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Meade

Por fin se configuró el dedazo del Presidente: José Antonio Meade fue el favorecido.

La decisión de Peña dividió al Institucional.

Los corruptos históricos se sintieron traicionados.

¿Cómo fue que un tecnócrata señoritingo se convirtiera en jefe de todos ellos? ¿Por qué se hicieron de lado a militantes aguerridos como los venidos de Toluca o Pachuca? ¿Cómo lograrán las próximas candidaturas a senadores y diputados las viejas figuras de antaño que ni siquiera hablan inglés? ¿Qué va a pasar con los antiguos luchadores de la CNC o la CTM? ¿Meade los mandará al olvido y optará por jóvenes y mujeres sin méritos y sin experiencia? ¿Cómo los va a llamar un candidato que ni siquiera los conoce? Son preocupaciones reales que atormentan a nuestras figuras más conocidas.

Así, el PRI se encuentra en una encrucijada. Sus cuadros más relevantes están desconcertados. Nadie sabe, dentro del viejo partido, cuál será su destino. Tampoco aciertan a encontrar el camino para salir del tercer lugar. Menos aún saben cuál será su nuevo discurso de campaña. Ni siquiera conocen quiénes serán sus nuevos héroes históricos. Es una incógnita para ellos bajo quién se cobijarán: ¿Zapata, Madero, Cárdenas? O de plano ¿Gómez Morín, Calderón, Fox o Trump?

Ya nada será igual en el viejo partido ahora que su candidato es solo un simpatizante. Que no es ni será nunca tricolor. Gran incógnita. Y aquí, en Tlaxcala: ¿quiénes son los amigos de Meade? Y ¿quiénes estuvieron en su contra?

Show business

72 Millones de dólares recaudó en los cines norteamericanos “Coco”, de Disney Pixar, en tan solo un fin de semana.

Y en el mercado global -según el reporte publicado- la película ya recaudó 153.4 millones de dólares. Todo un éxito.

La cinta está inspirada en la vida cotidiana y las tradiciones fantásticas de una familia de mexicanos pobres, cuyos personajes son muy parecidos a los que abomina Trump y se propone deportar, como ya señalé la semana pasada.

El enorme éxito económico del filme es, además, un buen golpe en el rostro a los productores de la televisión de nuestro país, empeñados en mostrar un México donde los triunfadores son siempre rubios y de ojos claros, y los perdedores morenos de rasgos indígenas. Y donde todos ellos se revuelcan en la neurosis, la violencia y el acoso.

¿No será que la crisis de audiencia que vive la televisión comercializada obedece a que el racismo, la vulgaridad y el erotismo chafa de sus series ya lo vomitan millones?

“Coco” es un ejemplo en el show business de cómo la buena calidad, que además propicia la autoestima, puede producir mucho dinero.