/ viernes 13 de abril de 2018

Tan lejos de Dios y tan cerca de…

“Tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos”, palabras acertadas de Porfirio Díaz cuando pasaba cerca de la frontera que divide a México del citado país; contaba con 17 años de lo acaecido en 1847, cuando se perpetró la invasión del ejército del vecino del norte he hizo matazón de cadetes del Colegio Militar mexicano, jóvenes que cayeron atravesados por bayonetas portadas por fusilería norteamericana, entre ellos jovencitos, casi niños, que sucumbieron en defensa de la nación, por ello el reconocimiento de “Niños Héroes de Chapultepec”. La religión que profesaban los pobladores mexicanos era diferente (católica), a la de los anglosajones (protestante), quienes vivían en territorio mexicano (Texas), por ello habían fricciones, además México había abolido la esclavitud, que era un pésimo ejemplo para esclavistas, es lógico que esa postura humanista de la Nación Mexicana chocaba con los intereses inhumanos de los explotadores de etnias africanas que trataban como animales de trabajo. Estas circunstancias generaron la guerra y lograron con ella separación geopolítica de Texas, condicionando el gobierno de México para que se erigiera como república independiente, condición que no fue cumplida por la intervención de Estados Unidos, quien había proporcionado tropas para invadir y doblegar al gobierno mexicano para ceder el territorio tejano. Dejando clara intención expansionista del gobierno de Washington. No solamente EE. UU. se quedó con Texas, también se posesionó de Utah, Arizona, California y Nevada, que fue territorio mexicano. El territorio texano es desértico, pero es riquísimo en petróleo. Lo anterior deben conocerlo educandos, la escuela debe enseñar historia Patria.

Otra invasión norteamericana inició desde Washington a la orden telegráfica de Wilson: “Apodérense de la aduana…” en abril de 1914, esta vez por el Puerto de Veracruz, cuando ejercía el poder presidencial Victoriano Huerta (asesino de Francisco I. Madero y Pino Suárez). El ejército desplazado en el puerto no pudo contener la invasión extranjera, aun con el apoyo de la ciudadanía y participación heroica y decidida de cadetes de la Escuela Naval, cuyos alumnos José Azueta Abad y Virgilio Uribe Robles murieron por balas de invasores.

La intervención norteamericana en asuntos propios del gobierno mexicano ha sido visible cono en el caso del embajador Poinsett, en la muerte de Madero. Además de intervenir en la política nacional, se creía dueño de la flora autóctona como en el caso de la hermosa flor de México “Cuatlaxochitl”, que envió de obsequio a distintas partes del mundo con el nombre de “poinseta”, hoy conocida como: “Flor de Nochebuena”.

Desde la conquista española, México ha despertado ambiciones desmedidas por países que no tienen potencial en recursos naturales, la historia deja anotada la locura que despertó en los españoles por conseguir oro y después la plata. Otros países se llevaron por un tiempo el “oro negro”, el que se rescató de manos extranjeras y que, para desgracia del pueblo, ahora ha caído en bancarrota.

Como “buenos vecinos”, México ha demostrado cooperación al pueblo del vecino del norte, cuando estalló la II Guerra Mundial participó el Escuadrón Aéreo 201. Durante la guerra escaseó la mano de obra campesina y obrera por el envío de tropa a combate, entonces mediante acuerdo de ambos gobiernos (México-EE. UU.), acudieron campesinos mexicanos que, con su valiosa fuerza de trabajo, coadyuvaron a producir alimentos para enriquecer su granero nacional.

La mano de obra mexicana abrió mercado y obtuvo demanda, por lo que muchas familias se trasladaron hacia el vecino país norteño, cuya migración también causó abandono del campo nacional mexicano. Las políticas económicas han generado mucha pobreza en Latinoamérica, por ello los habitantes huyen de su nación en busca de fuentes de trabajo. No son mexicanos los únicos que buscan trabajo, paz y seguridad. Actualmente esta manifestación migratoria se da a nivel mundial, donde países con nivel económico son atractivo a satisfacer necesidades primarias, por ello el deseo de trabajar lejos de su patria.

Ese fenómeno socioeconómico que presenta Estados Unidos de Norteamérica, al contener miles de indocumentados, es porque éstos no tienen garantías de su país, donde no hay empleos, seguridad y paz, aspectos necesarios para gozar una vida digna, pero… también los ilegales son indispensables para el trabajo vacante o necesario de esa nación capitalista. Es razonable: si esa nación vecina no necesitara mano de obra, la rechazaría. Los ilegales no ha desplazado a ningún trabajador.

El anhelado muro “Trump” no resolverá el compromiso del negocio del acero de muchos millones de dólares. No lo pagará muestra nación. Tampoco resolverá el tráfico de drogas mientras haya consumidores demandantes de ella. La expulsión de miles de ilegales de todo el mundo dejaría perjudicada la economía de los Estados Unidos, miles de empleos quedarían desatendidos por tiempo indefinido.

