/ viernes 29 de enero de 2021

“Niño de Luz”, por caminos luminosos

Hay ejemplos de alumnos distraídos, los que estuvieron en el salón de clase, pero su atención en mayor porcentaje estuvo muy ocupado en resolver problemas más importantes que los tratados por los maestros estrictos como tales. El caso concreto se dio con Albert Einstein, quien dejó muchos problemas científicos a partir de su gran aportación cósmica del espacio sideral. Hoy debe la educación considerar a los que ostentan diferentes formas de pensar y actuar.

Hace algún tiempo, investigadores en el mundo han tomado con seriedad el estudio de las capacidades especiales de los niños que ya han hecho presencia en esta humanidad. Han investigado capacidades tal vez olvidadas por la humanidad cómo la telequinesis, la clarividencia y la telepatía presentada por niños azules,, tal vez dormidas por generaciones pasadas que ahora se encuentran presentes en estos infantes.

En el último tercio del siglo XX se crearon escuelas para la formación de estos niños de aura azulada que según las teorías teofísicas, debían liderar el cambio de la era espiritual de Acuario

Niños cuyos padres y maestros los han observado por años descubrieron algunas características especiales como gran capacidad de anticipación, vibrante armonía con la naturaleza, mirada esencial o consciente, alta estima, respeto profundo por los demás seres, peculiar sentido de comparación y comprensión por los demás sentidos muy desarrollados, capacidad de síntesis inusual en el orden matemático, algunos niveles de percepción extraordinarias, tendencias a manejarse con reglas y códigos tecnológicos muy superiores a los de las épocas anteriores, marcado interés por el mundo espiritual.

Lo cierto es que el conocimiento científico no aporta alguna respuesta definitiva respecto a “los niños azules”. Científicos chinos y estadounidenses están identificando pequeños grupos de niños de distintas edades que exhiben dotadas habilidades inusuales como neutralización del VIH, el avanzado genio de capacidades psíquicas y telequinéticas fuera de lo común, por ellos son calificados como niños índigos, éstos ostentan fragmentos de ADN (ácido desoxirribonucleico), el cual la ciencia la clasifica como “ADN inútil”, fragmentos moleculares que son operacionales al nacimiento, ello les otorga cualidades y habilidades biológicas mentales y espirituales que los ubican en el campo avanzado respecto a las normas establecidas.

Por lo anterior, los científicos han descalificado a cuatro tipos de niño índigo: Humanistas, Conceptuales, Artistas e Interdimensionales.

En el campo humanista se localizan los médicos por venir, abogados, educadores, comerciantes y políticos al servicio de las masas hiperactivos y muy sociales. No saben cómo usar los juguetes, pero los desarman y olvidan, operan con definición.

Los conceptuales: se interesan más en los proyectos que las personas, con inclinación hacia las ingenierías, la arquitectura, astronautas y pilotos cósmicos. Son atléticos controladores de sus madres cuando niños y de sus padres si son niñas con tendencias hacia las drogas.

Respecto a esto, una de las causas observadas más frecuentemente es el pánico moral que surge en los padres al tener que enfrentar una terapia psiquiátrica medicada para sus niños.

También el detonante podría derivarse del rechazo a diagnóstico de sus psicopatologías polémicas o de nuevo cuño cuando estas son adjudicadas a los niños especialmente ante casos de hiperactividad, autismo y síndrome de déficit atencional.

Los artistas: futuros maestros y hábiles diseñadores, actores, creadores, diestros en el campo de la cirugía de la investigación. Antes de decidir su campo de acción tardan para su decisión final.

Los Interdimensionales: físicamente más robustos que los otros tipos, edad temprana dos o tres años su respuesta serán: “yo ya lo sé” o “yo puedo hacerlo” o “no me molestes” se opina que ellos fundarán nuevas filosofías o nuevas religiones.

Aprendamos a distinguirlos y a comprenderlos desde su aura, como afirma quien designó el término, la parapsicóloga Nancy Ann Tappe, que el 34% de los niños menores de 16 años son índigo, así que son los maestros de educación básica y los padres de dichos menores, quienes están en el deber de detectarlos y llevarlos hacia caminos luminosos, por los que todos los niños con o sin esta aura en particular, sin duda, deberían de transitar.

Los índigos requieren ser escuchados pues son el presente entre la tercera dimensión y la cuarta que es la dimensión del SER.

