/ jueves 24 de octubre de 2019

Deshojando el Cempasúchil | ¡Y que se deja libre al hijo del Chapo por órdenes presidenciales!

Hay dos frases que engloban la realidad de lo que está pasando en el país, una atribuida a Winston Churchill: “Quien se humilla para evitar la guerra, se queda con la humillación y con la guerra”, y otra de Maquiavelo, tomada del libro El Príncipe: “El que tolera el desorden para evitar la guerra, primero tiene el desorden y después la guerra”.


Una vez superadas las etapas de ¡fúchila! y ¡guácala! y la de ¡pórtense bien o los vamos a acusar con su mamacita!, creo que tendrán que tomarse medidas serias para evitar que situaciones humillantes como la recientemente ocurrida en Culiacán se repitan. El estado no puede ser superado por miembros de un cartel del crimen organizado, no considerado el más fuerte del país; sin embargo, se mostró la debilidad de las fuerzas armadas mexicanas por falta de planeación, de estrategia y el más elemental sentido común al llegar con un grupúsculo desorientado a detener al hijo del Chapo y dejar libres a sus secuaces, quienes dieron el grito de alerta y avisaron a sus compañeros de crimen para enfrentar a los soldados. En este escenario los malandros, aparentemente mejor organizados que los uniformados, mostraron supremacía poniendo en jaque no solo a los militares sino a los habitantes de esa próspera ciudad sinaloense. Quemaron vehículos e hicieron de las suyas durante 11 horas, hasta tiraron de un bazucaso uno de los helicópteros de apoyo. La diputada Adriana Dávila -valiente y decidida como es– pidió en la tribuna de la Cámara de Diputados, apoyada por varios miembros de su bancada, la desaparición del Gabinete de Seguridad Pública: “si no pueden o no sirven ¡renuncien!”. Ahora habrá que tomar medidas eficaces para extinguir poco a poco a los grupos del crimen organizado. ¿Cómo? Para empezar, congelando todas sus cuentas bancarias -así como piensan congelárselas a los evasores de impuestos- y capacitando a las policías y a los del Gabinete de Seguridad en planeación, estrategias y apoyos necesarios para cumplir las órdenes de los mandos superiores, porque ¿qué ha pasado en los últimos días?, 13 policías muertos por un grupo de criminales en Guanajuato; al día siguiente un policía, ¡mejor que Rambo!, mató a 14 malandros a costa de su vida y, lo último, el episodio de Sinaloa, donde Alfonso ¿Durazo?, acompañado por los titulares del ejército y la marina, salió a presumir la captura de Ovidio el hijo del Chapo Guzmán y poco después -4 horas- de detenerlo ¡lo soltaron! Saldo: 20 muertos y más de veinte heridos, la pregunta: ¿sólo esos después de 11 horas de balacera? En fin ¿en dónde nos deja esto como país?

Y sigue la mata dando: ¡quemada internacional!

Ahora bien, se dice que los malosos fueron al lugar donde viven los familiares de los militares, ponen dos pipas de gasolina y amenazan con quemarlos sino sueltan a Ovidio, piden apoyo a varios grupos de delincuentes con los que tienen tratos quienes les ayudan a cerrar las entradas y los accesos quemando camiones y tráileres, varios en motocicletas comienzan a asaltar y quitar sus vehículos a quienes conducían camionetas para utilizarlas en ataques a los militares y en un lapso de 4 horas hay 30 enfrentamientos con soldados en diferentes puntos de la ciudad… en esas circunstancias difícilmente podía llegar el ejército a la fiscalía para llevarse a Ovidio, ya que su gente había cercado el edificio. Cuando se desataron las balaceras era el horario de más tránsito ciudadano, las líneas de teléfonos se saturaron, se escucharon balazos en todos lados, la ciudad era un caos total, llegaron refuerzos aéreos con más de 15 helicópteros disparando donde veían convoyes de sicarios, los que no tardaron mucho en irse ya que tiraron un helicóptero con un misil… fue cuando decidieron liberar a Ovidio, para llevarlo a un lugar seguro para ellos y de nuevo se desataron las balaceras por toda la ciudad como estrategia para distraer a la autoridad acerca del rumbo que tomarían para sacar al rescatado narcotraficante… la balacera duró alrededor de 11 horas con dos momentos de máxima intensidad cuando rodearon la fiscalía… cinco horas de balazos en la zona más transitada de Culiacán… posteriormente, cuando lo liberaron, otras seis horas de disparos para distracción… todavía el viernes en la mañana se seguían escuchando esporádicos balazos. La sociedad en general tiene la percepción de que hubo nula inteligencia en la intención de atrapar al narco delincuente pues los captores no estaban preparados para retirarlo de la ciudad a tiempo y mucho menos tuvieron los refuerzos suficientes ¡un grave error que puso a la ciudad en riesgo total! No estamos en favor del narco, pero deberían saber perfectamente que, cuando de verdad se quiere detener a alguien, se usan tácticas sorpresivas y se preparan todos los escenarios posibles con los refuerzos necesarios, nada parecido a lo que sucedió y menos en el lugar donde los narcos tienen todos sus equipos, por lo que acudieron de inmediato al llamado de auxilio con mucha más eficacia que el gobierno. ¡Qué papelazo hizo el gobierno federal ante el mundo entero!