Como se nota, hemos y somos los buenos y los vecinos ellos. Hoy, como si estuviésemos en guerra, Trump desplaza tropas en su frontera con la nuestra, como se narra; hemos sido desde hace más de cien años agredidos por gobiernos de norteamérica. Hay un breve poema, “Flor que llora”, del mexicano Tamiro Miceneo, que refleja nuestra realidad: “Todo en la natura es simbolismo/ Hay en Puebla en la sierra encantadora/ Una que el indio llama: ¡Flor que llora!/ ¡Flor que llora colgada en el abismo!... Perfecta analogía/ Encuentro en ella con la Patria mía/ Y el hado adverso me parece el mismo: /México es una flor encantadora/ Pero ¡Ay!... es flor que llora,/ Flor que llora colgada en el abismo…

“Tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos”, palabras acertadas de Porfirio Díaz cuando pasaba cerca de la frontera que divide a México del citado país; contaba con 17 años de lo acaecido en 1847, cuando se perpetró la invasión del ejército del vecino del norte he hizo matazón de cadetes del Colegio Militar mexicano, jóvenes que cayeron atravesados por bayonetas portadas por fusilería norteamericana, entre ellos jovencitos, casi niños, que sucumbieron en defensa de la nación, por ello el reconocimiento de “Niños Héroes de Chapultepec”. La religión que profesaban los pobladores mexicanos era diferente (católica), a la de los anglosajones (protestante), quienes vivían en territorio mexicano (Texas), por ello habían fricciones, además México había abolido la esclavitud, que era un pésimo ejemplo para esclavistas, es lógico que esa postura humanista de la Nación Mexicana chocaba con los intereses inhumanos de los explotadores de etnias africanas que trataban como animales de trabajo. Estas circunstancias generaron la guerra y lograron con ella separación geopolítica de Texas, condicionando el gobierno de México para que se erigiera como república independiente, condición que no fue cumplida por la intervención de Estados Unidos, quien había proporcionado tropas para invadir y doblegar al gobierno mexicano para ceder el territorio tejano. Dejando clara intención expansionista del gobierno de Washington. No solamente EE. UU. se quedó con Texas, también se posesionó de Utah, Arizona, California y Nevada, que fue territorio mexicano. El territorio texano es desértico, pero es riquísimo en petróleo. Lo anterior deben conocerlo educandos, la escuela debe enseñar historia Patria.

Otra invasión norteamericana inició desde Washington a la orden telegráfica de Wilson: “Apodérense de la aduana…” en abril de 1914, esta vez por el Puerto de Veracruz, cuando ejercía el poder presidencial Victoriano Huerta (asesino de Francisco I. Madero y Pino Suárez). El ejército desplazado en el puerto no pudo contener la invasión extranjera, aun con el apoyo de la ciudadanía y participación heroica y decidida de cadetes de la Escuela Naval, cuyos alumnos José Azueta Abad y Virgilio Uribe Robles murieron por balas de invasores.

La intervención norteamericana en asuntos propios del gobierno mexicano ha sido visible cono en el caso del embajador Poinsett, en la muerte de Madero. Además de intervenir en la política nacional, se creía dueño de la flora autóctona como en el caso de la hermosa flor de México “Cuatlaxochitl”, que envió de obsequio a distintas partes del mundo con el nombre de “poinseta”, hoy conocida como: “Flor de Nochebuena”.

Desde la conquista española, México ha despertado ambiciones desmedidas por países que no tienen potencial en recursos naturales, la historia deja anotada la locura que despertó en los españoles por conseguir oro y después la plata. Otros países se llevaron por un tiempo el “oro negro”, el que se rescató de manos extranjeras y que, para desgracia del pueblo, ahora ha caído en bancarrota.

Como “buenos vecinos”, México ha demostrado cooperación al pueblo del vecino del norte, cuando estalló la II Guerra Mundial participó el Escuadrón Aéreo 201. Durante la guerra escaseó la mano de obra campesina y obrera por el envío de tropa a combate, entonces mediante acuerdo de ambos gobiernos (México-EE. UU.), acudieron campesinos mexicanos que, con su valiosa fuerza de trabajo, coadyuvaron a producir alimentos para enriquecer su granero nacional.

La mano de obra mexicana abrió mercado y obtuvo demanda, por lo que muchas familias se trasladaron hacia el vecino país norteño, cuya migración también causó abandono del campo nacional mexicano. Las políticas económicas han generado mucha pobreza en Latinoamérica, por ello los habitantes huyen de su nación en busca de fuentes de trabajo. No son mexicanos los únicos que buscan trabajo, paz y seguridad. Actualmente esta manifestación migratoria se da a nivel mundial, donde países con nivel económico son atractivo a satisfacer necesidades primarias, por ello el deseo de trabajar lejos de su patria.

Ese fenómeno socioeconómico que presenta Estados Unidos de Norteamérica, al contener miles de indocumentados, es porque éstos no tienen garantías de su país, donde no hay empleos, seguridad y paz, aspectos necesarios para gozar una vida digna, pero… también los ilegales son indispensables para el trabajo vacante o necesario de esa nación capitalista. Es razonable: si esa nación vecina no necesitara mano de obra, la rechazaría. Los ilegales no ha desplazado a ningún trabajador.

El anhelado muro “Trump” no resolverá el compromiso del negocio del acero de muchos millones de dólares. No lo pagará muestra nación. Tampoco resolverá el tráfico de drogas mientras haya consumidores demandantes de ella. La expulsión de miles de ilegales de todo el mundo dejaría perjudicada la economía de los Estados Unidos, miles de empleos quedarían desatendidos por tiempo indefinido.

Como se nota, hemos y somos los buenos y los vecinos ellos. Hoy, como si estuviésemos en guerra, Trump desplaza tropas en su frontera con la nuestra, como se narra; hemos sido desde hace más de cien años agredidos por gobiernos de norteamérica. Hay un breve poema, “Flor que llora”, del mexicano Tamiro Miceneo, que refleja nuestra realidad: “Todo en la natura es simbolismo/ Hay en Puebla en la sierra encantadora/ Una que el indio llama: ¡Flor que llora!/ ¡Flor que llora colgada en el abismo!... Perfecta analogía/ Encuentro en ella con la Patria mía/ Y el hado adverso me parece el mismo: /México es una flor encantadora/ Pero ¡Ay!... es flor que llora,/ Flor que llora colgada en el abismo…