Hay ejemplos de alumnos distraídos, los que estuvieron en el salón de clase, pero su atención en mayor porcentaje estuvo muy ocupado en resolver problemas más importantes que los tratados por los maestros estrictos como tales. El caso concreto se dio con Albert Einstein, quien dejó muchos problemas científicos a partir de su gran aportación cósmica del espacio sideral. Hoy debe la educación considerar a los que ostentan diferentes formas de pensar y actuar.

Hace algún tiempo, investigadores en el mundo han tomado con seriedad el estudio de las capacidades especiales de los niños que ya han hecho presencia en esta humanidad. Han investigado capacidades tal vez olvidadas por la humanidad cómo la telequinesis, la clarividencia y la telepatía presentada por niños azules,, tal vez dormidas por generaciones pasadas que ahora se encuentran presentes en estos infantes.

En el último tercio del siglo XX se crearon escuelas para la formación de estos niños de aura azulada que según las teorías teofísicas, debían liderar el cambio de la era espiritual de Acuario

Niños cuyos padres y maestros los han observado por años descubrieron algunas características especiales como gran capacidad de anticipación, vibrante armonía con la naturaleza, mirada esencial o consciente, alta estima, respeto profundo por los demás seres, peculiar sentido de comparación y comprensión por los demás sentidos muy desarrollados, capacidad de síntesis inusual en el orden matemático, algunos niveles de percepción extraordinarias, tendencias a manejarse con reglas y códigos tecnológicos muy superiores a los de las épocas anteriores, marcado interés por el mundo espiritual.

Lo cierto es que el conocimiento científico no aporta alguna respuesta definitiva respecto a “los niños azules”. Científicos chinos y estadounidenses están identificando pequeños grupos de niños de distintas edades que exhiben dotadas habilidades inusuales como neutralización del VIH, el avanzado genio de capacidades psíquicas y telequinéticas fuera de lo común, por ellos son calificados como niños índigos, éstos ostentan fragmentos de ADN (ácido desoxirribonucleico), el cual la ciencia la clasifica como “ADN inútil”, fragmentos moleculares que son operacionales al nacimiento, ello les otorga cualidades y habilidades biológicas mentales y espirituales que los ubican en el campo avanzado respecto a las normas establecidas.

Por lo anterior, los científicos han descalificado a cuatro tipos de niño índigo: Humanistas, Conceptuales, Artistas e Interdimensionales.

En el campo humanista se localizan los médicos por venir, abogados, educadores, comerciantes y políticos al servicio de las masas hiperactivos y muy sociales. No saben cómo usar los juguetes, pero los desarman y olvidan, operan con definición.

Los conceptuales: se interesan más en los proyectos que las personas, con inclinación hacia las ingenierías, la arquitectura, astronautas y pilotos cósmicos. Son atléticos controladores de sus madres cuando niños y de sus padres si son niñas con tendencias hacia las drogas.

Respecto a esto, una de las causas observadas más frecuentemente es el pánico moral que surge en los padres al tener que enfrentar una terapia psiquiátrica medicada para sus niños.

También el detonante podría derivarse del rechazo a diagnóstico de sus psicopatologías polémicas o de nuevo cuño cuando estas son adjudicadas a los niños especialmente ante casos de hiperactividad, autismo y síndrome de déficit atencional.

Los artistas: futuros maestros y hábiles diseñadores, actores, creadores, diestros en el campo de la cirugía de la investigación. Antes de decidir su campo de acción tardan para su decisión final.

Los Interdimensionales: físicamente más robustos que los otros tipos, edad temprana dos o tres años su respuesta serán: “yo ya lo sé” o “yo puedo hacerlo” o “no me molestes” se opina que ellos fundarán nuevas filosofías o nuevas religiones.

Aprendamos a distinguirlos y a comprenderlos desde su aura, como afirma quien designó el término, la parapsicóloga Nancy Ann Tappe, que el 34% de los niños menores de 16 años son índigo, así que son los maestros de educación básica y los padres de dichos menores, quienes están en el deber de detectarlos y llevarlos hacia caminos luminosos, por los que todos los niños con o sin esta aura en particular, sin duda, deberían de transitar.

Los índigos requieren ser escuchados pues son el presente entre la tercera dimensión y la cuarta que es la dimensión del SER.