/ miércoles 5 de septiembre de 2018

NINIS, pobreza, desigualdad retos del gobierno

El INEGI, detecta 7 millones y medio de jóvenes entre 12 y 29 años que no tienen actividad educativa ni laboral, de los cuales calcula que el 87 % de ellos vive en pobreza y son bautizados como NINIS.

El origen del concepto “NINIS” surgió por un grupo de investigadores en Tamaulipas al hacer una encuesta de hogares en la ciudad de Matamoros en 1991, detectaron en fuentes secundarias una información que el INEGI levantó en esa misma ciudad en la “Encuesta Nacional de Empleo Urbano” (ENEU) en 1989.

Advirtieron que un grupo de desocupados escapaba a las seis definiciones de la dirección general de empleo de la Secretaria del Trabajo y Previsión Social que presionan el mercado de trabajo y son:

1.- Quienes buscaron incorporarse a una actividad laboral, a este grupo se les clasificó como desempleo abierto. 2.-Quienes tenían certeza de contratarse en un mes. 3.-Ocupados que buscan otro empleo por razones económicas. 4.- Ocupados que buscan otro empleo por razones personales. 5.-Ocupados que trabajan menos de 15 horas a la semana. 6.-Inactivos disponibles.

Así determinaron otra categoría de desempleados que no cabía en las 6 anteriores, inicialmente bautizaron como “desocupados precoces” que habitaban en colonias maquiladoras del norte del país.

Jóvenes que dejaron de estudiar por diversas razones llegaron a constituir una enorme franja social sin oportunidad de insertarse en el mercado laboral, sin que los gobiernos o partidos políticos detectaran o pensaran en ellos y mucho menos atendieran.

Buen acierto de AMLO ha sido plantear una propuesta seria para integrar a los ninis al desarrollo económico del país.

Mientras muchos sectores económicos y la prensa los considera vagos, sin iniciativa o interés para destacar su condición personal. Existe un gran rechazo a esta franja de jóvenes, ni los ven ni los oyen y menos se ocupan de regular esta inconsistencia social y económica.

AMLO, con un sentido social, advierte que este sector de la población de cerca de 8 millones de jóvenes está excluido del modelo económico y del mercado y decidió pasarlos del estatus de NINIS a “Jóvenes Construyendo el futuro”.

De manera práctica, con agudeza política y con sentido social, convenció a las cúpulas empresariales de apoyar el esfuerzo de incorporar a 2 millones 300 mil jóvenes con una beca por 3 mil seiscientos pesos mensuales.

La crítica de los conservadores va en el sentido de no aceptar que se beque a jóvenes para que sigan vagando en las calles y jugando sin oficio ni beneficio, este prejuicio generalizado que juzga pensando que están así por elección personal y que no sirven ni tienen iniciativa propia para salir adelante.

López Obrador, próximo presidente, les responde con la estrategia de poner una condición a los ninis para la beca, que tengan un tutor empresarial.

Los empresarios le dieron el “si” al proyecto del próximo presidente en una reunión privada con integrantes del Consejo Ejecutivo de Empresas Globales (CEEG), aceptaron ser parte de una red de tutores que brinde capacitación y trabajo a los jóvenes, les permitirán ser aprendices en sus negocios, talleres y empresas.

Fundado en 2004, el CEEG, organismo integrado por 50 empresas multinacionales con presencia en México que representan 10 por ciento del producto interno bruto del país y 40 por ciento del total de la inversión extranjera directa y 11 por ciento de las exportaciones, además de generar 500 mil empleos directos y 1.5 millones indirectos.

El programa “jóvenes construyendo el futuro” es una audacia de gran riesgo, pero debe jugarse.

Será muy complejo llevar a cabo este programa federal, pero, por reducidos que sean los resultados, será un gran logro haber volteado a atender esta franja de jóvenes ignorados, vituperados, burlados y sin la más mínima atención, para incluirlos en el modelo de desarrollo.

Un programa que les dé oportunidades a cambio de 1.5 salarios mínimos y que tendrán que demostrar estar aprendiendo un oficio en un centro de trabajo.

Muchas cosas habrá que corregir sobre la marcha, pero este objetivo endereza también el mal aprovechado bono demográfico, además mejora la condición de vida de todos sus destinatarios.

Un mecanismo complementario apoyará con 2 mil cuatrocientos pesos a universitarios que no pudieron continuar sus estudios, apoyos que sumados a duplicar la pensión a adultos mayores, el apoyo a discapacitados, la desconcentración de secretarías a distintas entidades federativas, todo ello, inyectará recursos nuevos al mercado de entidades, municipios y comunidades, en donde más se necesita que es en la base de la economía.

Esta política social tiene un efecto económico que fortalecerá los mercados en estados y municipios, todo ello cumplirá un alto objetivo social, disminuir la desigualdad y la pobreza, acuñada y creciente en los últimos 30 años de política neoliberal impuesta a México y aceptada por nuestros gobiernos.