De dulce, de chile y de manteca

La conclusión de lo acontecido es que se trató de una acción improvisada, sin planeación, sin involucrar a los altos mandos del ejército… pareciera que fue “un detalle” una “ocurrencia” de ¿Durazo? o de algún otro “experto” en “seguridad”. Así las cosas, habiendo realizado una acción precipitada y al ver la gravedad de las consecuencias, al presidente de México no le quedaba más que tomar la decisión que tomó, sin embargo, ¿qué necesidad había de ello, de quemarnos internacionalmente? Se dice que como estadista tomó una decisión apropiada. ¡Ojalá como estadista afronte las consecuencias!.... Y después de la mala implementación de la intención de captura de uno de los hijos del Chapo... ¡que se da la respuesta a 200 presidentes municipales con gases lacrimógenos en Palacio de Gobierno?????!!!!!! Que amenazaron con regresar con varios cientos de personas más ¿hará falta una manifestación en las afueras de palacio como las implementadas por bases magisteriales! ¿hasta cuándo sufrirán tanta vergüenza a la que son sometidos cotidianamente los miembros de las fuerzas armadas?, ¿ahora el monopolio de la fuerza pública lo tienen los narcotraficantes? Como mexicanos nos sentimos avergonzados de la manera en que se humilló a los uniformados por la ineptitud, incompetencia y falta de planeación de quien dio la orden del fallido operativo. Ahora bien, si nos atenemos a lo que dice AMLO, pues en este país no se mueve la hoja de un árbol sin que lo sepa el presidente ¿qué va a pasar? ¿Acaso será cierto que ya dejamos la educación en manos de la CNTE y la seguridad en manos del crimen organizado?

Nuestro correo: www.susana_fernandez2@yahoo.com.mx

Para leer la columna: www.deshojandoelcempaxuchil.com

Hay dos frases que engloban la realidad de lo que está pasando en el país, una atribuida a Winston Churchill: “Quien se humilla para evitar la guerra, se queda con la humillación y con la guerra”, y otra de Maquiavelo, tomada del libro El Príncipe: “El que tolera el desorden para evitar la guerra, primero tiene el desorden y después la guerra”.


Una vez superadas las etapas de ¡fúchila! y ¡guácala! y la de ¡pórtense bien o los vamos a acusar con su mamacita!, creo que tendrán que tomarse medidas serias para evitar que situaciones humillantes como la recientemente ocurrida en Culiacán se repitan. El estado no puede ser superado por miembros de un cartel del crimen organizado, no considerado el más fuerte del país; sin embargo, se mostró la debilidad de las fuerzas armadas mexicanas por falta de planeación, de estrategia y el más elemental sentido común al llegar con un grupúsculo desorientado a detener al hijo del Chapo y dejar libres a sus secuaces, quienes dieron el grito de alerta y avisaron a sus compañeros de crimen para enfrentar a los soldados. En este escenario los malandros, aparentemente mejor organizados que los uniformados, mostraron supremacía poniendo en jaque no solo a los militares sino a los habitantes de esa próspera ciudad sinaloense. Quemaron vehículos e hicieron de las suyas durante 11 horas, hasta tiraron de un bazucaso uno de los helicópteros de apoyo. La diputada Adriana Dávila -valiente y decidida como es– pidió en la tribuna de la Cámara de Diputados, apoyada por varios miembros de su bancada, la desaparición del Gabinete de Seguridad Pública: “si no pueden o no sirven ¡renuncien!”. Ahora habrá que tomar medidas eficaces para extinguir poco a poco a los grupos del crimen organizado. ¿Cómo? Para empezar, congelando todas sus cuentas bancarias -así como piensan congelárselas a los evasores de impuestos- y capacitando a las policías y a los del Gabinete de Seguridad en planeación, estrategias y apoyos necesarios para cumplir las órdenes de los mandos superiores, porque ¿qué ha pasado en los últimos días?, 13 policías muertos por un grupo de criminales en Guanajuato; al día siguiente un policía, ¡mejor que Rambo!, mató a 14 malandros a costa de su vida y, lo último, el episodio de Sinaloa, donde Alfonso ¿Durazo?, acompañado por los titulares del ejército y la marina, salió a presumir la captura de Ovidio el hijo del Chapo Guzmán y poco después -4 horas- de detenerlo ¡lo soltaron! Saldo: 20 muertos y más de veinte heridos, la pregunta: ¿sólo esos después de 11 horas de balacera? En fin ¿en dónde nos deja esto como país?

