Organismo microscópico con el poder de desaparecer a la humanidad. El peligro que cierne actualmente un virus, según científicos, puede aniquilar a la vida humana de este planeta, a pesar de que el cuerpo humano ha resistido desde hace mucho tiempo los embates de los miles de microbios que lo han acosado durante cientos de generaciones, pues el actual virus no es al primero que derrota porque la ciencia se ha demostrado que el organismo humano continuamente está elaborando sus defensores contra cientos de microbios que; para sobrevivir, tienen que socavar al cuerpo humano.
El primer laboratorio natural ha existido desde que el hombre está poblando al planeta. Sin embargo, también los microorganismos han tenido evolución para continuar su existencia terráquea, al fin y al cabo obedecen a la ley de la naturaleza y al igual que cualquier ser viviente lucha por sobrevivir. Así que: el hombre ha tenido en su existencia terrestre enemigos, y no han sido siempre descomunales como la fieras de la selva o los dinosaurios, sino también invisibles organismos que por épocas han casi exterminado a gran parte de la humanidad. Es increíble que la presencia inesperada del Coronavirus haya puesto en jaque a la actual humanidad, ha sido su ataque tan intempestivo que no ha dado oportunidad a la ciencia y tecnología de protegerse de él con la fabricación de un arma: vacuna.
Durante generaciones, el hombre no estuvo consciente de su poder defensivo contra enfermedades mortales, fue hasta avanzada la investigación científica que fue informado del poder del tipo de sangre que ostentaba cada ser humano. Así, el que tiene la sangre Tipo “O” (de “Old”, viejo) goza de protección inmunológica (protección efectiva contra ciertas enfermedades).
Actualmente no existen soldados biológicos que puedan combatir al Coronavirus que han invadido a miles organismos humanos, ha sido tan violenta y masiva la invasión microbiana hacia la humanidad que por ello los científicos, auguran una pandemia (mundial), devastadora no solamente en vidas humanas, sino que según los peritos en la materia, habrá trastornos serios en el ámbito económico e industrial.
Los conocedores del campo de la medicina e investigadores epidemiológicos han recomendado a nuestros coterráneos, que actualmente la única forma de evitar el contagio virulento es correr de su presencia resguardándonos en la casa, porque al momento, como se dijo al inicio de la presente, no existe medicina para atacar el mal, tampoco se ha creado vacuna que prevenga dicho ataque del microbio mortal.
Ahora con la presencia del citado mal, no solamente el pueblo mexicano está sufriendo el embate nocivo, sino que el fenómeno está disperso por casi todas las naciones del mundo. La presencia de esta enfermedad ha trastocado el ritmo de trabajo y hábitos familiares. Ha dejado sin trabajo a los padres de familia que desgraciadamente tienen que luchar para obtener el sustento familiar cotidiano.
Esta epidemia mundial ha deteriorado a la empresa e industria mundial, países ricos también están padeciendo los estragos económicos, los que han obligado a clausurar sus negocios y eliminar al número de obreros y empleados de industrias y empresas que son la dinamia de la economía local, nacional e internacional.
Esta pandemia en México ha desquiciado la economía del consumidor, y se nota con los precios elevados de los alimentos que primordialmente consumen familias de escasos recursos. Las quejas y protestas ya se hicieron llegar a la Presidencia de la República, y desde ahí el día martes pasado, el Jefe de la Nación recordó a los comerciantes voraces que este gobierno aumentó los precios justos (precios de garantía) a productores de semillas: maíz, frijol, trigo. Así mismo no deben expender el huevo y la carne con sobreprecio, porque son productos nacionales que no escasean, así mismo se consideró la baja de precios en combustibles, la que deben observar su expendio en 15 pesos por litro al máximo.
En tanto no exista medicina para destruir el virus que nos amenaza, es de sentido común huir de él, porque si nos alcanza será por descuido nuestro.
Somos un país con habitantes de sangre más vieja, por tanto la más fuerte y, según estadística, la América tiene el 75 % de habitantes de sangre Tipo “O”.
