No todos los partidos políticos conservan el mismo nombre de fundación, sino que al través del tiempo presentan metamorfosis tanto nominal como en su filosofía política, económica y cultural, como el antiguo Partido Nacional Revolucionario, que inició su existencia como Partido Nacional Revolucionario, sustentado en la postrevolución Mexicana, ostentada como valor político de gobiernos emanados de la Revolución de 1910.
Dicho partido estaba integrado por grupos de campesinos, obreros, cooperativas y sectores llamados revolucionarios, se caracterizó por elegir a militares, dicho partido en el poder impuso presidentes de México durante 6 décadas y por coincidencia originarios del norte de la República como Sonora y Baja California. Era la época en la que el país se estaba consolidando como Estado debidamente organizado debido a la transformación que se lograba obtener después del gran desangramiento humano y la pobreza económica que arrastraba el pueblo durante cientos de años. Ese partido, PNR, estuvo comandado por Plutarco Elías Calles, convertido en cacique político, la Historia Nacional lo señala como el personaje que imponía a los futuros presidentes de México, ello aconteció en abril 10 de 1936, expulsado fuera del país. El Partido Nacional Revolucionario cambió de nombre por el de Partido Revolucionario Institucional (PRI) en 1946.
En esos cambios de las estructuras políticas del nuevo partido donde se formó un nuevo proyecto de gobierno en que se acordó que el Presidente de la República sería el Jefe de Estado y el partido estaría formado sin alianzas como había sido con anterioridad, además se acordó en el gobierno del General Lázaro Cárdenas hacer a un lado las costumbre malsanas para la sociedad votante donde en las elecciones fungía el Partido como Juez y Parte de ellas. Así mismo se trató la nueva organización política prohibir el DEDAZO. Práctica política que no se había podido erradicar, pues cada presidente señalaba cual era su sucesor. (Práctica que hasta hace un sexenio todavía se hizo).
El PRI también tuvo la presencia de hombres reformadores que propusieron leyes para mejorar la vida del pueblo y ello mediante leyes sin embargo a pesar de haber proclamado se han seguido quebrantando por la corrupción de autoridades en el poder. Hay evidencia de gobiernos priístas cuya práctica política significó labor revolucionaria por el que miles de mexicanos entregaron la vida para alcanzar lo que en vida no les fue posible disfrutar.
Señalar con alto honor lo gestionado por el gobierno de don Lázaro Cárdenas. Como lo fue la Expropiación Petrolera, la Nacionalización de los Ferrocarriles Nacionales, la fundación del Politécnico Nacional. La Capacitación del Magisterio Nacional, la redistribución de las tierras para el agrarismo y reintegración de las mismas, propiedad de los pueblos indígenas, defensa de los Bancos e industria Nacional. El ejemplo de trabajo verdaderamente Revolucionario de Lázaro Cárdenas no se ha vuelto a repetir, por el contrario; los últimos cinco sexenios (PRI y PAN), saquearon al país dejándolo como verdaderos enemigos del pueblo mexicano. La Banca, los Ferrocarriles Nacionales, las minas, el petróleo y tierras enajenadas por esos gobiernos autodenominados Revolucionarios cuyo sinónimo corresponde a lo de neoliberales. Se ratifica dentro de ese Partido (PRI), ha habido Jefes de Estado dignos de admiración por acciones positivas y otros como los ya enunciados (por sexenios).
Otro militante de ese Partido que lo quiso reformar para bien de la nación se llamó Carlos Madrazo que la dictadura en el poder vio un gran peligro en la propuesta: que debían ser los presidentes municipales los que eligieron a ciudadanos para ocupar los gobiernos estatales y presidentes de la República, propuesta más democrática que la de utilizar el “dedazo”. Dicha propuesta democrática rompía con el interés político de la clase en el poder. Valiente e inteligente personaje fue asesinado mediante explosión de avión.
Es el momento y la oportunidad de las nuevas generaciones de practicar con la democracia, la que es considerada como una forma de gobierno justa y conveniente para vivir en armonía.
Participar de forma activa en la política de un país es diseñar una democracia ideal, es el factor que materializa los cambios, por lo que es necesario que entre gobernantes y ciudadanos establezcan un diálogo para alcanzar objetivos comunes.