El INEGI, detecta 7 millones y medio de jóvenes entre 12 y 29 años que no tienen actividad educativa ni laboral, de los cuales calcula que el 87 % de ellos vive en pobreza y son bautizados como NINIS.

El origen del concepto “NINIS” surgió por un grupo de investigadores en Tamaulipas al hacer una encuesta de hogares en la ciudad de Matamoros en 1991, detectaron en fuentes secundarias una información que el INEGI levantó en esa misma ciudad en la “Encuesta Nacional de Empleo Urbano” (ENEU) en 1989.

Advirtieron que un grupo de desocupados escapaba a las seis definiciones de la dirección general de empleo de la Secretaria del Trabajo y Previsión Social que presionan el mercado de trabajo y son:

1.- Quienes buscaron incorporarse a una actividad laboral, a este grupo se les clasificó como desempleo abierto. 2.-Quienes tenían certeza de contratarse en un mes. 3.-Ocupados que buscan otro empleo por razones económicas. 4.- Ocupados que buscan otro empleo por razones personales. 5.-Ocupados que trabajan menos de 15 horas a la semana. 6.-Inactivos disponibles.

Así determinaron otra categoría de desempleados que no cabía en las 6 anteriores, inicialmente bautizaron como “desocupados precoces” que habitaban en colonias maquiladoras del norte del país.

Jóvenes que dejaron de estudiar por diversas razones llegaron a constituir una enorme franja social sin oportunidad de insertarse en el mercado laboral, sin que los gobiernos o partidos políticos detectaran o pensaran en ellos y mucho menos atendieran.

Buen acierto de AMLO ha sido plantear una propuesta seria para integrar a los ninis al desarrollo económico del país.

Mientras muchos sectores económicos y la prensa los considera vagos, sin iniciativa o interés para destacar su condición personal. Existe un gran rechazo a esta franja de jóvenes, ni los ven ni los oyen y menos se ocupan de regular esta inconsistencia social y económica.

AMLO, con un sentido social, advierte que este sector de la población de cerca de 8 millones de jóvenes está excluido del modelo económico y del mercado y decidió pasarlos del estatus de NINIS a “Jóvenes Construyendo el futuro”.

De manera práctica, con agudeza política y con sentido social, convenció a las cúpulas empresariales de apoyar el esfuerzo de incorporar a 2 millones 300 mil jóvenes con una beca por 3 mil seiscientos pesos mensuales.

La crítica de los conservadores va en el sentido de no aceptar que se beque a jóvenes para que sigan vagando en las calles y jugando sin oficio ni beneficio, este prejuicio generalizado que juzga pensando que están así por elección personal y que no sirven ni tienen iniciativa propia para salir adelante.

López Obrador, próximo presidente, les responde con la estrategia de poner una condición a los ninis para la beca, que tengan un tutor empresarial.

Los empresarios le dieron el “si” al proyecto del próximo presidente en una reunión privada con integrantes del Consejo Ejecutivo de Empresas Globales (CEEG), aceptaron ser parte de una red de tutores que brinde capacitación y trabajo a los jóvenes, les permitirán ser aprendices en sus negocios, talleres y empresas.

Fundado en 2004, el CEEG, organismo integrado por 50 empresas multinacionales con presencia en México que representan 10 por ciento del producto interno bruto del país y 40 por ciento del total de la inversión extranjera directa y 11 por ciento de las exportaciones, además de generar 500 mil empleos directos y 1.5 millones indirectos.

El programa “jóvenes construyendo el futuro” es una audacia de gran riesgo, pero debe jugarse.

Será muy complejo llevar a cabo este programa federal, pero, por reducidos que sean los resultados, será un gran logro haber volteado a atender esta franja de jóvenes ignorados, vituperados, burlados y sin la más mínima atención, para incluirlos en el modelo de desarrollo.

Un programa que les dé oportunidades a cambio de 1.5 salarios mínimos y que tendrán que demostrar estar aprendiendo un oficio en un centro de trabajo.

Muchas cosas habrá que corregir sobre la marcha, pero este objetivo endereza también el mal aprovechado bono demográfico, además mejora la condición de vida de todos sus destinatarios.

Un mecanismo complementario apoyará con 2 mil cuatrocientos pesos a universitarios que no pudieron continuar sus estudios, apoyos que sumados a duplicar la pensión a adultos mayores, el apoyo a discapacitados, la desconcentración de secretarías a distintas entidades federativas, todo ello, inyectará recursos nuevos al mercado de entidades, municipios y comunidades, en donde más se necesita que es en la base de la economía.

Esta política social tiene un efecto económico que fortalecerá los mercados en estados y municipios, todo ello cumplirá un alto objetivo social, disminuir la desigualdad y la pobreza, acuñada y creciente en los últimos 30 años de política neoliberal impuesta a México y aceptada por nuestros gobiernos.