/ martes 25 de febrero de 2020

Olores…colores

  • Este lunes 24 de febrero, como cada año desde 1834, los titulares de los poderes se reúnen para celebrar el día de la bandera. El primer lábaro tricolor ondeó en 1821. Los colores en ese entonces no significaron lo mismo que ahora. El blanco aludía a la religión, el rojo a la unión entre mexicanos y europeos y el verde a la Independencia. Con la presidencia de Benito Juárez los significados cambiaron y permanecen hasta nuestros días. El blanco alude a la unidad, el rojo a la sangre de los héroes nacionales y el verde a la esperanza.

La esperanza…la unidad…la sangre derramada por los héroes. No, amada bandera mexicana. Hoy, desde este humilde espacio te digo que el corazón nacional ya no respeta tu ondear, como supongo que el alma que representas tampoco está orgullosa de lo que hemos hecho con México.

Te cuento que el soldado que en cada hijo tienes se ha volteado contra tus hijas, que no sabemos ya cómo decir a los hombres del poder que su pensamiento arcaico y de jerarcas impide que la humildad entre a sus corazones para darse cuenta que no entienden, que siguen viéndonos como sus posesiones, como seres a quienes hay que tutelar y no respetar, halagar y no tratar igualitariamente, enaltecer y no compartir el mundo a partes idénticas.

  • Ya no queremos que los cañones horrísonos truenen ni que tus campiñas con sangre se rieguen. Dos siglos después de tu nacimiento, tus colores deben representar nuestra realidad.

Los héroes y heroínas son quienes luchan por la paz, por los derechos humanos y la justicia. Basta de guerra.

Tiempo es que el verde sea cuidar de la milagrosa y exuberante biodiversidad que hoy por codicia se extermina, que el blanco signifique la paz con la que debemos vivir como hermanas y hermanos y el rojo la sangre derramada por este sistema patriarcal que mata a las mexicanas solo por haber nacido mujeres.

Sí; que el rojo signifique la sangre de las víctimas, a ver si así, mirándote en cada homenaje, de pie en posición de firmes y saludando tu ondear, finalmente les da vergüenza y rabia a los poderosos por su incapacidad para combatir a ese enemigo que no es extraño sino que ha nacido bajo este mismo cielo y que hoy, a las mujeres, nos está matando.

  • Este lunes 24 de febrero, como cada año desde 1834, los titulares de los poderes se reúnen para celebrar el día de la bandera. El primer lábaro tricolor ondeó en 1821. Los colores en ese entonces no significaron lo mismo que ahora. El blanco aludía a la religión, el rojo a la unión entre mexicanos y europeos y el verde a la Independencia. Con la presidencia de Benito Juárez los significados cambiaron y permanecen hasta nuestros días. El blanco alude a la unidad, el rojo a la sangre de los héroes nacionales y el verde a la esperanza.

La esperanza…la unidad…la sangre derramada por los héroes. No, amada bandera mexicana. Hoy, desde este humilde espacio te digo que el corazón nacional ya no respeta tu ondear, como supongo que el alma que representas tampoco está orgullosa de lo que hemos hecho con México.

Te cuento que el soldado que en cada hijo tienes se ha volteado contra tus hijas, que no sabemos ya cómo decir a los hombres del poder que su pensamiento arcaico y de jerarcas impide que la humildad entre a sus corazones para darse cuenta que no entienden, que siguen viéndonos como sus posesiones, como seres a quienes hay que tutelar y no respetar, halagar y no tratar igualitariamente, enaltecer y no compartir el mundo a partes idénticas.

  • Ya no queremos que los cañones horrísonos truenen ni que tus campiñas con sangre se rieguen. Dos siglos después de tu nacimiento, tus colores deben representar nuestra realidad.

Los héroes y heroínas son quienes luchan por la paz, por los derechos humanos y la justicia. Basta de guerra.

Tiempo es que el verde sea cuidar de la milagrosa y exuberante biodiversidad que hoy por codicia se extermina, que el blanco signifique la paz con la que debemos vivir como hermanas y hermanos y el rojo la sangre derramada por este sistema patriarcal que mata a las mexicanas solo por haber nacido mujeres.

Sí; que el rojo signifique la sangre de las víctimas, a ver si así, mirándote en cada homenaje, de pie en posición de firmes y saludando tu ondear, finalmente les da vergüenza y rabia a los poderosos por su incapacidad para combatir a ese enemigo que no es extraño sino que ha nacido bajo este mismo cielo y que hoy, a las mujeres, nos está matando.