencia de hombres extranjeros.

Cuando llegó el ejército de Cortés a lo que impusieron por nombre San Juan (hoy puerto de Veracruz), ante embajadores de Moctesuma mostró el poder de armas que poseían los aventureros, hicieron estallar las armas de fuego y el manejo de caballos, los que asombraron a indígenas embajadores del “emperador” Moctesuma, quien había enviado ricos presentes en oro, mantas y abundantes alimentos, donde venían los mejores dibujantes que habían tomado nota de todo lo desconocido por el mundo étnico, y dado a conocer a Moctezuma, quien en correspondencia, Cortés envió cuentas de colores y alguna ropa, y para Cortés el importante mensaje de la entrevista que deseaba tener con el poderoso “Rey” tenochca. Al mismo tiempo, al través de la verba de Malinalli, deseaba entrevistarse con los jefes de la nación tlaxcalteca. (El mismo cronista Díaz menciona a Tlaxcallan como nación).

Como consigna el Cronista Díaz del Castillo, en todos los pueblos costeros por donde pasa Cortés es protegido con alimentos, mismos que salvaron a los españoles de morir de hambre, pero fue la influencia del poder de Moctesuma el tener deslumbrados a los aventureros con grandes cantidades de oro obsequiados, que en su mundo sabían que el precioso mineral tenía un gran valor monetario, sin embargo entre los pueblos autóctonos era solamente un adorno. Esta anotación servirá para apoyar nuestra conclusión.

En diálogo posterior que sostuvo Xicohtencatl con Hernán Cortés, aquél aseveró que les había dado guerra porque creían que eran (los españoles) amigos de Moctesuma.

Cuando el General Xicohtencatl el Joven, perdió la última batalla, se debió al pleito interno que tenía con Maxiscatsin, éste se inclinaba hacia la paz y alianza. El jefe del ejército no era de esa opinión, así; Maxiscatsin, retiró a sus guerreros y por ello el contingente de guerra disminuyó y Xicohtencatl no pudo sostenerla, pudiendo haberla ganado con ventaja por el gran número de guerreros. Finalmente el acuerdo de Senadores de Tlaxcallan indicó al joven General dialogar con el enfermo Cortés para señalar atrocidades de Moctesuma cometidas contra la nación de Tlaxcala. El cronista español que conoció a “Xicotenga”, lo describió así: “era de mala condición, y porfiado y soberbio” y de su físico dice: “era alto de cuerpo y de grande espalda y bien hecho y la cara la tenía oyosa y robusta, y era hasta de treinta y cinco años y en el parecer mostraba en su persona gravedad”.

Conclusión: los conquistadores no fueron los extranjeros, sino los mexicas con la gran invitación a la codicia del oro obsequiado. La armada de Cortés hubiera sucumbido por hambre.