Y sigue la mata dando: ¡quemada internacional!

Ahora bien, se dice que los malosos fueron al lugar donde viven los familiares de los militares, ponen dos pipas de gasolina y amenazan con quemarlos sino sueltan a Ovidio, piden apoyo a varios grupos de delincuentes con los que tienen tratos quienes les ayudan a cerrar las entradas y los accesos quemando camiones y tráileres, varios en motocicletas comienzan a asaltar y quitar sus vehículos a quienes conducían camionetas para utilizarlas en ataques a los militares y en un lapso de 4 horas hay 30 enfrentamientos con soldados en diferentes puntos de la ciudad… en esas circunstancias difícilmente podía llegar el ejército a la fiscalía para llevarse a Ovidio, ya que su gente había cercado el edificio. Cuando se desataron las balaceras era el horario de más tránsito ciudadano, las líneas de teléfonos se saturaron, se escucharon balazos en todos lados, la ciudad era un caos total, llegaron refuerzos aéreos con más de 15 helicópteros disparando donde veían convoyes de sicarios, los que no tardaron mucho en irse ya que tiraron un helicóptero con un misil… fue cuando decidieron liberar a Ovidio, para llevarlo a un lugar seguro para ellos y de nuevo se desataron las balaceras por toda la ciudad como estrategia para distraer a la autoridad acerca del rumbo que tomarían para sacar al rescatado narcotraficante… la balacera duró alrededor de 11 horas con dos momentos de máxima intensidad cuando rodearon la fiscalía… cinco horas de balazos en la zona más transitada de Culiacán… posteriormente, cuando lo liberaron, otras seis horas de disparos para distracción… todavía el viernes en la mañana se seguían escuchando esporádicos balazos. La sociedad en general tiene la percepción de que hubo nula inteligencia en la intención de atrapar al narco delincuente pues los captores no estaban preparados para retirarlo de la ciudad a tiempo y mucho menos tuvieron los refuerzos suficientes ¡un grave error que puso a la ciudad en riesgo total! No estamos en favor del narco, pero deberían saber perfectamente que, cuando de verdad se quiere detener a alguien, se usan tácticas sorpresivas y se preparan todos los escenarios posibles con los refuerzos necesarios, nada parecido a lo que sucedió y menos en el lugar donde los narcos tienen todos sus equipos, por lo que acudieron de inmediato al llamado de auxilio con mucha más eficacia que el gobierno. ¡Qué papelazo hizo el gobierno federal ante el mundo entero!

De dulce, de chile y de manteca

La conclusión de lo acontecido es que se trató de una acción improvisada, sin planeación, sin involucrar a los altos mandos del ejército… pareciera que fue “un detalle” una “ocurrencia” de ¿Durazo? o de algún otro “experto” en “seguridad”. Así las cosas, habiendo realizado una acción precipitada y al ver la gravedad de las consecuencias, al presidente de México no le quedaba más que tomar la decisión que tomó, sin embargo, ¿qué necesidad había de ello, de quemarnos internacionalmente? Se dice que como estadista tomó una decisión apropiada. ¡Ojalá como estadista afronte las consecuencias!.... Y después de la mala implementación de la intención de captura de uno de los hijos del Chapo... ¡que se da la respuesta a 200 presidentes municipales con gases lacrimógenos en Palacio de Gobierno?????!!!!!! Que amenazaron con regresar con varios cientos de personas más ¿hará falta una manifestación en las afueras de palacio como las implementadas por bases magisteriales! ¿hasta cuándo sufrirán tanta vergüenza a la que son sometidos cotidianamente los miembros de las fuerzas armadas?, ¿ahora el monopolio de la fuerza pública lo tienen los narcotraficantes? Como mexicanos nos sentimos avergonzados de la manera en que se humilló a los uniformados por la ineptitud, incompetencia y falta de planeación de quien dio la orden del fallido operativo. Ahora bien, si nos atenemos a lo que dice AMLO, pues en este país no se mueve la hoja de un árbol sin que lo sepa el presidente ¿qué va a pasar? ¿Acaso será cierto que ya dejamos la educación en manos de la CNTE y la seguridad en manos del crimen organizado?

Nuestro correo: www.susana_fernandez2@yahoo.com.mx

Para leer la columna: www.deshojandoelcempaxuchil.com